La madera vuelve. Casi, casi, por imperativo legal. Así lo han establecido ya en algunos países, y Europa está cocinando una directiva que dará un impulso extra este material en la construcción de edificios en sus países miembros. El cambio climático y la huella de carbono son los motores de este cambio que ya se empieza a ver en Gipuzkoa, un territorio que se sumó al “hormigonazo” en la segunda mitad del siglo XX y aparcó su amplia tradición de construcción en madera.  

Hay un pequeño problema y es que “construir en madera a día de hoy, a misma calidad, sigue siendo más caro. No mucho, pero todavía lo es”. Aunque “también es verdad que los edificios de mayores y mejores prestaciones Passivhaus se consiguen en madera, porque es bastante aislante y no te genera puentes térmicos. Estamos a un paso, nos falta algo, pero eso se va a abaratar; ten en cuenta que antes era todavía mucho más caro”. 

Habla un experto en este material: Josu Benito, arquitecto del laboratorio de construcción de Tecnalia. Hemos quedado con él para que nos explique los motivos y posibilidades de este material en el futuro. De primeras, lo tiene claro: esta transición no tiene vuelta atrás. “Gipuzkoa es una de las regiones españolas que junto a Navarra y Catalunya están apostando por este material para la edificación”. De primeras, el planteamiento parece atractivo: “Es un material no contaminante, renovable, estructuralmente más resistente, un aislante natural y resistente al fuego, puesto que tarda más tiempo en derrumbarse que las estructuras de acero”. 

“Construir en madera a día de hoy, a misma calidad, sigue siendo más caro. No mucho, pero todavía lo es"

Josu Benito - Tecnalia

Gipuzkoa cuenta con ejemplos claros de lo que la madera puede ofrecer a nivel constructivo. En patrimonio, la ermita de La Antigua de Zumarraga es un claro ejemplo, como lo es la recientemente restaurada iglesia de San Pedro de Bergara, una construcción de madera con 500 años de vida. Hay muchas más. Pero la construcción en madera a día de hoy sigue siendo anecdótica en nuestro territorio. Nada que ver con su auge en el norte de Europa. 

El trabajo de TECNALIA en este ámbito es el de realizar diagnósticos y aportar soluciones para reforzar las estructuras, conservar y mantener los edificios construidos en madera de la ciudad, por lo que conocen bien sus prestaciones y esta tendencia en crecimiento. 

Benito asegura que “vamos a tener que cambiar a la madera”, sin vuelta atrás.  “Primero la gente está cambiando, porque el mensaje desde la política y los medios está calando”. Y añade que en Tecnalia lo perciben en las consultas que reciben también de muchos particulares. 

“La madera está volviendo de verdad. Desapareció, no porque sea peor; cada material tiene sus virtudes y ahora mismo en lo que es el norte de España y el Mediterráneo, se están haciendo un montón de edificios de madera, tanto vivienda colectiva como oficinas”. En Gipuzkoa, explica este experto, “tenemos el VPO de 65 de Hondarribia, más piloto”. Pero en Navarra “se está construyendo más en CLT, un nuevo producto de madera contralaminada” con el que se están levantando edificios dotacionales y vivienda social. Ese es el reto, explica, edificios de viviendas colectivas y dotacionales, porque en la vivienda unifamiliar es ya una realidad. 

No se construirá como antes, con madera aserrada, sencillamente porque es “imposible”, afirma Josu Benito: “No tenemos esos grandes robledales de árboles centenarios que permitieron la construcción, pero a la madera le va a tocar convivir con otros elementos”. Es decir, forma parte del cóctel porque “aporta propiedades que son muy buenas” y cuenta con el apoyo de las Administraciones locales.  

La huella de carbono

 La clave es la huella de carbono. Construir en acero y hormigón deja huella de carbono. Emite Gases de Efecto Invernadero (GEI). “Ahora, un montón de proyectos europeos a nivel de investigación tienen que ver con el reciclaje de edificios. Ya está saliendo una normativa, que el objetivo de la UE es que todos los edificios tengan por lo menos un 50% de material reciclado. Se está planteando que los edificios tengan todo el ciclo de vida calculado, para que el coste de reciclaje de ese edificio esté incluido desde el inicio”, asegura el investigador de Tecnalia.

La clave es construir “pensando en que en un momento dado se vaya a reciclar y ahí la madera se lleva la palma. No hablamos de reciclar solo a vertedero, sino de trazabilidad; de qué elementos tengo y qué posibilidades me van a dar, utilizando más uniones mecánicas, desmontar sin romper, meter en la cadena de valor, hacer madera laminada”, etcétera.

La normativa europea y el compromiso de las Administraciones locales impulsan este material, renovable y sostenible

Y ahí entra en valor el kilómetro cero, porque traer un material desde 1.000 kilómetros, por muy sostenible que sea, deja una huella enorme. De hecho, asegura Benito, “cada vez se está haciendo más normativa para aprovechar las maderas locales”. 

Y la madera ahí es imbatible. Es cierto que el metal se recicla fácil. Se funde y vuelta a otro ciclo, pero los hornos consumen grandes cantidades de energía en ese proceso. La ventaja  de la madera, primero, es ”que ya inicias el proceso con huella de carbono negativa”, y si lo analizas desde el punto de vista de la reutilización, la madera se recicla aunque uno se olvide de ella y la abandone, ya que “se puede llegar a descomponer de madera natural, pasando por la biomasa”.  

Quizá le falta tirón aún, porque “la gente busca un edificio superrígido de hormigón. Es lógico y normal. Eso es lo que se está estudiando y cada vez hay más estudios sobre cómo conseguir que un edificio nuevo de madera cumpla la normativa europea, que es de la que cuelga el código técnico de la edificación, tanto a nivel acústico y de vibraciones, que es lo que más molesta. Más que sea de madera, no quieres oír a tu vecino”, explica Benito. Y a día de hoy ya hay soluciones para ello. 

Investigación y tecnología

No es nuevo. Gipuzkoa cuenta con buenos ejemplos de uso de madera en edificios de vivienda. “En Donostia, todo el Ensanche Cortazar, todo lo Viejo, aunque las fachadas son de piedra, tienen los forjados son de madera. Ahí puedes ver la combinación. Puedes tener pilastras de piedra en sótano, o de hormigón o incluso de madera; tienes también de fundición, pero a partir de la planta baja y primera, cuando te has quitado las humedades, empieza. Esa combinación de materiales, enriquecida con tecnología, es lo que viene en el futuro, según este experto. 

Josu Benito no es amigo de modas que van contra la razón. Asegura que cada vez estamos más “empeñados en dejar estructuras de madera vistas en la calle”. No es una buena solución, afirma, aunque “ese es un tema que se está investigando mucho”, con nuevos productos, tratamientos novedosos y modificaciones técnicas de la madera para darle durabilidad al material a la intemperie. Técnicas para “llevar al extremo a esos materiales”, dice.  

Benito es receloso. “A mí el miedo que me da ahora mismo es que con tanta madera a vista, empecemos a tener problemas derivados de esos nuevos diseños que le vuelvan a dar mala fama a la madera”, asegura.