- Irán puso en marcha ayer el proceso para enriquecer uranio a una pureza del 20%, en violación del acuerdo nuclear de 2015, lo que puede dificultar los planes del presidente electo estadounidense, Joe Biden, de regresar al pacto.

El proceso se desarrolla en la planta subterránea de Fordo, donde se ha empezado a inyectar gas en las centrifugadoras, coincidiendo con una escalada de la tensión con EEUU. Se trata del último incumplimiento por Irán del pacto nuclear firmado con seis grandes potencias (EEUU, China, Rusia, Alemania, Francia y el Reino Unido), que se encuentra muy debilitado desde la retirada de Washington en 2018.

Un año después de la salida de EEUU del acuerdo, conocido como Jcpoa, y de su reimposición de sanciones, Irán empezó a reducir el cumplimiento de sus compromisos nucleares. El JCPOA, que limita el programa nuclear iraní a cambio del alivio de las sanciones, estipula que Irán no puede enriquecer uranio a un nivel superior al 3,67%. Las autoridades persas superan desde 2019 ese límite de pureza máxima, pero solo hasta un 4,5%. Antes de la firma del acuerdo, Irán alcanzó un nivel de enriquecimiento del 20%, por lo que había advertido de que era fácil volver a hacerlo. Esta pureza sigue estando, no obstante, muy por debajo del 85-90% necesario para fabricar una bomba nuclear.

Por su parte, la Unión Europea advirtió que esta decisión traerá “implicaciones serias” y supondría una quiebra del acuerdo nuclear de 2015.

“Si el anuncio se lleva a cabo constituirá un considerable alejamiento por parte de Irán de sus compromisos contemplados en el acuerdo nuclear”, aseguró el portavoz del Servicio de Acción Exterior, Peter Stano, que hizo un llamamiento para “preservar el acuerdo nuclear”. En todo caso, la UE no quiere adelantarse a los acontecimientos y señaló que está a la espera de las evaluaciones de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), puesto que todavía no está confirmado que Teherán haya aplicado este anuncio.