Donostia. El eurodiputado del PP y exlíder de los populares en la CAV Carlos Iturgaiz puso ayer letra a una música que se venía escuchando en los últimos tiempos en las filas de la formación presidida por Arantza Quiroga desde el pasado mes de mayo. Admitió a los cuatro vientos la existencia de "dos almas" en el seno del partido en torno al modelo de relaciones con la izquierda abertzale.

Según señaló, existen dos corrientes de opinión diferenciados entre los que defienden la normalización de relaciones con la izquierda abertzale y los que como el propio eurodiputado abogan por no darle ni agua mientras no se desmarque de ETA y de su estrategia violenta durante las últimas décadas.

En una entrevista concedida a Efe, Iturgaiz sostuvo que "la izquierda abertzale, que es el brazo político de ETA, no es un partido más y no se puede ir a debates, a tomar un café o hacerse fotos en plan coleguismo", aunque una parte de sus compañeros de partido defienda que "hay que normalizar la relación con ese mundo".

El exlíder de los populares en la CAV defiende que la mayoría del partido opina de esta persona. "Muchas personas en el PP vasco piensan como yo, y la mayoría de los afiliados en el Partido Popular nacional", aseveró aunque, a renglón seguido, quiso quitar hierro a su afirmación y descartar cualquier posibilidad de ruptura interna por esta cuestión. "En ese planteamiento no hay ruptura ni sesgo diferenciador entre partes del PP vasco", precisó.

Una vez constatada la división en torno a una cuestión muy sensible en el PP, Iturgaiz puso deberes a Arantza Quiroga para la vuelta de sus vacaciones. Tras quitarse de en medio y aclarar que él no forma parte de la dirección del partido en la CAV, el eurodiputado urgió a la presidenta de la formación a "decidir entre esas dos almas".

VOCES DISONANTES Iturgaiz no señaló a ningún miembro de su partido entre los partidarios por la normalización de relaciones con Sortu. Tras el anuncio de ETA en octubre de 2011 de que ponía fin a la violencia, el anterior presidente de los populares Antonio Basagoiti se reunió por primera vez en la historia de manera oficial con líder de Aralar, Patxi Zabaleta, y empezó un deshielo con esta formación, cerrando una página abierta por sus antecesores en el cargo María San Gil, Carlos Iturgaiz y Jaime Mayor Oreja.

El viraje de Basagoiti llegó hasta Aralar, pese a que esta formación va de la mano de Sortu en la coalición EH Bildu, integrada también por EA y Alternatiba. Sin embargo, no alcanzó a la izquierda abertzale ilegalizada primero y Sortu después. No cruzó ese Rubicón, por la negativa a reprochar a ETA. En los pocos meses de mandato, Quiroga ha dejado claro que seguirá por la misma senda de mano dura contra el partido liderado virtualmente desde la cárcel por Arnaldo Otegi.

En el PP, sobre todo en Gipuzkoa, algunos dirigentes como Borja Sémper o el alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, han dado señales de una mayor apertura hacia la izquierda abertzale.

El líder de los populares guipuzcoanos ha llegado a declarar que Bildu no es ETA. "Que todo sea ETA no es cierto. Pero quien controla Bildu es quien decía hasta anteayer ETA, mátalos o justificaba un atentado. Aún así, este diagnóstico objetivo no debe condicionar el futuro. El futuro de la sociedad vasca, guste o no en determinados sitios se tiene que construir también con Bildu", señaló Sémper en una entrevista concedida a la revista digital Jot Down en enero de este año.

Sémper encarna como pocos la línea más transversal del PP en la CAV, lo mismo que Maroto que en los últimos tiempos sus discursos se han caracterizado por un importante aperturismo incluso en las relaciones con la izquierda abertzale.

Aunque sus mensajes públicos no se hayan destacado por una aproximación a Bildu, algunas fuentes del partido sitúan al números dos del partido, Iñaki Oyarzábal, en posiciones no muy distantes a las de quienes abogan por una progresiva normalización en las relaciones con la izquierda abertzale.