- El PNV eleva el tono ante la oleada de sabotajes en sus batzokis, como los padecidos ayer en Elorrio y Ondarroa con la firma de Ernai, las juventudes de Sortu, principal partido de la coalición EH Bildu. Los jeltzales han denunciado asaltos en las últimas jornadas en sus sedes sociales de Lemoa, Bedia, Bilbo Zaharra, Mungia y Sabin Etxea, y ayer la Ejecutiva del PNV en Bizkaia tuvo que salir nuevamente al paso para denunciar más pintadas en los batzokis de Elorrio y Ondarroa, que pasan a engrosar una lista que se ceba en el territorio vizcaino. En concreto, desconocidos realizaron pintadas insultantes que llamaban fascista al PNV y le pedían que atara a "sus perros", en referencia a la Ertzaintza. Pegaron también sendos carteles con el logotipo del cuerpo policial, al que tildan de "psicópata", junto a un balance en el que citan ocho detenidos y 65 heridos.

Estos carteles, con la firma de Ernai, parecen llegar en el contexto de los incidentes protagonizados por las juventudes de la izquierda abertzale en Bilbao (ante el Tribunal Superior de Justicia y Sabin Etxea) y Gasteiz (ante el Parlamento Vasco), donde tiraron colchones a la calzada y al tranvía con la intención de paralizar el tráfico, y se vieron forcejeos con la Ertzaintza y cargas policiales. El PNV cree que intentan generar crispación y pide terminar con los ataques a los batzokis, que además ve claramente organizados por la firma de Ernai. En el caso de que no cesen, "a la inmensa mayoría de la sociedad le va a resultar muy difícil dar crédito a la pretendida actitud democrática que la izquierda abertzale está subrayando en la tan promocionada conmemoración del décimo aniversario" de su fundación. El PNV exige el cese "inmediato" de unas actuaciones que ve "organizadas y colectivas" y que se encuadran en una "injustificable campaña de acoso, amenaza y coacción" propia de tiempos pasados.

Estos sabotajes coinciden en el tiempo con la ofensiva de la izquierda abertzale a nivel político sobre la Er-tzaintza y el Departamento de Seguridad que dirige Josu Erkoreka, con el mensaje de la violencia policial ante las protestas juveniles. La polémica comenzó antes, durante el estado de alarma, con los choques al disolver botellones. Erkoreka decía el viernes en el Parlamento Vasco que hay actitudes "grupales" que "están en las puertas del delito de odio". Mencionó carteles que declaran el "odio" hacia la Ertzaintza y que están auspiciados por determinados colectivos.

El PNV de Bizkaia denunció los sabotajes en sus batzokis, que demuestran "debilidad política y falta de cultura democrática de algunas personas que insisten en devolver a la sociedad vasca a tiempos pasados". "La gran mayoría de la juventud vasca" es educada en valores democráticos y no la representan estos actos, según defiende. Cree que, en pandemia, "la ciudadanía vasca ha apostado por la convivencia y el respeto al diferente, y ha rechazado de plano cualquier actuación que alimente la crispación y el conflicto". Por ello, pide que los responsables acaben con los ataques "organizados y colectivos".

El diputado de EH Bildu Oskar Matute dijo en Radio Euskadi que "no es normal" que, tras lo sucedido en el vertedero de Zaldibar, "que se pudo haber evitado, una persona tenga que ser olvidada en un vertedero -Joaquín Beltrán- y no dimita ni dios". Bildu pedirá también que el Gobierno Vasco regule el Sociómetro por ley para evitar usos "partidistas".

"A la inmensa mayoría de la sociedad le va a resultar muy difícil dar crédito a su actitud democrática"

Comunicado