donostia- El principal cementerio de Donostia y Gipuzkoa, el de Polloe, abrirá en el futuro un nuevo acceso por la calle Gabriel Aresti, frente a las viviendas de Tolaregoia, que conectará directamente con el espacio que se habilitará para aventar las cenizas de los difuntos previsto en este camposanto.

Una explanada de 2.240 metros cuadrados, ocupada anteriormente por nichos y situada junto al muro de lado oeste del cementerio, se transformará en el denominado Jardín de las Cenizas. Hasta él se podrá llegar de modo directo por un nuevo camino liso y accesible para personas con movilidad reducida desde la nueva puerta que se abrirá en el recinto. En la actualidad, Polloe tiene dos entradas, la principal y una secundaria en la calle Gabriel Aresti, frente al número 154. La nueva se situará frente al número 12.

El Jardín de la Memoria está ya incluido en el Plan Especial para reformar el cementerio, aunque aún no ha sido seleccionado el diseño que tendrá, que se encuentra en estudio. Lo que sí está claro es que será un espacio verde, que tratará de transmitir paz y tranquilidad para que las familias puedan formalizar su despedida a los seres queridos.

La zona para aventar las cenizas persigue también que los ciudadanos puedan cumplir los deseos familiares dentro de la legalidad, ya que, en la actualidad, no está permitido arrojar las cenizas de los fallecidos ni al río ni al mar ni tampoco aventarlas en las calles. A pesar de ello, numerosas familias se saltan la prohibición ante la imposibilidad de llevar a cabo este deseo dentro de las normas legales.

El Ayuntamiento de Donostia no solo contempla habilitar un espacio en Polloe como Jardín de las Cenizas sino, también, estudiar la misma opción para los otros dos cementerios de la ciudad, ubicados en los barrios de Altza y de Igeldo.

Los responsables municipales han visitado algunos camposantos en los que existe la posibilidad de arrojar las cenizas, como el de Bilbao. Este cementerio dispone de un espacio verde con canalizaciones de agua ocultas, que permiten recoger las cenizas gracias a la pulverización de agua en el mismo espacio, que ayuda a que el polvo fluya.

En Donostia, ya son más los vecinos que optan por la incineración que por el enterramiento. Sin embargo, solo el 25% de los que se incineran pasan a reposar en urnas en el camposanto. Por ello, se estima que el 75% de los cuerpos que pasan por el crematorio son posteriormente guardados en los hogares o aventados de modo irregular.