DONOSTIA- La artrosis es una enfermedad muy extendida, sobre todo a partir de cierta edad. Quizá por este motivo hay afirmaciones y creencias en torno a esta patología que no se sustentan en la realidad. Joaquín Belzunegi, jefe de servicio de Reumatalogía del Hospital Donostia, desmonta alguno de estos mitos y constata que, hoy por hoy, no hay cura para este enfermedad.

¿Qué es la artrosis?

-Es una enfermedad que se produce por la pérdida del cartílago, que es lo que se encuentra entre dos huesos y permite que muevas un hueso sobre el otro. Para que nos entendamos, es como la bisagra de una puerta. Cuando el cartílago se va perdiendo, progresivamente un hueso roza con el otro y eso provoca dolor y hace que la bisagra funcione mal.

¿Cuáles son sus principales síntomas?

-El primer síntoma es el dolor. El cartílago como tal no tiene terminaciones nerviosas, pero el hueso sí. Por eso al perder el cartílago, el roce de un hueso sobre otro provoca el dolor. Después, algo que ocurre con mucha frecuencia es la disminución de la movilidad, notar que el rango de movimiento de articulación disminuye. El otro síntoma es la deformidad, muy típica en las manos. El roce de un hueso con otro hace que se formen unos salientes que se pueden ver exteriormente.

¿La artrosis puede aparecer a cualquier edad?

-Es más frecuente conforme mayor es la población.

¿Cuál es su prevalencia?

- La artrosis de manos aparece en cerca del 10% de la población y la de rodillas afecta a un tercio de las personas de más de 70 años. Es una patología muy frecuente.

No hay cura para la artrosis pero, ¿se puede frenar su evolución? ¿Se puede mejorar?

-Se puede mejorar, pero no existe un tratamiento curativo, ninguno que haya demostrado que frene su evolución. Hay muchas noticias, mucha información muy sesgada que ofrece cosas que no se corresponden con la realidad, porque no hay un tratamiento curativo. Por supuesto que se puede ayudar a los pacientes. Por ejemplo, en la relación del sobrepeso y la artrosis de rodilla. Se ha demostrado que, si la persona pierde peso, mejora mucho. También con analgésicos y con algunas inyecciones en las articulaciones se puede mejorar el dolor y la función.

Deporte, alimentación...

- La alimentación solo en el sentido que hemos comentado, la del sobrepeso. Es muy importante porque está muy relacionado con la artrosis de rodilla, algo menos con la de cadera e incluso también con la de manos. Eliminar esos kilos de más ayuda. Pero no hay alimentos que curen la artrosis. Hay algunos, por ejemplo la cúrcuma, que tiene un pequeño efecto antiinflamatorio y quizá pueden ayudar a mejorar un poco el dolor, pero simplemente como tratamiento sintomático.

¿Hay algo de verdad en la afirmación de que cuando hace más humedad más duelen los huesos?

- No está demostrado. Sí se sabe que las articulaciones tienen sensores para la temperatura o la presión atmosférica. En ese sentido, se cree que puede haber cierta relación. Pero la verdad es que en el día a día vemos que hay personas a las que les duele más cuando hace niebla, a otras cuando hay viento sur, a otras cuando llueve y a otras cuando hace frío. Lo que oímos es muy variable. Pero hay una base fisiológica en ello, hay unos receptores en las articulaciones y nuestra obligación como médicos es creer al paciente si nos dice que le duele más en determinadas circunstancias.

Eso de irse a Navarra o Benidorm entonces, ¿no ayuda?

- No, demostrado no hay nada. Yo siempre digo lo mismo: los médicos reumatólogos de Canarias trabajan lo mismo que los de Cuenca o los de Donostia, no hay diferencias. La patología no está peor en una comunidad autónoma que en otra ni en unos países que otros.

¿Hay distintos tipos de artrosis?

- Claro. Hay una artrosis que se llama generalizada, porque ataca muchas articulaciones. Luego también hay articulaciones que están libres de artrosis, salvo en circunstancias muy concretas. Por ejemplo, en el tobillo es raro que se dé. Los sitios más frecuentes son las rodillas, las caderas y las manos.

