er en Waterloo se vislumbró una imagen histórica por su contenido simbólico y político, y más si cabe por todo lo acontecido desde otoño de 2017, cuando el Gobierno español disolvió la Generalitat mediante el 155 y Carles Puigdemont y Oriol Junqueras optaron por tomar caminos muy diferentes.

Casi cuatro años más tarde de dichos acontecimientos, ambos líderes pudieron volver a verse las caras y departir sobre todo lo ocurrido en aquellas fechas, sobre el encarcelamiento y el exilio, y sobre la trayectoria del independentismo catalán.

Así, se materializó la esperada visita del líder de ERC a la residencia de Carles Puigdemont en Bélgica, en una jornada de reencuentro que fue coral, ya que junto a Oriol Junqueras hicieron acto de presencia buena parte de quienes lideraban el Govern de Puigdemont y Junqueras en 2017, así como el rapero Josep Valtonyc, refugiado también en el país belga tras recibir una condena de prisión por delitos de opinión en el Estado español.

Tras este acontecimiento, de marcado carácter simbólico para el independentismo catalán, no hubo valoraciones en clave política y tanto el expresident como el exvicepresident lo enmarcaron en una reunión personal que no se ha había podido producir hasta la consumación del excarcelamiento de Oriol Junqueras tras recibir el indulto del Gobierno español. El encuentro en Waterloo se prolongó durante casi tres horas y a buen seguro los allí presentes tenían mucho que decirse después de haber protagonizado uno de los episodios más intensos en el Estado español en las últimas décadas, con todo lo que rodeó a los hechos del procés soberanista de otoño de 2017 en Catalunya.

Al término de la jornada en la residencia del expresident, conocida como la Casa de la República, Oriol Junqueras compareció ante los medios de comunicación y expresó que todo el encuentro fue de carácter “personal” y de amistad, por lo que no hablaron en ningún momento de la estrategia independentista o de los actuales retos del Govern de Pere Aragonès. “Como se pueden imaginar ha sido un encuentro de carácter personal, para hablar de nosotros y de las familias”, manifestó Junqueras sobre un reencuentro que calificó de “muy especial, muy emotivo y muy agradable”.

Por su parte, Carles Puigdemont se pronunció mediante un mensaje en Twitter con el que dio las gracias por la visita a Junqueras y al resto de los presentes: la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, los exconsellers Raül Romeva, Dolors Bassa, Meritxell Serret y Toni Comín; así como Valtònyc. “Ha sido un honor inmenso reencontraros y compartir en la Casa de la República un rato tan agradable, emocionante y sobre todo tan esperado. Tenéis que volver, es vuestra casa”, les trasladó el expresident de la Generalitat.

En esta primera ocasión en la que se encontraban ambos líderes soberanistas hubo un detalle que no pasó desapercibido, y es que Carles Puigdemont no salió a recibir en la puerta de su casa a Junqueras y al resto de exconsellers. Preguntado al respecto, el líder de Esquerra trató de quitar importancia a este hecho: “No necesito interpretar nada. Me parece muy bien que todo el mundo abra, no abra, cierre, salga, entre, vaya o venga. En todo caso, para mí, es un placer reencontrarme con los compañeros”.

Así, Junqueras, Forcadell, Romeva, Bassa y Serret -todos ellos de ERC- llegaron a pie hasta la residencia de Puigdemont, quien no les recibió, aunque minutos después los ocho participantes en el encuentro salieron de nuevo a la calle para posar en la fotografía de grupo de antes del inicio de la cita.

En un principio también estaba previsto que asistieran los exconsellers Clara Ponsatí y Lluis Puig, pero finalmente se descartó su presencia por asuntos “personales”.

Durante la última semana se especuló con la posibilidad de que la reunión entre Junqueras y Puigdemont se produjese en Estrasburgo, aprovechando la visita del líder de ERC al Parlamento Europeo, que celebra su sesión plenaria de julio. Pero el expresident decidió no viajar a la ciudad francesa, por lo que el encuentro se aplazó hasta ayer en Bélgica.

Aboga por eliminar la sedición. La portavoz estatal de Podemos, Isa Serra, defendió ayer que el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont debe formar parte de la solución al conflicto catalán y considera que la opción de eliminar el delito de sedición ayudaría a su regreso al Estado español. En declaraciones a RNE, Serra también se pronunció sobre el fondo que la Generalitat prevé destinar a abonar las fianzas del Tribunal de Cuentas y señaló que todo lo que vaya “encaminado” a la “vía política, al diálogo y la desjudicialización es un buen paso”, pero tiene que realizarse con “todas las garantías jurídicas para que sea legal” y no haya problemas con los tribunales.

Hubo un detalle que no pasó desapercibido: Puigdemont no salió a recibir a la puerta de su casa a Junqueras y al resto de exconsellers

No hubo valoraciones en clave política y la reunión se enmarcó en un reencuentro personal posibilitado por la concesión de los indultos