La situación de Juan Carlos I, justo cuando se cumple un año de su marcha de España para asentarse en Abu Dabi cercado por presuntos escándalos de corrupción, y el papel de la Corona española ponen nuevamente de relieve la sima que existe respecto a la institución monárquica entre los socios de coalición del Gobierno de Pedro Sánchez. Unidas Podemos ha redoblado sus críticas hacia la Casa Real mientras que el líder del PSOE ha tirado balones fuera coincidiendo con su encuentro con Felipe VI en el Palacio de Marivent. A través de varios tuits en sus redes sociales, la secretaria general de la formación morada y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha expresado que "la huida" del rey emérito a Emiratos Árabes Unidos "supone, a todas luces, una grave anomalía democrática en España que produce un enorme descrédito de las instituciones" después de destaparse supuestos negocios irregulares del monarca en el extranjero, que son investigados desde tres vertientes por la Fiscalía del Tribunal Supremo por si pudo cometer algún delito cuando dejó de ser inviolable tras abdicar en junio de 2014. A su juicio, que Juan Carlos de Borbón "viva a todo lujo en Abu Dabi mientras se persigue penalmente a quien hace una canción crítica con la monarquía pone claramente en cuestión, además de la libertad de expresión, el principio de justicia e igualdad ante la ley".

Apreciación emitida desde dentro del Ejecutivo ante la que Sánchez ha respondido aludiendo al comportamiento de Felipe VI. "Me complace ver cómo el actual jefe del Estado también está comprometido con la actualización y la transparencia de la Casa Real", se ha limitado a apuntar. Una disensión que pone otra vez encima de la mesa las diferencias en el Consejo de Ministros ante todo lo que concierne a la Corona. Podemos ha acusado en varias ocasiones a los socialistas en los últimos meses de pertenecer al bloque monárquico al impedir la tramitación de las iniciativas para investigar al emérito. De hecho, con sus palabras, Belarra no ha hecho sino reactivar las tesis de su partido y de los socios del bloque de la investidura, cuando, a raíz de la "judicialización" del proceso independentista, se defendió que en España no se da "normalidad democrática".

Fue el 3 de agosto de 2020, bajo la excusa de que quería facilitarle su labor como monarca, cuando Juan Carlos I comunicó al actual rey su decisión de salir de España. Un año después, el emérito, en el radar de la justicia, aún no ha regresado pero desde su entorno se ha sondeado varias veces con esta posibilidad. En este contexto, Sánchez no se ha pronunciado sobre las informaciones que hablan de la posible vuelta de Juan Carlos I a Zarzuela, negando que esta cuestión haya sido objeto de debate en el despacho mantenido en Palma de Mallorca con Felipe VI. Durante su intervención, el presidente español ha reconocido que "han cambiado muchas cosas" desde que el emérito abandonara el Estado español, pero lo que no ha variado, a su juicio, es el compromiso del Ejecutivo que él lidera con "las instituciones constitucionales". Cuando fue interpelado sobre las manifestaciones de Belarra, Sánchez ha insistido: "Lo que les he dicho, el Gobierno está comprometido con todas y cada una de las instituciones constitucionales. Nosotros lo que hacemos es valorar muy positivamente ese ejercicio de transparencia, de actualización, que a lo largo de su reinado, Felipe VI ha venido desarrollando en la Corona".

DARDO A SU SOCIO

Previamente, la máxima dirigente de Podemos había lamentado que a "los hechos" que ya se conocían sobre el emérito se hayan sumado "revelaciones sobre nuevas cuentas ocultas en paraísos fiscales, fortunas de dudoso origen y posibles vínculos con el tráfico de armas". En esta línea, para la ministra "quienes impiden sistemáticamente que el Parlamento, sede de la soberanía popular, pueda tomar cartas en el asunto y conocer las actividades presuntamente ilícitas de la Corona, están poniendo en entredicho el principio mismo de monarquía parlamentaria". Claramente, todo un dardo contra su socio de Gobierno, el PSOE, al ser uno de los partidos que frenan en la Mesa del Congreso de los Diputados los intentos de diversas formaciones, incluidas las soberanistas, por investigar al emérito en la Cámara Alta. Por todo ello, Belarra ha dejado claro que la fuerza morada "va a seguir trabajando para que la democracia llegue a la Jefatura del Estado y por un horizonte republicano para España, como proyecto de profundización democrática, de modernización económica y de unidad en base al reconocimiento de nuestra plurinacionalidad".

En paralelo, la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha echado un capote a Sánchez destacando que la posición del Ejecutivo sobre la monarquía la estaba representando el presidente español en su despacho con el rey en Marivent. La titular de Política Territorial ha esquivado una pregunta relacionada con las críticas de sus compañeros de gabinete de Unidas Podemos, asegurando que no iba a hacer ningún comentario al respecto y que cada ministro es "responsable de sus declaraciones". Cuestionada sobre si hay algún avance en las reformas legislativas que anunció Sánchez hace unos meses para regular la Corona, Rodríguez ha admitido que, en estos momentos, "no hay novedad sobre este asunto".

Sánchez ha huido de toda polémica para centrarse en que en el último año "han cambiado muchas cosas y a mejor", entre ellas, la vacunación contra la covid y la recuperación económica, agradeciendo a Felipe VI su "acogida, disponibilidad siempre, compromiso con el país y su cercanía". No en vano, ya dijo hace dos años Sánchez que el rey "representa bien" los valores de la Segunda República. Y en esa idea parece mantenerse.