Debería marcar la diferencia. El 75% del itinerario de la reformada carretera N-121-A (Behobia-Pamplona) dispondrá de una barrera de seguridad para evitar invadir el sentido contrario de circulación. En total se instalarán 47 kilómetros de barrera en la conversión 2+1 de la vía: únicamente no se habilitará este elemento de contención en zonas que carecen de anchura suficiente, fundamentalmente estructuras como túneles o puentes, o tramos con construcciones en los dos laterales de la vía.

El Departamento de Cohesión Territorial del Gobierno navarro, a través de la Dirección General de Obras Públicas e Infraestructuras, ha establecido el modelo de barrera que se ha diseñado específicamente para la carretera Behobia-Pamplona, la primera vía del Estado en transformarse íntegramente en un diseño 2+1. Se trata de una barrera vertical, de 70 centímetros de altura, elaborada en su totalidad con acero galvanizado de diferentes espesores e instalada en el pavimento mediante anclajes químicos espaciados cada 3 metros.

Fuentes de Obras Públicas señalan que la barrera "se ha diseñado atendiendo las necesidades de seguridad vial, especialmente frente a los riesgos de sufrir colisiones frontolaterales, y las particularidades de la orografía y fauna del terreno".

La resistencia y rigidez de esta nueva barrera se testa en el proceso para obtener el marcado CE de la Unión Europea para su validación y empleo en carreteras. Según las pruebas realizadas, la barrera no presenta una deformación superior a 1 metro cuando sufre la colisión de un vehículo de 10.000 kg con una trayectoria de 15 grados de oblicuidad a 70 km/hora. Asimismo, su geometría permite que sea franqueable por todos los grupos de fauna.

Para su diseño se ha tenido en cuenta, por un lado, que las colisiones frontolaterales son los accidentes más frecuentes de esta vía, producidos generalmente por el aumento de la velocidad cuando el sentido de circulación propio se encuentra libre de vehículos pesados, ante el temor de pérdidas de tiempo futuras en sucesivas retenciones. "Una amplia parte de la vía se desarrolla por un entorno orográfico accidentado que dificulta construir bandas laterales de anchura suficiente para que los vehículos que pierden su trayectoria puedan reconducirse por los sistemas de contención sin invadir el sentido contrario, lo que requiere rigidez en el diseño de la nueva barrera", apuntan desde Obras Públicas.

Por otro lado, a lo largo del itinerario resultan frecuentes los atropellos de fauna salvaje de diferentes portes que atraviesan la infraestructura. "Es necesario que los animales que llevan a cabo estos movimientos lo hagan con la mayor fluidez posible, sin quedar atrapados en la barrera ni ocupar la calzada de forma prolongada, lo que requiere que el sistema de contención favorezca una alta permeabilidad transversal tanto por debajo como por encima de las bandas horizontales".

La barrera de separación se instalará en la mayor parte del recorrido en una mediana de 2 metros, que dispondrá dispondrá además de resaltos en las líneas blancas y captafaros para incrementar la seguridad vial. Los resaltos son macro-texturas superficiales que producen un efecto acústico y vibratorio al paso de las ruedas, de manera que advierte al conductor de que se está desviando del carril hacia los arcenes. En cuanto a los captafaros, se trata de dispositivos de guía óptica reflectantes de luz incidente que permiten delimitar los bordes de la vía en horas nocturnas o con baja visibilidad.

Las vías 2+1 se diseñan como carreteras de doble sentido de circulación con tres carriles disponibles, de forma que el carril central se destina al adelantamiento en una u otra dirección a través de intervalos regulares separados del otro sentido de circulación por una mediana infranqueable. Sus principales ventajas son que suprime el 100% de los adelantamientos con circulación en sentido contrario, lo que reduce el riesgo de colisión frontolateral, que es la causa más lesiva de la accidentalidad actual de la N-121-A.