A Christian Gálvez le ha explotado ¡Boom! en las manos. Vistos los datos de audiencia, quizás usted no lo sepa, pero el expasapalabrero ha estado presentando unos meses en las tardes de Cuatro el concurso de las bombas que llevó a buen puerto durante años Juanra Bonet en Antena 3, hasta el punto de que, en la etapa de Los Lobos, arrebató el liderazgo de audiencia a Gálvez y su hasta entonces todopoderoso Pasapalabra, nada menos.

Perdidos los derechos del concurso del abecedario en favor de Antena 3, a Gálvez le han tenido todo este tiempo haciendo eses por distintos concursos más o menos parecidos al que perdió pero sin demasiado tino, hasta que alguien le apeó de Tele 5 y le puso a presentar este concurso en la segunda división de Mediaset.

La ocurrencia tenía algo de justicia poética porque suponía quedarse con el concurso que tantas amarguras le provocó cuando Los Lobos rozaban con los dedos el bote millonario (que finalmente se llevaron en prime time), pero la idea sonaba pelín extraña, como tantísimas cosas que hace Mediaset en esta nueva etapa en la que sus mandamases confunden novedad con traer de nuevo cualquier viejo programa.

Puestos a rebuscar en la basura de Antena 3, lo suyo hubiera sido pillar ¡Ahora caigo!, que era el concurso disfrutón del duplo, aunque es cierto que Arturo Valls lo hizo tan suyo que prácticamente se ha convertido en insustituible, como vimos durante sus breves ausencias. Pero era ese el registro que Gálvez necesitaba para no seguir pareciendo un tipo cabizbajo incapaz de reponerse de la muerte o, mejor dicho el divorcio de Pasapalabra.

Esta vez a Gálvez tampoco le han dejado despedirse, la cancelación del concurso le ha explotado en las manos. El programa, que no ha aportado ni novedad ni mejora alguna respecto a su larga etapa de Antena 3, finalizó el jueves invitando a los 288.000 espectadores (un exiguo 3,8% de share) a volver en el próximo programa y a los concursantes a jugar por un bote de 142.000 euros. Ya en redes sociales, que es donde los directivos de la tele creen erróneamente que está su público, confesaban que era un adiós disfrazado de hasta luego y hasta colgaban una foto de todo el equipo en el plató. Claro, que si ha habido tiempo para la foto, ¿por qué no se han tomado la molestia de despedirse en la tele de sus espectadores?