- Estamos ante una campaña electoral anómala. ¿Cómo la está viviendo?

-Yo que soy muy de contacto, muy de estar con la gente, tenía miedo de no ser capaz de hacer llegar cómo soy y que la gente entendiese que lo que me preocupan son los problemas de los guipuzcoanos. Lo estamos abordando de otra manera, estamos manteniendo reuniones sectoriales con empresarios, con pequeños autónomos... El feedback es muy bueno. Hace unos días hemos tenido una reunión telemática por videoconferencia con Mikel Malkorra, de Elkartu. Quizás, en otro momento, en una campaña no hubiese ido dónde él, pero en esta situación he podido preguntarle qué necesitan. Es otra campaña pero hay que tomar nota porque creo que está resultando.

¿Cómo está funcionando la alianza con Ciudadanos?

-Lo más importante para nosotros es la foralidad y con respecto a Ciudadanos teníamos esa reticencia. Una vez que ellos han aceptado defender la foralidad, que es lo que nosotros defendemos en el País Vasco y en Gipuzkoa, no somos tan distintos.

La pandemia ha reducido la agenda de temas durante esta campaña. ¿Cuáles cree que han quedado enterrados y que deberían abordarse de forma prioritaria?

-La pandemia no ha enterrado nada, sino que ha aflorado ciertas deficiencias. Nos tenemos que seguir ocupando de lo que hacíamos antes pero tenemos que reforzar las residencias, el sistema sanitario, actuaciones con discapacidad, la inyección de dinero en la economía y en la industria... Lo único que ha hecho la pandemia es hacer saltar la alarma sobre las deficiencias que tiene este sistema. Nos pega un toque a los políticos sobre qué es lo que se tiene que cambiar que no ha funcionado.

En este escenario, ¿cuáles deben ser las prioridades del próximo Gobierno?

-Estamos inmersos en una crisis económica grandísima, es importantísimo que inyectemos dinero a la economía social, a las familias, es importantísimo que reforcemos los sistemas sanitarios con contrataciones, más sanitarios, reforzar los ratios en las residencias de ancianos... Eso es lo primordial, ocuparnos del bienestar de la gente.

¿Cuál debería ser la primera medida a aprobar por el nuevo Gobierno?

-A mí hay una cosa que me sorprende muchísimo del Gobierno Vasco y es que tiene superávit. No lo entiendo. Una Administración no está hecha para que tenga superávit, el dinero no tiene que estar en la Administración, tiene que estar en el bolsillo de los ciudadanos o repercutiendo en ellos. Cuando tenemos 1.000 millones de superávit algo se está haciendo mal, algo falla. Creo que habría que reestructurar totalmente el presupuesto o disminuir la ley de aportaciones. Porque si de 1.000 millones el 32% le corresponde a Gipuzkoa, que más o menos son 170 millones que se podrían inyectar directamente en inversión social. ¿Por qué no lo hacemos ya si lo que necesita la gente es ayuda? Las empresas necesitan ayuda y las familias también. Lo primero que haría es revisar el presupuesto porque se está haciendo muy mal y más en este momento que hay mucha necesidad. Y no hablo de datos macroeconómicos, sino que 1.000 millones es mucho dinero que se puede repartir entre familias, autónomos, pymes... Las grandes empresas ya están obteniendo dinero, pero quienes más debilitados están no, y nos tenemos que centrar en ellos.

¿Cuál es la agenda guipuzcoana por la que apuesta para los próximos cuatro años?

-Nosotros en Gipuzkoa hemos estado en el puesto 34º en inversión en I+D+i. Muchas veces me fijo en lo que se hace a nivel internacional y cuando pierdes capacidad lo que tienes que hacer es tomar medidas. Alemania tomó la medida de doblar su inversión en I+D+i y dijo: si no vamos a ser los que más, vamos a ser los mejores. Eso tenemos que hacer en Gipuzkoa. La inversión en I+D+i no debe ser solo en grandes empresas, se puede invertir también en pequeñas. La forma de trabajar que tiene el empresario vasco de toda la vida es la del pequeño autónomo o pequeño empresario que tiene una relación personal con las familias y que decide apostar por ellas para que no se vean en necesidades durante una pandemia. ¿Qué ha pasado? Que cuando hablamos de industria hablamos de macroempresas. En mi agenda estaría invertir en esas pequeñas empresas que son muchísimas, que forman el tejido social, para que generen trabajo, bienestar, haya cotizaciones, se paguen impuestos, se gaste... Y lo siguiente, invertiría en nuestras residencias de ancianos y en las normativas y en las leyes para ayudar al colectivo de discapacitados.

El COVID ha puesto en jaque el sistema sanitario. ¿Cómo valora la respuesta que la sanidad vasca ha dado a esta epidemia?

-Dentro del sistema están los trabajadores que lo han dado todo y más, pero la gestión no ha estado a la altura. Han sido guerreros sin armas, sin escudos y es algo que no puede volver a pasar.

Uno de los momentos más simbólicos de estos meses atrás ha sido el aplauso sanitario de las 20.00 horas. ¿En qué debe traducirse este acto la próxima legislatura?

-En sueldos. En el País Vasco hay un superávit de 1.000 millones de euros que se puede utilizar de muchas maneras. Y además, considero que se tiene que regestionar el resto del dinero. En el País Vasco hay muchos chiringuitos que viven de la Administración que ¿en qué repercuten en el ciudadano? Los que repercuten son los sanitarios, los geriatras, los auxiliares de clínica... y tiene que revertir en ellos.

Las encuestas dan por hecho un gobierno de coalición entre el PNV y el PSE. ¿Cree que el pescado está vendido?

-Soy muy optimista. La encuesta de verdad es la del 12 de julio. Ante esta circunstancia no me creo las encuestas. La gente sabe que en situaciones difíciles el PP ha demostrado que sabemos hacerlo.

¿Le preocupa la abstención?

-Yo también me enfadé cuando se dijo que las elecciones serían en julio, pero si no juego no entro en la partida. Animo a las personas a que vayan a votar, es importantísimo.

¿Teme que la presencia de Vox les haga perder votos en Euskadi?

-Sinceramente, me da la sensación de que no tengo nada que ver con Vox. Creo que encarno un perfil de voto sensato, coherente, que piensa en la recuperación y no en la separación.

Recoge el guante de Borja Sémper como cabeza de lista en Gipuzkoa. ¿Se siente más cercana a su modelo que al de Iturgaiz?

-No tengo nada que ver con ninguno de los dos. Soy irundarra, giputxi, de la tierra y miro por lo nuestro.

Se define como una mujer "muy sencilla", "madre de familia", "trabajadora", "cercana", "de la tierra", "preocupada por los problemas de la gente", que da el salto del Ayuntamiento de Irun al Parlamento Vasco con voluntad de "escuchar" para "ayudar" a las personas.

"Ante esta circunstancia no me creo las encuestas. La gente sabe que en situaciones difíciles el PP ha demostrado que sabe hacerlo"

"Una vez que Ciudadanos ha aceptado defender la foralidad no somos tan distintos. La alianza está funcionando bien"