- Pese a que la pandemia del COVID-19 ha tenido una incidencia notablemente menor en Gipuzkoa que en el resto de territorios de la CAV, registrándose 206 muertos del conjunto de 1.475 decesos que se han producido en Euskadi (13,97% de los fallecimientos), el virus se ha cebado con cinco áreas sanitarias de este territorio. Se trata de Altza-Roteta, Arrasate, Ordizia, Tolosa y Zarautz-Orio-Aia, que acumulan 102 de los 205 fallecidos, o lo que es lo mismo, el 49,75% de las defunciones de Gipuzkoa.

Así se desgrana en el último informe sobre la evolución de la pandemia que ofreció ayer el Departamento vasco de Salud, y que recoge las cifras registradas hasta el pasado martes, día 26.

Según este informe, de las 42 zonas sanitarias en las que se distribuye el territorio, cinco son las más afectadas por la pandemia, con más de un centenar de decesos. La que acumula más muertes es Arrasate, que a fecha del martes contabilizada 30 fallecimientos, seguida de Ordizia (21), Altza-Roteta (20), Tolosa (16) y Zarautz-Orio-Aia, con 15. En el otro lado de la balanza, siete áreas no cuentan con fallecidos entre sus habitantes: Azkoitia, Beraun-Errenteria, Dunboa, Lazkao, Loiola, Oiartzun y Pasai Antxo.

Estas cifras están directamente ligadas a la incidencia que la pandemia ha tenido en las residencias de ancianos, y es que en las áreas sanitarias con mayor índice de mortalidad se ubican las residencias de ancianos que más muertos han registrado: Iturbide, en Arrasate; San José, en Ordizia; Berra, en Donostia; Santa Ana, en Zarautz; y Iurreamendi, en Tolosa.

En el conjunto de Euskadi, hasta el pasado martes se habían contabilizado un total de 18.765 positivos, de los cuales 15.669 se han producido entre la población general y 3.096 entre residentes de centros de mayores.

En lo que respecta a la evolución de la enfermedad, más de nueve de cada diez personas que se han infectado la han superado (92,12%). En lo que respecta a la población general, 14.503 personas (92,5%) han sobrevivido, mientras que 1.164 han fallecido. Por su parte, en el ámbito de las residencias, la tasa de superviviencia es del 89,5% (2.785 supervivientes frente a 311 fallecidos).

Por edades, la franja de edad con mayor mortalidad por COVID-19 es la que va entre los 80 y 89 años (610 fallecidos), mientras que han fallecido 16 menores de 50 años.

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Las áreas más afectadas son aquellas en las que se ubican las residencias de ancianos que mayor número de muertes han registrado