ace un siglo la humanidad se enfrentó a otra mortal pandemia, la de la gripe de 1918, en la que gobiernos y sociedades cometieron errores que desgraciadamente se han repetido en la actual crisis sanitaria por la COVID-19, reflexiona en una entrevista a Efe el historiador Cédric Cotter.

La injustamente conocida como "gripe española" afectó a un tercio de la humanidad, mató a 100 millones de personas (diez veces más que la Primera Guerra Mundial con la que casi se solapó) y según Cotter, investigador para el Comité Internacional de la Cruz Roja, guarda paralelismos con la situación actual que deben tenerse en cuenta.

"La Historia nunca se repite totalmente, pero pueden verse tendencias en uno de estos hechos también en el otro", explica, y pone como ejemplo el uso político que entonces se hizo de la pandemia, con el fin de culpar y estigmatizar a países rivales o enemigos.

Si en 2020 políticos como el presidente estadounidense Donald Trump intentaron popularizar el término "virus chino" para referirse al nuevo coronavirus, en 1918 se llegó a apodar a la epidemia con términos como "enfermedad bolchevique", "virus francés" o "plaga alemana".

"Es parte de la naturaleza humana culpar al otro de lo que nos ocurre, pero cuando se hace con fines políticos es inútil y sólo alimenta el odio", subrayó Cotter.

Finalmente triunfó el apodo de "gripe española", hoy usado incluso por la Organización Mundial de la Salud (OMS), penalizando precisamente a uno de los países que mostró más transparencia hacia la epidemia, por su condición neutral en la Primera Guerra Mundial.

"La enfermedad no se originó en España, pero como su prensa podía informar de ella, mucha gente lo pensó erróneamente, ya que otros países no reportaron sus casos a causa de la censura en tiempos de guerra", argumenta el historiador de ICRC.

Esa censura sugiere otro paralelismo entre la gripe de 1918 y el coronavirus de 2020, ya que en ambos casos hubo un pulso entre la marea de rumores falsos, por un lado, y los esfuerzos a veces excesivos de las autoridades por controlar el flujo de información relativa a la salud pública.

Respecto a los rumores, Cotter, quien subraya que "las fake news son tan viejas como la humanidad", recuerda que en 1918 ya circularon entre las potencias aliadas (Francia, Reino Unido, Rusia, Estados Unidos) ideas como que los alemanes habían desarrollado la enfermedad como arma biológica.

Entretanto, en tierras germanas "se decía que el virus era una mera invención, por parte del gobierno, y que los muertos no eran por gripe sino por desnutrición", subraya el experto en la entrevista.

Los rumores de ayer y de hoy (en esta ocasión multiplicados por el poder difusor de las redes sociales e internet) se intentaron en ocasiones detener mediante la censura, un método que según Cotter "no es el mejor, porque la gente intentará buscar la información donde sea".

"Lo que hace falta es que las autoridades sean transparentes a la hora de explicar por qué toman las medidas, para que la gente las siga y no intente buscar respuesta en otras fuentes de información", subraya el historiador.

El historiador ve otras similitudes entre dos epidemias con un siglo de diferencia, como las protestas ciudadanas que entonces y ahora se produjeron en Estados Unidos en protesta contra las medidas de prevención.

En el EEUU de 1918 "algunos alegaron que el uso obligatorio de mascarillas iba contra la constitución y sus libertades personales, por lo que hubo manifestaciones y posteriores detenciones", relató a Efe.

Aquella gripe atacó en tres oleadas (una en primavera de 1918, la segunda y más mortal en otoño de ese año, y una tercera en la primavera de 1919), lo que debería servir para recordar al mundo actual que tendrá que seguir alerta tras la retirada del coronavirus.

"Se observó entonces que en las ciudades que detuvieron sus medidas demasiado pronto (también hubo cierre de comercios, escuelas, iglesias...) hubo nuevas oleadas de gripe", alertó Cotter.

La gripe de 1918, que afectó a personalidades como el rey español Alfonso XIII, el presidente estadounidense Woodrow Wilson o el káiser alemán Guillermo II, proliferó en un mundo ya devastado por la guerra, y Cotter, quien prefiere no hablar de la actual lucha contra el COVID-19 en términos bélicos, lanza un último mensaje sobre la relación de la actual pandemia y los conflictos.

"No me quiero arriesgar a predecir si esta pandemia producirá más conflictos, lo que sí estoy seguro es que puede causar estragos en países que, como la Europa de 1918, ya estén destrozados por la guerra, caso del Yemen o Siria", concluye el historiador.

Italia

Italia registró ayer 174 nuevos fallecidos con coronavirus, la cifra más baja desde hace más de ocho semanas y los muertos son ya 28.884, según los datos ofrecidos por Protección Civil. Los contagios también siguen la curva descendente y ayer aumentaron en 1.389, hasta los 210.717 casos totales desde que se detectó el primer caso autóctono el 21 de febrero.

Rusia

Rusia sumó ayer otros 10.633 casos de COVID-19, la mayor cifra de contagios confirmados en un solo día, con lo que ascendió a 134.687 el total de infectados con el nuevo coronavirus, según el parte ofrecido por las autoridades sanitarias del país. De acuerdo con las estadísticas oficiales, ayer se produjeron 58 fallecimientos por COVID-19, que elevaron a 1.280 las víctimas mortales causadas por la epidemia.

Reino Unido

El Gobierno británico ha comenzado a consultar con empresas y sindicatos su plan para la desescalada, que el primer ministro, Boris Johnson, prevé dar a conocer esta semana. A pesar de que ayer la cifra de fallecidos diarios descendió a 315, la más baja comunicada desde finales de marzo, el Ejecutivo recalcó que todavía no se cumplen las condiciones necesarias para comenzar a retirar medidas de manera inmediata.

Francia

El ministro francés de Interior, Christophe Castaner, subrayó ayer que las fronteras van a seguir cerradas pese al inicio del desconfinamiento el próximo día 11, que no hay fecha para su reapertura, y que el objetivo es una coordinación en el conjunto de la UE y a nivel bilateral.

Bolivia

Seis personas murieron, entre ellas cuatro españoles que iban a ser repatriados al estar contagiados de COVID-19, fallecieron en el accidente de un avión bimotor del Ejército boliviano que tuvo lugar durante un vuelo humanitario de repatriación cerca de la ciudad boliviana de Trinidad.