Alta humedad, temperaturas con moderado contraste térmico y numerosos ríos. Las temidas avispas asiáticas han encontrado en Gipuzkoa las condiciones ideales para su expansión. Y las han aprovechado desde que en 2004 penetrasen en Europa por el puerto de Burdeos, procedentes de Yunnan (China), asentadas en contenedores de cerámica para el cultivo de bonsáis

Llegada la primavera, las avispas reinas despiertan de su letargo invernal, transcurrido en huecos de troncos de árboles o grietas del suelo, y comienzan su frenética actividad. En su menú, las abejas son un preciado alimento, lo que pone en guardia a los apicultores guipuzcoanos, año tras año. De hecho, en 2015 se destruyeron 1.200 nidos de esta especie, en 2014 se eliminaron 600, mientras que en 2013 fueron 300. El número de estas avispas durante la temporada es una incógnita, y todo dependerá del tiempo que haga las próximas semanas. “Ha sido un invierno muy templado, casi no ha helado. A principios de febrero se vio a las primeras reinas en la costa guipuzcoana y algunos nidos todavía se mantenían activos debido a la alta temperatura”, describe Egoitz Galarza, veterinario de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa.

Población estable

La tardía llegada del frío ha podido afectar a esos primeros ejemplares que ya habían dejado atrás su hibernación. “Seguramente, ese cambio les habrá dado una paliza”, conjetura Galarza, que, no obstante, cree que la población de avispas se mantendrá similar a la de años anteriores.

En todo caso, este experto estima que la presencia en Gipuzkoa de este voraz insecto ya resulta inevitable, desde que se detectasen los primeros ejemplares en la zona del Bidasoa hace seis años. Luego se expandió por la costa y, actualmente, el interior del territorio está totalmente colonizado. “En 2015 había más nidos en Bergara, Arrasate, Eibar o Azkoitia que en la zona costera. Pensamos que donde antes empezó a propagarse la avispa asiática hay más conciencia y, por eso, hay menos”, sostiene Galarza.

En todo caso, los apicultores van a continuar haciendo frente a su enemigo, capaz de diezmar colmenas en pocas horas. Para ello, se guiarán por el protocolo establecido en coordinación con la Diputación y los ayuntamientos que, ahora en primavera, indica la colocación de trampas en los colmenares bajo supervisión de la institución foral.

A finales de verano y principios de otoño se procederá a la retirada de nidos, caracterizados por su forma esférica, a fin de ponérselo más difícil a estos invertebrados el siguiente año.

No obstante, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (Neiker-Tecnalia) ensaya nuevos métodos para atrapar estas avispas, utilizando diferentes sustancias para atraerlas.