Seguramente muchos recordarán como se enteraron de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, el naturalista que aún tenía muchísimas cosas por hacer y por contarnos sobre nuestro medio natural pero que, sin duda, dejó un grandísimo legado. Parte del mismo fue El hombre y la tierra, el programa que acaba de cumplir 50 años, ya que comenzó a emitirse el 4 de marzo de 1974, manteniéndose en la programación de Televisión Española más de siete años, hasta junio de 1981.

El hombre y la tierra se convirtió en un referente. En palabras de Odile Rodríguez de la Fuente, fue “un programa totalmente disruptivo, no solo en el Estado sino en todo el mundo”. Por entonces, las grandes producciones sobre naturaleza provenían de la BBC, pero ahí entró el programa de TVE con fuerza y como un gran competidor. No en vano, el programa se distribuyó en varios países.

Más de 100 entregas

A la muerte de Rodríguez de la Fuente había mucho trabajo ya rodado pendiente de ser montado. Pero para entonces ya se habían emitido 124 entregas de El hombre y la tierra divididas entre la Serie Venezolana, la Serie Fauna Ibérica y la Serie Canadiense. Dentro de la primera destacaron episodios como Operación Anaconda, Los yanomamis, un pueblo de la selva, Los llanos de Venezuela o Mi amiga la nutria. Y es que para Félix Rodríguez de la Fuente los animales eran sus amigos. Y consiguió transmitir ese sentimiento.

La Serie Fauna Ibérica fue la más amplia y se extendió durante 92 capítulos. Dedicó espacios a entornos como Las tablas de Daimiel o el Parque Nacional de Doñaña y a especies como el buitre negro, el águila real, el pájaro carpintero, el zorro o su gran amigo el lobo. Conocimos, gracias a él, animales como el lirón careto. Y pudimos acercarnos a lo más íntimo de algunos con míticas imágenes del interior de nidos de aves.

Catorce fueron los episodios de la Serie Canadiense, que nos acercó especies y paisajes absolutamente espectaculares.

Una visión diferente

De Félix Rodríguez de la Fuente siempre destacó la visión de la naturaleza y la forma de transmitir sus valores. Para su hija Odile, “tenía una manera única de seducir sobre el cuidado de la naturaleza, alejada de sentimientos de culpabilidad”.

El hombre y la tierra obtuvo premios internacionales y también locales como el TP de Oro al Mejor Programa Nacional en 1976 o el premio, en el año 2000, a la Mejor Producción de la Historia de la Televisión en España de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión.