- Pamplona no celebrará las fiestas del 6 al 14 de julio por culpa de la pandemia del coronavirus y posiblemente tampoco se podrán realizar en otra fecha, aunque el Ayuntamiento evitó ayer descartarlo por completo a expensas de la evolución que presente el COVID-19 y las restricciones que se mantengan vigentes después del verano.

Con el alcalde Enrique Maya de baja en su domicilio tras haber salido recientemente del hospital, la tarea de anunciar oficialmente la suspensión de los sanfermines correspondió a la teniente de alcalde Ana Elizalde a través de una rueda de prensa telemática celebrada al mediodía desde el edificio consistorial, en la que justificó la histórica decisión con la incompatibilidad de mantener los festejos populares con cientos de fallecidos y contagiados en Navarra.

Dos horas antes, la decisión fue comunicada a los portavoces de los grupos municipales, junto a un informe jurídico elaborado en las últimas horas ante las dudas generadas por la excepcionalidad de la decisión, en el que se concluye que la potestad de suspender las fiestas de San Fermín corresponde a la Alcaldía: "Podrá la Alcaldesa en funciones dirigir la administración municipal en el sentido de cancelar la preparación de todas las actuaciones que integran la programación municipal y que se estuvieran desarrollando en la actualidad. Cada órgano, sean las Concejalías, Direcciones o la propia Junta de Gobierno habrá, en su caso, de adoptar los acuerdos con eficacia jurídica que fueran necesarios para suspender los procedimientos iniciados o extinguir los contratos formalizados".

Con este argumento, Elizalde acudió a la comparecencia pública para anunciar lo que todos los pamploneses ya intuían en mayor o menor medida, "que no habrá sanfermines" y que "a día de hoy parece complicado que puedan celebrarse este año, pero vamos a esperar a ver cómo evolucionan los acontecimientos", añadió la edil tras ser preguntada por la posibilidad de retrasarlas a septiembre, como ya sucedió en 1978 después de que se suspendieran el 8 de julio de ese año tras los incidentes protagonizados por la Policía en la Plaza de Toros y alrededores, que dejaron un muerto y varios heridos de bala.

A 76 días del Txupinazo, la representante de Navarra Suma señaló que "parece evidente que nuestras queridas fiestas están muy reñidas con el coronavirus" y al igual que otros acontecimientos mundiales que se han tenido que suspender los sanfermines "no han podido ser la excepción", citando los ejemplos de los Juegos Olímpicos, el Tour de Francia o la fiesta de la cerveza de Múnich de septiembre, cuya cancelación se conoció ayer.

Para la alcaldesa en funciones, "la suspensión de una fiesta como los sanfermines es sin lugar a dudas una noticia de alcance nacional e internacional", ya que "son las mejores fiestas del mundo" y atraen a decenas de miles de turistas de toda España y de diferentes países" e indicó que "se ha tenido en cuenta el estado de alarma en el que estamos" y las previsiones que está habiendo a nivel nacional para la desescalada", lo que "hace improbable que se puedan celebrar las fiestas en julio".

Reconoció que ha sido una decisión "dura y triste" de adoptar y que hay "consenso" de todos los grupos municipales porque "somos conscientes de que no hay otra opción". Destacó que "así lo han entendido también otras entidades directamente afectadas por la suspensión como las asociaciones de hosteleros o comerciantes, la MECA, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, La Pamplonesa, el Arzobispado o la Federación de Peñas", a quien se ha trasladado "que buscaremos fórmulas sin renunciar a la celebración de los sanfermines para tratar de compensar las cuantiosas pérdidas económicas y sentimentales que van a suponer ".

Elizalde hizo alusión a las pérdidas millonarias que va a acarrear la suspensión de los sanfermines en la ciudad, sobre todo para la hostelería y el sector turístico, que ya vienen muy dañados con la pandemia.

En este sentido, explicó que se está destinando "parte importante de nuestro presupuesto municipal a afrontar los gastos y consecuencias del coronavirus" y remarcó que "eso ocurrirá también con buena parte de la inversión que tradicionalmente hacemos en Sanfermines".

Según precisó, el presupuesto festivo "viene a ser algo más de 3 millones de euros" y explicó que en estos momentos "se está analizando un marco económico con menos ingresos y mayor gasto" en el Consistorio, así como "una previsión de que tenemos que hacer cosas para incentivar la actividad económica".

Aunque ni desde el sector hostelero ni desde el comercial se aventuran a dar cifras concretas sobre las pérdidas totales que puede suponer la suspensión de las fiestas, un informe de la Cámara de Comercio de 2006 cifra su impacto económico en 150 millones de euros. Para los bares del Casco Viejo de Iruñea la facturación esos nueve días "puede suponer hasta un 20% de la anual", algo que permite a muchos sobrevivir el resto del año.

Nacho Calvo, secretario general de la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra, echa en falta "certezas" y pasos concretos respecto a la vuelta a la normalidad, aunque asume que se trata de una decisión "totalmente lógica. Hoy en día son incompatibles con la realidad que vivimos unas fiestas en las que el roce es parte fundamental, y en algunos locales no sabemos ni cuándo se podrá abrir para respetar esas distancias mínimas", explica.

Patinazo con el patrón. La alcaldesa en funciones Ana Elizalde cometió un desliz durante su intervención, al asegurar que San Fermín es el patrón de Pamplona, título que en realidad corresponde a San Saturnino.

El 6 de julio. Aunque no habrá Txupinazo multitudinario, el Ayuntamiento no descarta que se pueda celebrar algún acto para el día más importante del año en esta ciudad.

"La salud es lo primero que

hay que salvaguardar, por eso, hay que primar la prudencia"

Alcaldesa en funciones