- La crisis de desabastecimiento que sufre el Reino Unido está causando estragos en las gasolineras, con largas colas de conductores que buscan acaparar hasta la última gota de combustible pese al auge de precios y las “primeras señales” de estabilización anunciadas por el gobierno. Aunque la demanda de gasolina se sitúa en el 90% de los niveles prepandémicos, y las refinerías británicas cuentan con suficientes reservas, la mayoría de gasolineras en el Reino Unido acumulan días de sequía por la falta de transportistas.

Ante los ecos de desabastecimiento, el primer ministro británico, Boris Johnson, trató ayer de disipar el pánico asegurando que la situación “está mejorando” y urgió a la población a seguir “con sus asuntos de forma habitual” y a repostar “como siempre, cuando se necesite”.

En la misma línea, el ministro británico de Transporte, Grant Shapps, pronosticó que la crisis de suministros irá remitiendo a medida que la población vuelva a sus “hábitos de compra habituales”. Se ven ahora las primeras y muy tentativas señales de estabilización en las reservas”, remarcó Shapps.