a pandemia de coronavirus también ha afectado de manera importante a los taxistas. Su carga de trabajo ha bajado cerca de un 80-85% pero, en cambio, se han incrementado las horas que pasan en el vehículo, su medio de vida. Así lo explica a NOTICIAS DE GIPUZKOA Fernando Peña, un taxista de Irun.

Peña lleva nueve años trabajando en su actual profesión como autónomo y durante el estado de alarma no ha dejado de estar al pie del cañón. “He estado trabajando, o mejor dicho intentándolo, porque el trabajo ha bajado un 80-85%”, explica. Antes trabajaba ocho o diez horas al día, y ahora pasa más tiempo. “Ahora meto más horas para hacer muy pocos servicios”, lamenta.

Concretamente, antes de que llegara el coronavirus a Euskadi, Peña ofrecía entre doce y quince servicios al día y hoy solo cubre tres o cuatro. “Todas las llamadas que recibo son prácticamente en exclusiva para ir a centros médicos”, explica. Por lo tanto, los servicios que ofrece están relacionados con la situación actual. Nada tiene que ver con los viajes que hacía antes, cuando aparte de llevar a la gente a los hospitales de Irun o Donostia, y a los ambulatorios, también realizaba viajes relacionados con el ocio.“Antes, por ejemplo, la gente sí cogía taxi para irse a comer a Donostia o irse a tomar algo con los amigos a Hondarribia, pero ahora no”, indica. Además, Peña normalmente suele trabajar más en verano, pero opina que este año no va a ser lo mismo. “El verano creo que va a ser muy negro. Todos los años llegan muchos turistas al aeropuerto de Hondarribia y hay que llevarles a los hoteles de Donostia y alrededores. Muchas veces, vienen a cenar a Hondarribia y luego hay que llevarlos de vuelta a Donostia otra vez... Y si este año no hay turismo, todo eso lo veo prácticamente imposible”, lamenta.

Peña opina que la situación podrá normalizarse cuando, por un lado, los ciudadanos puedan moverse con “total libertad” y cuando el turismo se vuelva a poner en marcha y, por otro, cuando no haya miedo a ir a otros sitios, a desplazarse.

Aún y todo, piensa que los clientes no tiene miedo al subirse a un taxi. “De hecho, también creo que la gente debe concienciarse más con el tema de las mascarillas, porque se montan con mucha libertad sin ellas, incluso sabiendo que es obligatorio el uso de las mismas”, explica. Cree que la gente va “demasiado despreocupada” y se monta en el taxi “como si aquí no estuviese pasando nada”.

Como en todos los transportes públicos, en los taxis también es obligatorio el uso de las mascarillas. Además, solo pueden viajar dos personas en la parte trasera y, como mucho, tres que conviven juntos. “Eso también nos limita bastante, porque, por ejemplo, hay familias formadas por cinco personas que tienen que coger dos vehículos y mucha gente no puede permitirse eso para hacer un viaje”, concreta el taxista.

Además, desde el principio ha cogido la costumbre de desinfectar el taxi después de cada servicio. También ha adquirido recientemente un cañón de ozono para desinfectar el vehículo y “dar un poco de tranquilidad” a los usuarios. “La mayoría de taxistas hemos puesto mamparas de separación para que también sea imposible la transmisión entre los pasajeros y el chófer, y viceversa”, subraya.

Aunque todavía queda mucho para que todo vuelva a la normalidad y la economía se recupere, Peña cree que subir las tarifas no es la solución: “Lo único que provocaría sería que la gente utilizara menos el taxi”, explica. De momento, espera que para el año que viene la situación mejore y opina que también dependerá de si finalmente se logra una vacuna contra el coronavirus.

Taxista. Fernando Peña lleva trabajando como taxista en Irun nueve años. Es autónomo y normalmente suele trabajar mucho más en verano. Pero cree que este verano será diferente por la falta de turismo.

Medidas de seguridad. Desde la llegada del coronavirus a Euskadi, tiene la costumbre de desinfectar su taxi después de cada servicio, y también ha colocado mamparas de separación.

“Creo que la gente debe concienciarse más con el tema de las mascarillas”

“Subir las tarifas lo único que provocaría es que los clientes

utilicen menos el taxi”