- El pulso que mantuvieron a principios de año el PP vasco y la dirección del partido en Génova de cara a conformar las listas para las elecciones autonómicas y a la fórmula de la coalición con Ciudadanos se saldó con un golpe en la mesa del presidente estatal, Pablo Casado, que rescató al entonces retirado Carlos Iturgaiz como candidato a lehendakari, impuso una confluencia con C’s totalmente beneficiosa para los naranjas y provocó la dimisión de Alfonso Alonso como presidente de los populares en la CAV. Todo un cataclismo en dos días de febrero que tiene visos de repetirse ahora, con la Junta Directiva Regional que se celebrará mañana en la sede en Bilbao para acabar con la presidencia interina de la sucesora de Alonso, Amaya Fernández, y para imponer a Iturgaiz como presidente del PP vasco, un cargo que ya ostentó entre 1996 y 2004. Como consecuencia, el partido tendrá tres presidentes distintos en un mismo año.

El adverso resultado cosechado por la coalición en las elecciones de julio, tras las que se ha visto reducida a su mínima expresión en el Parlamento Vasco con cuatro parlamentarios del PP y dos de C’s, no ha hecho cambiar el paso a Casado, todo lo contrario. Cuando se esperaba que en el futuro congreso los afiliados pudieran elegir entre las dos sensibilidades enfrentadas, la foralista y moderada de los seguidores de Alonso, identificada actualmente en Fernández, y la más dura de los fieles de Casado, englobados alrededor de Iturgaiz, este choque podría no tener lugar finalmente.

Para sorpresa de propios y extraños, ayer se convocó una Junta Directiva Regional que tendrá lugar mañana de forma extraordinaria y en cuyo orden del día aparece el nombramiento del nuevo presidente del partido, y parece que Iturgaiz tiene los apoyos suficientes para llevarse el gato al agua. Ello supone dinamitar la hoja de ruta que se daba por supuesta desde un inicio, la de esperar al congreso que tocaba celebrar de forma ordinaria a principios del año que viene, al igual que en las sucursales del PP de otras comunidades autónomas. Sin embargo, en el sector más cercano a Iturgaiz ya se ve ese futuro congreso como un mero trámite para ratificar la decisión realmente trascendente, la que tendrá lugar mañana.

Fuentes de ese sector consultadas trataron de dar ayer a este movimiento relámpago una pátina de normalidad. En primer lugar, por los antecedentes: señalaban que, en los casos de Alberto Basagoiti, Arantza Quiroga y el propio Alfonso Alonso, antes de ser ratificados como presidente del PP vasco en un congreso lo fueron por la Junta Directiva Regional. Ello confirma la ley no escrita en el PP que dice que dicho congreso siempre ha consistido en un paseo militar para el presidente nombrado por la junta.

Apuntaron también a la necesidad de “acabar con un periodo de interinidad ahora que hay un presidente del Gobierno Vasco y un Parlamento funcionando. Este es un partido serio y autónomo que sigue sus propios tiempos”. Utilizando un símil futbolístico, añadieron que “no vas a jugar en primera división con los suplentes”. Aludieron además a la “imposibilidad” de celebrar actualmente un congreso del partido, dada la afección del coronavirus, como otra de las razones para acelerar todo el proceso en la junta de mañana. Las mismas fuentes descartaron que se vayan a presentar más candidaturas y dieron por supuesto que el presidente que salga de la junta será ratificado en el futuro congreso. La actual presidenta del PP vasco, Amaya Fernández, optó por su parte por adoptar un perfil bajo y rehusó realizar cualquier tipo de pronunciamiento.

Que Carlos Iturgaiz es el candidato de Pablo Casado lo demuestra el propio hecho de que fue designado por él como cabeza de lista electoral el pasado 23 de febrero, en una jugada que se cobró a su vez la cabeza del díscolo Alfonso Alonso. Respecto al papel desempeñado por Génova a la hora de convocar la junta de mañana, fuentes del PP cercanas a Iturgaiz admitieron que “somos un partido de ámbito nacional y no hay nada que se haga al margen o sin que la dirección nacional lo sepa”.

De llegar este planteamiento a buen puerto mañana, se acabará con la bicefalia en el seno de la formación entre su presidenta, Amaya Fernández, y el presidente del grupo parlamentario PP-C’s, Carlos Iturgaiz, adalides de líneas estratégicas contrapuestas. De hecho, en la Cámara de Gasteiz tan solo queda Laura Garrido como representante de los seguidores de la vía más moderada de Alfonso Alonso. Hasta ahora, Fernández ha asegurado que prefería esperar a la convocatoria oficial del congreso interno para desvelar si se presentaba como candidata a presidir el partido y defendía “un proyecto desde el arraigo y la defensa de las particularidades que tenemos en Euskadi”.