no de los partidos con más solera del panorama político vasco afronta el reto de dibujar de nuevo su rumbo. Lo hace después de que el pasado martes Idoia Mendia confirmara que no seguirá como secretaria general del PSE, un cargo que ha ocupado durante siete intensos años en los que ha estabilizado la nave. Y, después de que Soraya Morla añadiera ayer su candidatura a la de Eneko Andueza, lo hace también expuesto a un debate de un enorme calado, el de cómo tejer su futuro.

44 años de historia dan para mucho. Pactos con PNV y PP, Gobierno, oposición... Por eso ahora, cuando se abre una nueva etapa que salvo sorpresa mayúscula estará capitaneada por Andueza, cabe preguntarse ¿A dónde vas, PSE? ¿La apuesta por el PNV como socio estratégico es la única posible, o ha llegado la hora de explorar el campo que se abre a su izquierda? Y el espejo de la evolución reciente ofrece pistas para atisbar un rumbo ante el que Andueza se presenta con “las manos libres”. Sin “ataduras”, decía el pasado viernes, para forjar los acuerdos que vean positivos para la sociedad vasca, guardando siempre -subrayaba- “lealtad” a lo firmado con el PNV. Y al menos una voz, la de Morla, se alzará en el congreso que el partido celebrará a finales de noviembre para plantear que es la hora de que el partido dé “un giro político” hacia una nueva política de alianzas con EH Bildu y Podemos.

Política de pactos

De Benegas a López pasando por Redondo

Bajo el mando de Idoia Mendia el PSE ha recuperado la calma interna, cotas de poder y el liderazgo dentro de la izquierda no independentista vasca. Por eso, no cabe esperar vaivenes como los que sí hubo en otros tiempos. Y es que, mientras Mendia se felicitaba de haber mantenido “firme el timón” discursivo durante su mandato, el PSE históricamente ha evolucionado cuando el partido se ha visto sacudido por los tiempos de la política, y la política, por los tiempos del PSE.

Tras la muerte de Franco y la legalización del PSOE, se creó el Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) como federación vasco-navarra del partido. Fueron tiempos en los que los socialistas defendían una autonomía a cuatro (Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa). “Consideramos el derecho a la autodeterminación, entendiéndolo como la capacidad de Euskadi para decidir su propio destino, incluida la posibilidad de crear un Estado propio, como la mejor base para la unidad de la clase obrera del Estado español”, decía entonces una UGT tan unida al PSOE que la afiliación era simultánea en ambas. Sin embargo, unos años después, el PSN -ya escindido del PSE- rechazaba incluso el cheque en blanco que le ofreció NaBai para gobernar habiendo sido la tercera fuerza de la Comunidad foral y permitía que UPN siguiera en el Ejecutivo solo para no aparecer retratado junto a un nacionalismo con el que hoy en cambio sí gobierna.

En la Comunidad Autónoma Vasca, por su parte, de los gobiernos de coalición con el PNV auspiciados por Txiki Benegas y Ramón Jáuregui como secretarios generales, se pasó al abrazo con el PP de Jaime Mayor Oreja que disparó los resultados de Juan José Ibarretxe en tiempos de Nicolás Redondo Terreros. Y de ahí a Patxi López, que salió ganador de una pugna interna en la que Carlos Totorika representaba a ese alma que no quería alejar la estrategia del partido de la del PP. De hecho, en contra de lo prometido en la campaña electoral, el PSE llegaría a un acuerdo con el PP de Basagoiti para hacer lehendakari a López con el apoyo del Partido Popular y de aquella UPyD liderada por una Rosa Díez que había salido igualmente del entorno socialista, que aportaría a varias figuras históricas al mediático Foro Ermua.

Un “nuevo tiempo”

“Manos libres” para “grandes acuerdos”

Redefinido el rumbo tras el castigo electoral al que el partido tuvo que hacer frente -pasó en siete años de 25 a 9 escaños tras la era López- y que, como dijo el martes Mendia, hizo que “muchos pronosticaran” su desaparición ante el auge de Podemos, ahora que es tiempo de cambio, está por ver cómo se articula. “El futuro del partido pasa por abordar un proceso de transformación”, dijo la vicelehendaki. Pero, ¿en qué sentido?

Desde que Arnaldo Otegi iniciara aquel “viraje del trasatlántico” lejos de las procelosas aguas de la violencia de ETA, y una vez desaparecida esta de la ecuación política vasca, la izquierda abertzale sueña con la articulación de un “eje vasco de izquierdas” que sea una alternativa al liderazgo histórico del PNV.

Sus acuerdos con los socialistas en los gobiernos de Nafarroa y España abonan esta tesis por cuanto han supuesto el fin del cordón sanitario que antes les impedía convertir en colaboración sus coincidencias programáticas dada la postura de los de Otegi ante la actividad de ETA.

El propio coordinador general de EH Bildu no se cansa de remar en esta dirección. El pasado mes de abril participaba en el congreso de la UGT en la CAV y el secretario general del partido a nivel estatal, Pepe Álvarez, se mostraba partidario de una relación en “plena normalidad” con la izquierda abertzale. “Tenemos que romper la dicotomía nacionalista y entrar en una de izquierda-derecha”, explicitaba su líder en Euskadi, Raúl Arza. Del mismo modo, mientras EH Bildu daba su apoyo al Gobierno de España para aprobar los Presupuestos Generales, Otegi acercaba posturas con Podemos e IU, ya integrantes junto al PSOE del Gabinete Sánchez. Quizá no sea “en un futuro próximo”, pero esta colaboración desde la izquierda “llegará”. “Antes de lo que muchos creen”, advertía recientemente, toda vez que, en su opinión, la sociedad vasca “ha superado” la fase de exigir a EH Bildu un desmarque mayor de la violencia de ETA.

