- El teatro Principal de Donostia fue ayer el escenario de la presentación del Foro Ciudadano por la Convivencia, presentación y casi despedida, ya que el de ayer fue el acto de "socialización" de un proceso de compartir vivencias que se ha prolongado por espacio de cinco años y que se recoge en tres documentos.

Representantes de los grupos municipales dieron lectura a un texto consensuado que recoge el espíritu de la experiencia aunque el alcalde, Eneko Goia, tuvo que enviar su participación grabada, por asistir en ese momento a la reunión del LABI.

Los ediles destacaron que la creación del foro es una de las acciones "en favor de la convivencia y el diálogo" surgidas "en una nueva etapa que nos da la oportunidad y también el reto de consolidar de modo definitivo e irreversible la paz y la convivencia".

Desde su puesta en marcha, incidieron, "se ha mantenido firme la razón de ser de este proceso: impulsar el diálogo entre diferentes. Sin injerencias, sin prisas, con actitud de escucha activa, de empatía. Seguramente no ha sido una tarea fácil. Porque es complicado dejar a un lado los prejuicios y desconfianzas y esforzarse en hacer una reflexión crítica y honesta sobre nuestro pasado y presente, para poder encarar el futuro".

"Es necesario, es oportuno, enfrentarse a los problemas fundamentales relacionados con el pasado, el silencio y la negación. Este foro ha sido una oportunidad para promover valores como el respeto, la tolerancia y la pluralidad, para rebajar los niveles de odio que imperaron en el pasado y favorecer la convivencia", abundaron los corporativos, que incidieron en la idea de que iniciativas como esta apuntalan "un proceso de recuperación de la dignidad, de intentar mirar hacia adelante reponiéndose de los golpes sufridos".

En el acto de ayer se proyectó el vídeo Bidea eraikitzen, Donostiako Herritar Foroa, que pretende ser una memoria audiovisual del proceso y que estará disponible en la web del Ayuntamiento.

Porque es este un foro en el que lo que importa, sobre todo, es ese proceso, el de distintas personas que a lo largo de estos años han participado en el mismo a título personal, "no en representación de ningún grupo político", que han dialogado y compartido sus relatos y vivencias en relación a la violencia y el conflicto.

Desde 2017, tras un periodo de transición y reajuste, nueve personas forman parte del foro: Félix Arrieta Frutos, David de Miguel Les, Pedro Echeverría Ezcurdia, Arantxa Erasun Ur-tzelaieta, Koro Garmendia Galbete, Aizpea Goenaga Mendiola, Conchi Neira García, Sabino Ormazabal Elola y Sabin Zubiri Rey, cuyas aportaciones agradecieron los ediles donostiarras.

Esta experiencia, insistieron, "no se puede quedar aquí" y los resultados de los encuentros "se deberían replicar y extender a toda Euskadi, porque nos dan la oportunidad de conocernos y reconocernos, que es el primer paso para entendernos y convivir en paz".

Este grupo se constituyó en representación de una pluralidad de sensibilidades y de "trayectorias vitales e ideológicas" y ha trabajado con distintos objetivos. Por una parte, "ser capaces de llegar a conclusiones compartidas del pasado, compartiendo nuestras biografías personales en un clima de seguridad y confianza, sin ocultar lo padecido, identificando aquello que nos une y conociendo aquello que no compartimos".

En segundo lugar, se ha intentado "identificar claves que contribuyan a generar nuevas referencias y construir un chuletario que dé pistas" y, por último, "dar a conocer la experiencia y las conclusiones" para que puedan ser de utilidad.

No es este el único foro de estas características activado en Gipuzkoa y se suma a los de Azpeitia, Tolosa, Lasarte-Oria, Elgoibar y Hernani. Plantear la reflexión desde lo local tiene todo el sentido si se entiende que es precisamente en la proximidad donde las consecuencias del conflicto dejaron más heridas a nivel personal.

Aitziber Blanco, la persona que estos cinco años se ha encargado de llevar a cabo las tareas de coordinación y facilitación del proceso, explicó que este foro nace también de "la necesidad social de hablar de cosas de las que no se habían hablado en el ámbito local, pero que han estado muy vivas y han condicionado las relaciones".

Este espacio ha buscado propiciar "un ejercicio real de convivencia" con personas que han mantenido "un diálogo sincero y honesto que les permita transitar al otro lado, acercarse al otro". Solo se les pedía "voluntad de hablar de lo suyo y voluntad de escuchar". "Es posible tocar las heridas y es posible incluso, en alguna medida, que nos ayuden a sanar", apuntó Blanco.

Sumergirse este proceso tan vivencial es muy duro. "Hay muchas emociones y se escuchan realidades dolorosas". Entre las conclusiones precisamente se halla el reconocimiento de que la escucha "desde posicionamientos de trinchera, no nos ha permitido ver el sufrimiento de la otra persona y se ha cosificado a quien pensaba diferente", llegándose a "normalizar" una violencia que ha generado "situaciones de exclusión".

Cara al futuro, "para no reproducir errores del pasado", la convivencia debe sustentarse en unos "pilares éticos" que puedan ayudar a "desactivar parte de nuestra rabia e impotencia". La aportación del foro en esta línea se recoge en tres documentos que estarán a disposición de la ciudadanía en la web municipal.

"Es posible tocar las heridas y es posible incluso, en alguna medida, que nos ayuden a sanar"

Coordinadora del proceso

"Es necesario enfrentarse a los problemas vinculados con el pasado, el silencio y la negación"

Texto consensuado