DONOSTIA - Las iglesias vascas volverán a acoger a partir del 11 de mayo la celebración de misas con público, al que se recomienda acudir con mascarilla a los templos, que no podrán superar un tercio de su aforo en esta primera fase de desescalamiento y deberán indicar los lugares que deben ocuparse para guardar la distancia de seguridad.

Los obispos de las diócesis de Bilbao, Mario Iceta, Donostia, José Ignacio Munilla, y Gasteiz, Juan Carlos Elizalde, han publicado sendos decretos en los que anuncian la reanudación de las eucaristías siguiendo las disposiciones del Gobierno sobre centros de culto, el documento de publicado por la Conferencia Episcopal y tras consensuar un acuerdo con el Gobierno Vasco para implementar medidas destinadas a la prevención de contagios del COVID-19.

Entre ellas figuran nombrar personas que distribuyan a los fieles en las iglesias para garantizar el respeto de las distancias de seguridad y que ordenen las entradas y salidas para evitar agrupaciones en los accesos.

El acuerdo entre los obispos y el Gobierno Vasco contempla también ofrecer gel hidroalcohólico desinfectante a la entrada y a la salida de los templos y considera "altamente recomendable" la utilización de mascarillas por parte de los asistentes a las misas.

Las personas que den la comunión se deberán desinfectar las manos antes y después de la distribución y se llevará a cabo una desinfección "continua del templo y los objetos litúrgicos", señala el acuerdo.

Los obispos han decidido además prolongar la dispensa a los fieles del precepto dominical de la eucaristía y adaptar las medidas a los "diferentes contextos" y situaciones "eclesiales" que se produzcan respetando siempre "las medidas sanitarias de protección", señala la diócesis de San Sebastián en un comunicado.

Los prelados invitan a las personas mayores, enfermas o en situación de riesgo que valoren la conveniencia de diferir su reintegración presencial a las celebraciones públicas.

El 25 de mayo se restablecerán también las actividades pastorales con la segunda fase del desescalamiento, cuando el aforo de las iglesias podrá alcanzar la mitad del total.