donostia - No es noticia que la producción científica realizada en Euskadi ha mejorado un 150% los últimos diez años. El punto de partida no era de los mejores y se ha apostado estratégica y financieramente por la investigación, cuando la regla en el conjunto del Estado ha sido la tijera. Lo que sí es noticia es que esa política sostenida en el tiempo ha logrado mejorar el posicionamiento de la ciencia vasca a nivel internacional, de modo que ahora es capaz de atraer fondos europeos y ser un destino atractivo para investigadores de prestigio que regresan a casa o colocan Euskadi en el mapa por primera vez.

Las ayudas ERC que concede el Consejo Europeo de Investigación son quizá uno de los mejores indicadores sobre el nivel de excelencia de los proyectos liderados por equipos integrados en la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación. Euskadi tiene en la actualidad 16 ERC por un valor de 27 millones de euros en fondos competitivos. “Se trata del mayor número de ERC en nuestro histórico”, afirmó ayer el viceconsejero de Universidades e Investigación, Adolfo Morais, que se mostró “satisfecho” con las cuatro nuevas ERC de la cosecha 2018, dos de ellas consolidadoras.

No es un resultado desdeñable teniendo en cuenta que la locomotora de la ciencia estatal, Catalunya, logró ocho ERC y que en su conjunto la UE financió 16 proyectos del Estado entre 2.389 de 40 países. Estas cifran dan idea del nivel de exigencia de unas becas que solo consigue el 12% de los solicitantes.

Una de las dos Consolidator Grants para desarrollar investigación puntera ha ido al proyecto CancerAdapt liderado por Arkaitz Carracedo, del CIC Biogune, y tiene como objetivo “abordar los mecanismos de progresión del cáncer de próstata desde una perspectiva innovadora”, dijo el director de Ikerbasque, Fernando Cossío. También ha obtenido 1,9 millones de euros la investigación liderada por Clara Martín del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL), que estudia la forma en que la ortografía afecta a la percepción y la producción de sonidos de los niños cuando están aprendiendo a leer.

Una oportunidad única El doctor Carracedo explicó ayer que la ERC es “una oportunidad única para subir uno o varios peldaños en la capacidad de investigación que podemos desarrollar”. Y es especialmente “relevante” en el caso de los equipos de investigación del Estado porque la cuantía de las ERC están a años luz de las estatales “y esto es una diferencia muy grande con lo que pasa en otros países de Europa”. Esta brecha, dijo, es lo que “rompe la cintura” de muchos proyectos de investigación. “Necesitamos aumentar la base para que seamos capaces para atraer más ERC y la investigación sea cada vez más fuerte. El programa Ikerbasque y la estrategia de investigación de Gobierno Vasco son un ejemplo de esto”.

Según Carracedo, la principal virtud de las ayudas europeas es que aportan una estabilidad de cinco años a la investigación “lo que hace que podamos ser mucho más ambiciosos y arriesgados”.