- La muerte de Javier Ordóñez, un abogado de 46 años, en custodia de la Policía, después de haber sido sometido a incesantes descargas eléctricas con un arma tipo táser en una calle de Bogotá a pesar de encontrarse sometido por los agentes ha reavivado el debate sobre el uso excesivo de la fuerza y la brutalidad de los uniformados en Colombia. Tras el incidente, la alcaldesa de la capital, Claudia López, prometió actuar en conjunto con los organismos de control para buscar una reforma que detenga los abusos policiales.

Según unas imágenes que han agitado las redes sociales y provocado conmoción en el país, dos agentes de la Policía acudieron a donde se encontraba el abogado avisados de una riña entre diversas personas con síntomas de embriaguez. Al poco de llegar y tras discutir con Ordóñez, estos se arrodillaron encima del hombre, en un episodio que recuerda lo ocurrido en Estados Unidos con George Floyd, y así permanecieron durante más de dos minutos, mientras se escuchaba a Ordóñez, descamisado, suplicar que parasen. “Por favor, ya. Me ahogo”, decía en medio de los electrochoques. Los testigos presenciales, por su parte, rogaban a los uniformados que parasen. “¿Por qué lo siguen agrediendo si hace rato que dijo por favor?”, preguntaban sin obtener respuesta.

De acuerdo con los testimonios de los amigos de Ordóñez que recogieron los medios de comunicación, uno de los agentes dijo (sobre Ordóñez): “De esta no se salva”. A la espera de la autopsia, que podría arrojar nuevas luces sobre lo sucedido, los dos agentes ya son objeto de investigación tanto disciplinaria como penal.