donostia - La Audiencia de Gipuzkoa ha condenado a siete años y medio de cárcel al hombre que abusó sexualmente de una mujer que se encontraba inconsciente, afectada por el consumo de alcohol, durante los sanmarciales de Irun de 2018. Según informaron fuentes del caso, además de imponerle estas penas de prisión, como autor de un delito de abusos sexuales con la agravante de reincidencia, la sentencia también impide al procesado aproximarse a su víctima y contactar con ella por cualquier medio durante diez años. Asimismo, le impone seis años de libertad vigilada una vez excarcelado y le obliga a indemnizar a la perjudicada con 6.000 euros. La sentencia, que no es firme, puede ser recurrida aún ante el Tribunal de Justicia del País Vasco.

Durante el juicio, celebrado el pasado diciembre en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, la Fiscalía y la acusación particular, que ejerció la abogada Gina Pizarro, reclamaron diez años de cárcel para el inculpado.

Las acusaciones le imputaron haber tocado las partes íntimas e introducido los dedos en la vagina de la víctima, quien se encontraba ebria e inconsciente en la calle Cipriano Larrañaga de Irun después de haber pasado la noche de fiesta durante la celebración de los sanmarciales de 2018. El hombre cesó en su acción cuando otras personas se apercibieron de lo que estaba haciendo y emprendió la huida, hasta que la Er-tzaintza lo detuvo en un portal.

En la vista, el encausado reconoció los hechos, si bien precisó que la perjudicada no se encontraba inconsciente y sugirió que los tocamientos fueron consentidos por la mujer.

El inculpado explicó que aquella noche estuvo de fiesta con unos amigos por la zona de Moscú, bebiendo y fumando marihuana, tras lo que sus compañeros se marcharon y se quedó solo, borracho, dormido en un banco, sin despertar hasta las 6.00 horas.

Posteriormente, tuvo lugar el episodio de los tocamientos, que, según su versión, fue consentido por la chica, quien estaba borracha y con un hombre que la acompañaba en una situación similar en un banco cercano, precisó el encausado.

Este, que dijo ser alcohólico desde 2016 y que declaró de una forma muy confusa, dijo que cesó en su actitud cuando dos mujeres que pasaron por el lugar le recriminaron los hechos y decidió marcharse.

La víctima también compareció en el juicio, pero el público fue desalojado de la sala durante su testimonio que tuvo lugar a puerta cerrada y por videoconferencia interna, por lo que su declaración no transcendió.

En la vista, también testificaron dos chicas que desvelaron que, pocas horas antes de los hechos, ellas también habían sido víctimas de unos tocamientos en las nalgas por parte del acusado, mientras que una tercera declaró que en su caso no lo logró porque llevaba un bolso cruzado a la espalda que la protegió.

El fiscal planteó entonces a las dos primeras si deseaban que su testimonio fuera considerado como una denuncia formal, a lo que ambas respondieron afirmativamente. - Efe