donostia - Tras el vendaval que dejó Helena el sábado, el buen humor tomó las calles de la mano de una tradición que recuperó Kresala en 1977. Unas 150 personas desafiaron al frío en Donostia durante el desfile de Inudeak eta Artzainak, celebración que preludia la llegada del Carnaval. Como es costumbre, hubo colorido y desenfado gracias a una treintena de parejas de inudes y artzainas que no dejaron de bailar al ritmo de la música de Sarriegui con las danzas propias del galanteo que se conmemora.
Así, junto a las coquetas parejas desfilaron 60 tamborreros y personajes de época de lo más variopinto, como el alcalde y su esposa, el secretario y el obispo, junto al cura, monaguillos, miqueletes y barquilleros.
También se vio a un sonriente limpiabotas, la panadera, barrenderos, piruleros, médicos y enfermeras. Una fiesta que tuvo su réplica en el barrio del Antiguo, con Antiguotarrak Euskal Dantza Taldea.- N.G.