- El papa Francisco se ha pronunciado sobre el conflicto catalán y su problema de encaje con el Estado para lanzar un mensaje de reconciliación, en lugar de juzgar a la otra parte como una enemiga. En una larga entrevista concedida a la cadena Cope donde habla de todo tipo de asuntos, el papa abordó también la cuestión territorial para aclarar que "la unidad nacional es fascinante, pero nunca se va a lograr sin la reconciliación de los pueblos". Por ello, invitó a cualquier país a abrir un proceso de reconciliación con la "propia historia" y, sin llegar a "claudicar de las posturas propias", sí recomendó "huir de las ideologías que impiden cualquier proceso" de diálogo. Ámbitos próximos a la derecha española pusieron el foco en este segundo mensaje sobre las ideologías que impiden cualquier proceso por si estaba aludiendo al soberanismo de manera crítica, y desde otros ámbitos se puso el acento en el mensaje de reconciliación en lugar de permanecer cada uno en su trinchera. Una apuesta por acercar posturas, de entendimiento, donde apela a todos y también al Gobierno.

"El Gobierno tiene que hacerse cargo y llevar adelante la historia como hermanos y no como enemigos, y con ese inconsciente deshonesto que me hace juzgar al otro como un enemigo", desgranó. Ahí lo dejó el papa Francisco, aunque no es la primera vez que la Iglesia se pronuncia sobre este contencioso. Eso sí, no hay una posición unitaria en la Conferencia Episcopal española. Los obispos catalanes sí se posicionaron claramente en junio a favor de los indultos a los presos soberanistas. Apostaron por "la fuerza que tienen el diálogo y las medidas de gracia en todas las situaciones de conflicto". Ese mismo día, el presidente de la patronal española CEOE, Antonio Garamendi, había deslizado que, si los indultos implican que la situación se normalice, "bienvenidos" sean. Estos dos posicionamientos no sentaron bien en el PP, entre cuyo electorado y base social hay sectores muy próximos a la Iglesia y la patronal. De hecho, la situación llegó a tal punto que Garamendi tuvo que matizar sus palabras ante la presión sufrida y no pudo contener las lágrimas por la intensa polvareda que desataron sus declaraciones.

El Gobierno español de Pedro Sánchez llevó a cabo los indultos y tiene previsto reunir la mesa de diálogo con Catalunya este mes, aunque algunos gestos se han enfriado, este debate pierde peso en el discurso del Gobierno español, y se ha aplazado la reforma del delito de sedición.

En este contexto, en puertas de una mesa de diálogo que ha caldeado el ambiente entre Junts y ERC, socios del Govern, el expresident de la Generalitat Quim Torra mostró ayer sus recelos sobre este foro. Reprochó a los partidos independentistas que hayan abandonado la confrontación y tengan posiciones ingenuas sobre la generosidad que puede tener Madrid. En respuesta a las palabras del president Aragonès, vaticinó que nunca habrá un referéndum pactado con el Estado y cree que la mesa de diálogo no va a cambiar nada en ese sentido. "No habrá nunca un referéndum pactado con el Estado español por la sencilla razón de que el Estado español está fundamentado en la indisoluble unidad de la patria y, además, garantizada por el ejército y el poder judicial", dijo en Catalunya Ràdio, para ir más allá: "No entiendo cuáles son los motivos de estos dos años de tregua de una mesa de diálogo que sabemos que es imposible que dé como resultado un referéndum acordado imposible. Esta estrategia no me ha parecido correcta". Apostó por la movilización ciudadana.

La ministra de Educación, Pilar Alegría, por su parte, zanjó que en el año 2030 "Cataluña seguirá siendo España", tal y como dijo en Onda Cero. Por otro lado, la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural celebrarán el 2 de octubre la Conferencia Nacional Antirrepresiva para impulsar un nuevo frente común. En la lista figura el diputado de EH Bildu en el Parlamento Vasco Julen Arzuaga.

"No entiendo los dos años de tregua de la mesa de diálogo; es imposible que dé un referéndum"

Expresident de la Generalitat