¿Es una enfermedad que afecta más a mujeres que a hombres? ¿La menopausia tiene algo que ver?

- No es que la menopausia tenga que ver, lo que ocurre es que, como aparece a cierta edad, se ve más en mujeres posmenopáusicas que premenopáusicas. El sexo es importante en la localización. Por ejemplo, la artrosis de manos es mucho más frecuente en mujeres que en hombres, aproximadamente cuatro mujeres por cada hombre. La de rodillas, también, aunque la diferencia no sea tanta. La de caderas está más igualada. Pero, sí, en general la artrosis es un problema más común en mujeres.

Siendo un proceso degenerativo, ¿en algún momento cabe una solución quirúrgica?

- En fases muy, muy avanzadas, la única solución que ofrece una artrosis de cadera o de rodilla es ponerse una prótesis. En las articulaciones pequeñas de las manos las prótesis no van bien y no se suelen poner. En fases anteriores, cuando no hay mucho dolor, puede haber cirugías que retrasen el problema. Por ejemplo, en la rodilla una persona puede tener la parte interna de la articulación más afectada que la externa y realinear los huesos puede retrasar el problema. Pero en fases avanzadas, la única solución es la cirugía.

¿La artrosis puede ser muy invalidante?

- Sí, claro. ¡Dígale a una persona de 84 años que tiene que ponerse una prótesis! El quirófano y la cirugía mayor son palabras fuertes y mucha gente no quiere pasar por eso. Pero llega un momento en el que si no puedes moverte tienes que escoger eso o verte postrado en una silla. Intentamos convencer al paciente de la operación porque la prótesis, habitualmente, quita el dolor. La recuperación también ha ido mejorando. Aunque la movilización es costosa y duele, en la actualidad se comienza precozmente y eso supone una gran mejoría.

Es frecuente confundir artritis y artrosis pero, ¿cuál es la diferencia?

- Son cosas totalmente diferentes. En la artritis lo que se produce es una inflamación de la membrana sinovial. De entrada y en principio, no se afecta al cartílago. En fases finales, y si la artritis es muy agresiva, esa membrana sinovial (que lo que hace es lubrificar la articulación) si está muy inflamada puede invadir el cartílago y destruirlo. Pero, en principio, es una enfermedad de la membrana sinovial que se inflama, que suele dar un dolor intensísimo de predominio por las noches, lo que afecta mucho a la calidad de vida de los pacientes. Provoca mucha rigidez a las mañanas, tanta que una persona puede estar dos o tres horas sin poder usar las manos en condiciones.

¿El dolor de la artrosis es distinto?

- Sí. Al menos en fases iniciales es menos intenso y aparece habitualmente con el uso, es decir, no suele despertar a las noches y tiene muy poca rigidez a las mañanas. En fases muy avanzadas, sí se llega tener un dolor terrible y se puede necesitar una prótesis. Pero, de entrada, en fases iniciales es mucho más agresiva una artritis que una artrosis.

¿Es la artrosis una enfermedad sobre la que se está investigando?

- Muchísimo. Hay una revista médica con un factor de impacto bastante alto que se llama Artrosis y Cartílago. Se está investigando mucho, pero el problema es que se desconocen las causas. Se sabe mucho de lo que ocurre dentro de las articulaciones, pero no se ha llegado a encontrar la causa primera ni nada que frene el proceso, la evolución del problema. En ese sentido, estamos igual que hace varias décadas. Mientras que en otras aspectos de nuestra especialidad los tratamientos han cambiado totalmente el futuro de los pacientes, en la artrosis estamos como hace 40 años.

¿En qué patologías se ha avanzado más?

- En la artritis se han dado unos cambios terribles. Los tratamientos que ponemos hoy en día son totalmente diferentes a los de hace 20 años y el futuro de los pacientes es muchísimo más esperanzador. En cambio, en la artrosis les digo a los pacientes lo mismo que les decía cuando empecé la especialidad. Se está investigando mucho y acabará encontrándose algo, seguro, pero no a corto plazo.