donostia - Observar a la sociedad desde la perspectiva de la Unidad de Valoración Forense Integral puede dar una idea muy negativa del comportamiento humano, ya que este servicio del Instituto Vasco de Medicina Legal debe emitir informes sobre muchos casos de violencia que llegan a los tribunales de Justicia de Euskadi. Sin embargo, su responsable reconoce que en el ámbito de la violencia dentro de la familia la realidad cotidiana es mucho peor que sus estadísticas, pues a la unidad solo llega una parte de los casos que se denuncian “y estos son muchos menos de los que existen”.

Tras realizar el informe sobre los casos de violencia intrafamiliar de los últimos años ¿ha cambiado su idea general sobre la familia?

-Los que trabajamos en el ámbito de la violencia ya sabemos, porque lo vemos cada día, que la violencia más frecuente es la familiar.

¿La familia no es el lugar seguro y protector que creemos?

-Sin querer ser alarmistas hay que decir que ese estereotipo idílico de que la familia es el lugar perfecto no es real. La familia es el entorno más violento de todos, quitando las guerras, claro. Comparado con otros contextos, es el más violento. Esa idea de que la familia es una organización de miembros que se apoyan mutuamente, que se quieren, se protegen, que se basa en el cariño... los hechos te demuestran que no siempre es así. Debemos tener en cuenta que la familia tiene un lado oscuro.

¿Por qué decidió realizar el estudio de los casos de violencia intrafamiliar tratados en la Unidad?

-En la presentación de la memoria del Instituto Vasco de Medicina Legal se produjo una confusión entre violencia intrafamiliar y filoparental. La violencia intrafamiliar incluye la de hijos a padres, de padres a hijos, a abuelos, entre hermanos, etc. Como había cierta confusión nos pusimos a buscar datos desglosados sobre cada tipo, aplicando modelos estadísticos dentro del trabajo diario de la Unidad de Valoración Forense. Diseñamos una metodología para verlos con exactitud y a raíz de eso surge la idea de realizar este trabajo.

Ahora se habla mucho de las agresiones de hijos a padres, ¿han detectado que hay más casos de violencia filoparental?

-Probablemente este tipo de violencia esté aumentando, aunque las cifras oficiales dicen lo contrario: según los datos de la Fiscalía en 2011 se contabilizaron 5.377 casos, en 2012 hubo 4.936 y en 2013, 4.659. Como se ve, los casos de violencia filoparental han disminuido en esos tres años, pero todos los expertos dicen que están aumentando. Yo sí creo que desde hace años hay un patrón de relaciones familiares que está cambiando. La falta de límites para los menores y los problemas educativos pueden estar favoreciendo el aumento de la violencia de los hijos, pero también es probable que la existencia de más información y la presión social estén haciendo más visible este fenómeno. Sin embargo, en toda la violencia intrafamiliar, incluida la violencia contra las mujeres, estamos ante lo que siempre se ha llamado el fenómeno iceberg: solo conocemos la parte que aflora.

¿Qué factores explican la invisibilidad de esta violencia?

-La vergüenza y la culpabilidad, que eran argumentos que se esgrimían para explicar la invisibilidad del fenómeno, persisten, pero es evidente que cada día hay una mayor concienciación social. En los casos de violencia contra las mujeres se ha dado un paso muy grande y el tiempo medio de permanencia en el medio violento se ha rebajado enormemente.

Para el estudio sobre violencia intrafamiliar han dejado deliberadamente fuera los casos de violencia dentro de la pareja.

-Casi el 80% del trabajo de la Unidad de Valoración Forense Integral se centra en la violencia en la pareja, que básicamente es violencia contra la mujer. El 20% restante son otros tipos de violencia intrafamiliar.

¿Qué factores originan la violencia dentro de la familia?

-Este tipo de violencia es multifactorial, así que nunca hay un factor exclusivo y no es una única patología o el abuso de un tóxico lo que la explica. Es una violencia compleja y multifactorial, y la combinación de factores es distinta en cada caso.

En los casos de menores violentos, que agreden a sus padres, por ejemplo, se habla mucho de la influencia de algunos videojuegos.

-Eso entra dentro de la llamada teoría sistémica que citan todos los autores. Se refiere a la interrelación que hay entre el clima violento que vive una sociedad de forma global, el clima violento de la periferia más cercana al núcleo familiar -el trabajo, la escuela, el barrio- y la violencia propia de la familia. Creo que estamos viviendo en una sociedad donde hay una exaltación y una visibilización de la violencia a través de películas, videojuegos, medios de comunicación, etc. y que, de alguna manera, eso penetra en las partes concéntricas internas, donde se sitúa la familia.

¿Qué otros factores destacaría?

-Hay factores como la falta de control de impulsos o los tóxicos que están ahí, pero en la violencia intrafamiliar pesan también factores biológicos, psicológicos, sociales, relacionales... Es verdad que en nuestro estudio el consumo de tóxicos presenta un porcentaje altísimo entre los agresores, sobre todo el alcohol, y que algunos rasgos de personalidad, como la falta de empatía, influyen, pero ¿explicarían por sí solos la violencia? Yo creo que no.

¿Se pueden definir perfiles en los protagonistas de la violencia intrafamiliar?

-Yo soy muy contrario a los perfiles psicológicos, no hay perfiles ni de víctimas ni de agresores, ahora bien, ¿tienen determinadas características? Sí, claro, pero los perfiles como tales no existen. Este tipo de violencia se da en personas de todas las condiciones, en todos los niveles sociales, económicos, culturales, y en todos los tipos de personalidad.