donostia - La cirugía plástica hace ya un tiempo que dejó de ser una anécdota para participar de la cotidianidad de la población en los países que se lo pueden permitir. Tanto es así, que en ocasiones solo con encender la televisión el público mira, cara a cara, a un amplio elenco de personas de diversas edades, operadas con mejor o peor resultado. Oscar Orozco, cirujano plástico en Policlínica Gipuzkoa, comparte con este periódico su experiencia en la materia.

La cirugía plástica ha pasado de ser algo casi excepcional a ser una intervención relativamente frecuente, ¿se puede hablar de la democratización de la cirugía estética?

-Anteriormente relacionábamos la cirugía plástica a la gente vinculada al mundo artístico, a las modelos, actrices... La realidad es que ahora el grueso de los pacientes que vemos en la consulta son gente como tú y como yo que desea mejorar su imagen o algún aspecto de su cuerpo. La cirugía estética está ahora al alcance de toda la población, tanto por su accesibilidad como por su presupuesto.

¿En la cirugía plástica hay modas o tendencias?

-Sí hay modas, sobre todo dependiendo de las redes sociales o los programas televisivos. Pero siempre hay algunos procedimientos que son los más habituales a lo largo del tiempo, como es la cirugía mamaria. Independientemente de modas es la más solicitada junto a las cirugías de contorno corporal.

En los últimos meses han coincidido en la televisión programas con gente muy joven operada, ¿se ha adelantado la edad para optar por la cirugía plástica?

-No es tanta la realidad, es más lo que suena, el concepto que se tiene de que todas las adolescentes se quieren operar y que eso es lo que se da. En realidad la cantidad de pacientes jóvenes que pueden venir a solicitar un procedimiento es muy bajo. Las intervenciones las hacemos, principalmente, en personas mayores de edad, salvo cirugías para subsanar malformaciones congénitas en niños pequeños. También se dan casos de chicas que se hallan en una adolescencia avanzada que no han tenido un desarrollo mamario adecuado. En ese caso se hace una excepción a la regla con un aumento mamario en una etapa más temprana (si es menor, siempre con permiso parental). Pero normalmente la población que se opera es adulta.

¿Responde entonces esa idea a una falsa percepción?

-Sí, existe mucha confusión al pensar que todas las chicas muy jóvenes están operadas o quieren operarse. Se ven tratamientos de estética, como el relleno de labios con ácido hialurónico, que están más al alcance de la población más joven y que están algo más de moda. Pero cirugías como tal, intervenciones, son pocas las que se realizan tan jóvenes.

¿Y quiénes solicitan en mayor medida la cirugía?

-En cirugía mamaria hay distintos grupos de edad que busca un aumento con prótesis. Hay gente joven, de poco más de 20 años, que no ha llegado a desarrollar un volumen mamario satisfactorio para ellas, sin que por ello busquen un aumento exagerado. Simplemente han notado que al resto de sus amigas se les ha desarrollado el pecho y a ellas no. Ese grupo de edad busca una cirugía de aumento mamario en una edad más temprana. Pero no tenemos en la consulta cada dos por tres niñas de 17 años que pidan cirugías extraordinarias.

Y además...

-Hay otro grupo, compuesto por las mujeres que han sido madres (entre los 30 y los 40 años) que tras los embarazos y lactancia han visto modificada la forma de su pecho o que han perdido cierto volumen.

¿Cuál es la cirugía más demandada?

-La más solicitada es la mamaria y dentro de esta, la de aumento de mama. Pero es porque implica a un grupo muy amplio de pacientes. También son frecuentes las operaciones a pacientes con una hipertrofia mamaria (pechos muy grandes) o de elevaciones a mujeres que por causas diversas (como cambios de peso o tras la lactancia) han observado que su pecho ha caído. El abanico es muy amplio.

Por lo que refiere a su consulta se acercan mujeres pero, ¿llegan cada vez más hombres?

-Vienen hombres, pero el 90% de las consultas es a mujeres. Es verdad que cada vez vienen más hombres, aunque las cirugías que solicitan son muy seleccionadas. La principal causa de consulta es el tratamiento de ginecomastia, el desarrollo anómalo de la glándula mamaria en el hombre. Son chicos que pueden haber tonificado en el gimnasio y tienen más volumen en la mama. Se sienten incómodos. También están los pacientes que piden alguna cirugía de contorno corporal, como la liposucción en la parte lumbar, que es donde acostumbran a acumular los hombres. Los pacientes mayores vienen cuando han notado que se les ha bajado la ceja, que la mirada ya no es tan joven y tienen sensación de pesadez en la mirada. Se hace también cirugía de blefaroplastia (para corregir el exceso de piel en los párpados) u otoplastias, en las orejas, por ejemplo para corregir su posición. También demandan la rinoplastia (nariz).

Que la cirugía plástica se haya hecho más accesible puede hacer que se le pierda el miedo y sigue siendo una cirugía...

