Arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi han hallado en el yacimiento de túnel de San Adrián, situado en Gipuzkoa, en el límite con Araba, evidencias que confirman el uso de la cavidad por parte de los neandertales, hace más de 40.000 años.

Es la primera vez, además, que se encuentra en la cornisa cantábrica cultura neandertal a una altitud de 1.000 metros, según ha informado este miércoles Aranzadi, un dato relevante teniendo en cuenta las bajísimas temperaturas del planeta en ese periodo.

El hallazgo se ha producido el pasado mes de julio, al término de la campaña de excavaciones en este enclave, ubicado en el parque natural de Aizkorri por lo que no será hasta 2024 cuando se seguirá "la pista" a los neandertales.

Los trabajos arqueológicos, que se desarrollan desde 2008, se habían centrado en años anteriores en un nivel del Paleolítico Superior, de hace unos 14.000 años, pero los investigadores de Aranzadi sospechaban que podían existir ocupaciones más antiguas y hace dos años iniciaron un sondeo, explica el director de Prehistoria de Aranzadi, Jesús Tapia, en la web de la sociedad.

En la campaña 2023, que se ha extendido a lo largo de dos semanas del mes de julio, han aparecido, a 1,80 metros de profundidad respecto a la última ocupación conocida, nuevos vestigios, como restos de fauna y líticos, además de carbones.

La técnica de talla observada en los restos líticos recuperados permite asociarlos con el periodo musteriense, lo que confirma el uso de la cavidad por parte de los neandertales, hace más de 40.000 años, destaca Tapia.

La mayor parte de los huesos presentan signos de uso humano para su descarnado (huesos golpeados y partidos para extraer la médula), mientras que la mayoría de utensilios de piedra son lascas, además de un rascador, ejecutados tanto en sílex como en arenisca.

"Son piezas elaboradas a través de técnicas muy específicas y especiales que nos ponen en relación directa con el grupo humano de los neandertales", remarca Aranzadi en un comunicado.

Esta sociedad de ciencias señala que los neandertales tenían "una inteligencia y unas aptitudes parecidas a las nuestras" y, por ello, "es imprescindible obtener el mayor número de datos y conocer sus comportamientos, técnicas, planificación de campamentos y estrategias para recorrer el territorio".

En otro lugar más moderno del enclave, correspondiente a la Edad Media, también se ha trabajado en esta campaña y, al igual que la otra zona, con la ayuda de una decena de estudiantes y voluntarios bajo la coordinación de Tapia y los arqueólogos Alfredo Moraza y Manu Zeberio.

Se trata del antiguo "ostatu" o venta caminera, donde "se ha confirmado la existencia de un emplazamiento fortificado anterior a la conquista castellana", explica Moraza, director de Arqueología Histórica de Aranzadi.

Entre los depósitos que contiene la cavidad existen los restos de un muro de grandes proporciones, (levantado directamente sobre un suelo de piedras realizado hace unos 4.000 años, en la Edad del Bronce), que defendía el emplazamiento entre los siglos X-XII.

"Podría haber sido una fortificación militar", "un castillo que pudo ser edificado por el Reino de Pamplona con objeto de garantizar el control de este estratégico sector a caballo entre los territorios actuales de Gipuzkoa, Araba y Navarra", precisa Aranzadi en su nota.

Explica que la fortificación fue "muy probablemente" reconstruida a finales del siglo XIII, tras la conquista de la zona por el reino de Castilla, "formando parte fundamental de la línea defensiva fronteriza frente al vecino reino de Navarra", aunque fue demolida en las primeras décadas del siglo XVIII para construir una gran venta caminera sobre sus cimientos.