donostia - El 22% de la población guipuzcoana -35.300 personas- supera los 65 años y el 11% es mayor de 75 años, unas cifras que se multiplicarán en los próximos años. Cada vez tenemos una esperanza de vida mayor, vivimos más y, en general, mejor. Pero la vejez trae consigo también otras situaciones sobrevenidas, como la soledad, la depresión o el aislamiento. En concreto, se estima que alrededor de 5.000 guipuzcoanos mayores de 65 años y que viven solos se encuentran en situación de fragilidad (4.255 en una situación de fragilidad moderada y 484 en grave).

Así se desprende de un estudio llevado a cabo por Hurkoa en colaboración con la Fundación Adinberri, que ha analizado la situación de 365 mayores de 65 de los municipios de Pasaia, Azkoitia y Arrasate. Este informe, que se dio a conocer ayer, analiza siete factores de fragilidad, tales como la salud, la capacidad para poder realizar las actividades de la vida diaria, la red de apoyo social, el bienestar emocional, la participación social y comunitaria, el bienestar material y la necesidad de vivienda.

Según dio a conocer ayer José Luis de la Cuesta, director del Instituto Vasco de Criminología, la radiografía llevada a cabo refleja una situación “positiva”, aunque “con márgenes de mejora”. De la Cuesta compareció en Donostia acompañado por la directora del programa de fragilidad de Hurkoa, Bakarne Etxeberria, y la directora de Adinberri, Raquel San Sebastián.

El principal indicador de la encuesta refleja que la mayoría de los encuestados (73%) tiene una salud cognitiva suficiente para poder desenvolverse por sí mismos -dan que su estado de salud tiene una valoración media de 6,3 sobre 10-, pero un 9,6% tiene problemas para valerse de manera independiente, mientras que otro 9,3% se ve impedido para salir a la calle. Asimismo, el 7% de quienes viven solos afirman que, al menos dos veces por semana no comen “caliente”.

En lo que respecta a la capacidad de realizar actividades de la vida diaria -tales como hacer la compra, desempeñar tareas domésticas, entre otros-, el 73% considera que su aptitud es buena o muy buena, frente al 5,5% que considera mala o muy mala. Esta situación se agrava entre las personas de 85 o más años y también por sexo, ya que los hombres manifiestan tener mayor dificultad a la hora de realizar tareas del hogar.

Las relaciones sociales son el principal antídoto contra la soledad y la depresión y ocho de cada diez encuestados señalan tener relaciones sociales frecuentes, especialmente con la familia, con la que afirman tener un vínculo cotidiano. Además, el 84,5% de los encuestados sale a la calle a diario, el 70% pasea y el 22% realiza algún deporte o actividad. Sin embargo, un 7% no tiene familia próxima, un 6% considera que no tiene apoyo familiar suficiente y un 2,5% declara que no tendría a quién acudir en caso de necesidad.

En lo referente al bienestar material, ocho de cada diez mayores afirman no tener dificultades para afrontar los gastos generales, mientras el 10% ha tenido alguna dificultad en el último año y un 2% ha tenido muchas. Prueba de ello es el uso de la calefacción, y es que el 14% dice no tener y el 3% no la enciende pese a disponer de ella.

Peores son los indicadores que miden el bienestar emocional de los mayores, ya que un 17,5% manifiesta sentir soledad a menudo y un 21% se encuentra triste. Asimismo, el 21,5% sufre dificultades o ansiedad a la hora de realizar gestiones bancarias, de seguros o legales, y cerca de un 2% ha sufrido algún abuso económico o maltrato físico o psicológico.

De igual manera, el 11,5% de los encuestados sufren fragilidad por motivos de vivienda y más de un 50% se encuentran en situación de pre-fragilidad.

proyectos piloto A fin de paliar estas situaciones de vulnerabilidad, Hurkoa va a implantar, con el apoyo de Adinberri, una serie de proyectos piloto recogidos en el programa Hauspor, en las localidades de Arrasate, Azkoitia y Pasaia, del que se beneficiarán cerca de 50 personas. “Se trata de fomentar el trabajo comunitario para crear una red de agentes que ayuden a la identificación de estas situaciones de vulnerabilidad y, además, se realizarán labores de acompañamiento y apoyo con los mayores, de forma que encuentren una persona con la que tener una relación significativa”, explicó Etxeberria.

Por su parte, San Sebastián señaló que el objetivo de estas iniciativas impulsadas por Adinberri -que este año financiará 16 proyectos piloto- es “afrontar estas situaciones de fragilidad para retrasar lo máximo posible la llegada de la dependencia”.

Fundación Matia. Fundación Matia ha publicado, coincidiendo con la conmemoración este domingo del Día Internacional de la Mujer, la primera guía para paliar la violencia de género al final de la vida. Se trata de un trabajo elaborado por el equipo de atención psicosocial de Matia Fundazioa, que ofrece atención psicológica a personas con enfermedades avanzadas y sus familias. Desde Fundación Matia explicaron ayer que esta guía es fruto de la constatación de que, “en familias con una relación de maltrato histórica, el maltrato persiste también en la enfermedad y se suma a los problemas derivados de la enfermedad grave que afronta la familia en esos momentos”. Las mismas fuentes indicaron que “una de las situaciones más habituales es la de una mujer víctima de maltrato que se convierte en cuidadora principal del marido agresor gravemente enfermo”.

violencia de género en la vejez

primera guía

El objetivo de la iniciativa es crear lazos comunitarios que ayuden a identificar estas situaciones y realizar labores de acompañamiento