-Eso sí que es una realidad. Le gente ahora tiende a banalizar la cirugía plástica porque en los medios de comunicación, en la televisión, se ve mucha gente que está intervenida. La gente está familiarizada con la cirugía plástica y se tiende a banalizar. Es importante que los pacientes reflexionen sobre sus motivaciones y se tomen un tiempo para meditarlo. Es una cirugía y no es una decisión que se pueda tomar a la ligera. Es importante hablar con su entorno, con las personas cercanas, y tomarse el tiempo necesario para buscar un médico, un cirujano adecuado para realizar el procedimiento. Será él quien le aclare si la cirugía que demanda está o no indicada y quien le explique los riesgos y beneficios que pueden darse en cada caso. Porque aunque operamos a pacientes que en su mayoría son sanos y jóvenes, y son cirugías controladas y de bajo riesgo quirúrgico, no están exentas de complicaciones.

¿Hay casos en los que el cirujano tiene que negarse a operar?

-Los primero es evaluar el estado de salud del paciente. Asumiendo que no hay ninguna contraindicación médica para operarlo hay que ver que el paciente tiene unas expectativas realistas de lo que se puede conseguir con la cirugía. Porque el que la gente tenga tanto acceso a ella en los medios hace que se tengan expectativas muy altas para su caso en particular, cuando cada caso tiene sus complejidades. Todo el mundo quiere tener excelentes resultados, pero debe saber que será acorde a su cuerpo y a sus tejidos.

¿Puede no ser aconsejable una nueva cirugía por acumulación de intervenciones?

-Hay casos de personas multioperadas. Hay muchos pacientes que tienen un buen número de cirugías pero bien seleccionadas y no por eso existir una contraindicación para operarles. Pero hay otro grupo de pacientes que pueden tener un número alto de intervenciones que va haciendo que con cada una de ellas se pierda el aspecto de naturalidad. Estos pacientes suelen tener cierto trastorno sobre la apreciación real de su imagen.

¿Estos casos son frecuentes?

-Sí nos los encontramos. No es muy frecuente pero sí nos llegan pacientes con trastornos en su autoimagen y con pequeños defectos que existen y que ellos ven amplificados. Con el afán de corregirlos se someten a cirugías con un grado de mejoría discreto y que pueden ir restando naturalidad a la cara o el cuerpo.

En cuanto a los costes de una operación habrá una variedad importante, ¿no?

-Cualquier cirugía implica un esfuerzo económico para el paciente, aunque ahora haya facilidades de financiación. El espectro de cirugía es tan amplio que los costes varían. No es lo mismo hacer una blefaroplastia con anestesia local y sedación que hacer una lipoabdominoplastia que implica más horas de quirófano, más días de hospitalización y más cuidados posoperatorios o un lifting facial. En el coste, un factor que interviene es el grado de maestría del cirujano. Una operación puede tener un coste estándar y variar según quién la realice.

¿Hay veces que le vienen con demandas que no tienen ni pies ni cabeza?

-Sí. Hay gente, muy pocos la verdad, que solicitan cosas más exóticas, como modificaciones corporales, pidiendo tener las orejas puntiagudas tipo élfico. No son habituales, pero existen.

¿Y cómo actúa el cirujano?

-En esos casos se orienta al paciente. Pongamos el ejemplo de las orejas. Se les explica que deben de tener ciertas características para cumplir con la armonía del rostro y otros muchos detalles.

¿Es también frecuente el arrepentimiento?

- Sí que pasa la solicitud de recambio de implantes, aunque los implantes que colocamos actualmente son modernos y no requieren recambios en el futuro si no les dan problemas. Pero todas las mujeres que se someten a un aumento mamario tienen que contemplar esa posibilidad por distintas causas. Sí hay también pacientes que se operan en una etapa temprana con cierto volumen y que después han subido de peso u otra circunstancia y consideran que ese volumen que creían satisfactorio es excesivo para su comodidad. En esos casos solicitan una reducción de talla e incluso eliminar por completo los implantes.

¿Cuando las personas más jóvenes se acercan a la consulta vienen acompañadas por sus madres o padres?

- Hay una variedad de situaciones. Hay pacientes jóvenes que vienen acompañados de su familia. Ese es el grupo de pacientes que han valorado bien sus motivaciones, han hablado con sus familias y son los que, normalmente, se acaban operando. Son los que tienen unas expectativas realistas y son los pacientes que buscamos. En otras ocasiones los pacientes vienen por curiosidad, porque han visto a una amiga o un programa y se acercan para hacer una consulta informativa, sin tan siquiera haber pensado realmente en operarse. En ese caso vienen solas o con sus amigas.

Los menores siempre con permiso parental.

-No atendemos consultas a pacientes menores de edad solos, tienen que venir siempre acompañados.

Hay jóvenes que trabajan y pueden pagarse la operación pero, ¿es frecuente que se la paguen sus madres o padres?

-Puede venir una chica equilibrada emocionalmente con 20 o 21 años que se siente insegura al estar desnuda, a veces con su pareja, porque se nota el pecho pequeño o tiene una pequeña malformación. En esa consulta viene acompañada de su familia, normalmente de su madre, y su madre forma parte del proceso, porque se le explica también todo lo que va a ocurrir. En esos casos la familia puede ayudar en la financiación de la cirugía, porque está indicada. Pero es muy poco frecuente que venga alguien y te diga "mi niña ha acabado la universidad y le quiero regalar un implante mamario". Eso no existe, es un mito. O igual existe en Los Ángeles, no aquí.