- “Pedimos verdad, justicia y reparación, porque solo así conseguiremos la convivencia tan necesaria para la sociedad. Todavía hay muchas heridas abiertas y para que estas puedan cerrarse es imprescindible saber lo ocurrido”, defendió Miren Arejolaleiba, nieta de Iñaki Etxabe. Insistió en que, a pesar de que han pasado 45 años del asesinato de su aitita, aún no está reconocido “como víctima por parte del Estado”. “¿Es tan difícil admitir que hemos sido víctimas de la policía del Estado y poner en marcha la investigación que merecemos?”, se preguntó para, a continuación, relatar que durante todos estos años se han sentido “marginados” por parte de las instituciones, “no así de la ciudadanía”. “Queremos dar gracias al pueblo por el apoyo y reconocimiento que nos han dado. Gracias también a todas las personas que están organizando homenajes como los de hoy, que son los primeros pasos para acercarnos a la convivencia a la que aspiramos en el futuro”, señaló.

Por su parte, el nieto de Germán Agirre, Andoni, recordó que su asesinato estuvo “lleno de difamaciones, mentiras y manipulaciones” que han hecho sufrir “muchísimo a la familia”. “La amama no puede hablar de esto sin llorar”, afirmó, ante la presencia de la aludida, Mari Karmen Arrizabalaga, que acudió al acto, así como la viuda de Etxabe, María Ángeles Okina. Andoni explicó que aunque su padre, Jokin, participó en los diálogos de paz en Irlanda del Norte, la familia “nunca” se ha manifestado sobre este suceso, salvo ayer. “Nos hemos acercado a este homenaje con la esperanza de que ayude a curar y cerrar las heridas. Porque así lo ha querido la amama, y mi padre también lo hubiera querido así”, sentenció.