Ante esta posibilidad se alzan dos grandes diques. Por un lado, que el PSE no está de acuerdo en que el recorrido hecho por la izquierda abertzale en este sentido sea suficiente. Por otro, que la búsqueda de un horizonte de más autogobierno -no digamos ya de un ejercicio del derecho a decidir- no están en la hoja de ruta del futuro PSE. No al menos en la de Eneko Andueza.

El joven político eibarrés dijo sentir “mucha desazón” por los posicionamientos que aún persisten en la izquierda abertzale ante la violencia, lo que le llevó a acusarle de “reírse de la sociedad vasca”.

Por otra parte, la ponencia que vertebrará el Congreso del que saldrá el relevo de Mendia afirma rotunda: “El derecho a decidir, que en su proclamación miente dos veces, pretende imponerse, contrario al sentido de nuestra sociedad y a la evolución de los tiempos, devolviéndonos a un mundo de reinos medievales. Queremos una Euskadi dentro de una España federal y dentro de Europa”. “Si hablamos de reformar el Estatuto, pongámonos a ello”. Pero “quiero dirigirme a las formaciones nacionalistas”: “Pueden acordar su derecho a decidir, su viaje a la autodeterminación para conseguir la independencia. Sean conscientes de que si lo hacen estarán fracturando la convivencia(...). El estatus político está definido. Funciona”, advirtió el propio Andueza en el pasado arranque del curso en el Parlamento Vasco.

“Otegi no habla tanto de plazos como de objetivos”, reconocen desde la izquierda abertzale ante semejante distancia. Y voces como las de Soraya Morla hoy, o Gemma Zabaleta -exconsejera de Empleo y rival de Patxi López para liderar el PSE- ayer, apuestan por trabajar por esa nueva “alternativa política de la izquierda”.

Al anunciar que se postulará para suceder a Mendia, Andueza dejaba en el aire algunos mensajes. Quiere liderar un partido “sin ataduras” para pactar con todas las fuerzas políticas -aunque siempre “desde la absoluta lealtad” a lo firmado con el PNV-. Y buscará ensanchar el espacio de la izquierda vasca “adaptando y modernizando el proyecto socialista a este nuevo tiempo” en el que tendremos, dijo, “que tomar decisiones con determinación, valentía y capacidad de anticipación”. ¿Para poner rumbo a un tripartito de izquierdas? “Si en Madrid o Navarra se puede hacer, en Euskadi también”, defenderá en el congreso su rival.

Como dijo Otegi, las nuevas sumas parecen aún lejanas. Pero el tiempo en política corre deprisa y en el horizonte asoman las elecciones municipales y forales de 2023. Será entonces, con el liderazgo del nuevo líder del PSE ya consolidado, cuando se vea en qué se plasma esa elección de la pareja con la que el partido decide trabajar. Continuismo o ciaboga. Quo vadis, PSE?

alternativa

“Pactar siempre con la izquierda”

Una nueva política de alianzas. La exconcejala de Basauri Soraya Morla confirmaba ayer una candidatura alternativa a la de Eneko Andueza que promete poner sal al debate del próximo congreso socialista. Su apuesta es la siguiente: defender sin ambages que ya ha llegado la hora de explorar una política de pactos alternativa al PNV, que pasa por dejar atrás el veto a la izquierda abertzale y encontrarse con Elkarrekin Podemos y EH Bildu. “Si en Madrid o Navarra se puede hacer, nosotros también”, decía ayer Morla, apostando por “cerrar heridas” y “explorar una nueva fórmula” tras la desaparición de ETA. Morla reconoce que tiene “muy poquitas posibilidades” frente a un Andueza respaldado por un aparato fuerte, pero “Pedro Sánchez también tenía muy pocas en 2017”, advertía ayer. Por de pronto, y a la espera de ver si pasa el corte de los avales (necesita poco más de un centenar al exigirse la firma del 2% de la militancia en la CAV), la exconcejala de Basauri ha agitado el árbol con un debate que hace al PSE plantearse su futuro inmediato y aspira a que su apuesta reciba un porcentaje “importante” de apoyo para que “se nos escuche o se nos integre”. “Hablamos con todos pero siempre pactamos con los mismos” y esa estrategia “hipoteca” al PSE, cree Morla. Y, por eso, apostará por cambiar de rumbo y “pactar siempre con la izquierda”.

“Hemos pasado de ser un partido al que se quería ningunear a ser el cauce central para cualquier acuerdo”

Secretaria general del PSE

“Quiero un partido sin ataduras para pactar, pero siempre desde la absoluta lealtad al PNV”

Portavoz parlamentario del PSE-EE

“El PSE debe explorar una nueva fórmula. Si en Madrid o Navarra se puede, aquí también”

Exconcejal del PSE-EE en Basauri

“El eje vasco de izquierdas con PSE y Podemos llegará antes de lo que muchos creen”

Coordinador General de EH Bildu