La mayoría de los espectadores no tiene un trato habitual (ni inhabitual) con esos personajes que periódicamente se cuelan en los salones de sus casas para entretener, cotillear o informar, pero aún en el desconocimiento más absoluto de sus verdaderas personalidades, hay telefamosos que despiertan pasiones, y no siempre positivas. ¿Por qué caen tan mal a una gran mayoría Jorge Javier Vázquez, Belén Esteban o Ana Pastor? Estos tres nombres no dejan de ser ejemplos de una lista de profesionales que no se han ganado el cariño del público, aunque por razones diferentes.

Las redes sociales implementan unos sentimientos que tienen poco de racionales. Lo cierto es que televisión y redes son una combinación letal que hace que una serie de nombres oscilen, como si fueran valores de cotización en la bolsa de las pasiones, al alza o la baja. Que conste que muchos de ellos prefieren ser odiados a resultar indiferentes, porque la indiferencia da poco dinero y no resulta atractiva para los intereses de periodistas, presentadores y colaboradores de programas que quieren estar todo el día en el candelero. Lo de caer mejor o peor es subjetivo (según a quién), pero los que aquí citamos no son, precisamente, televisivos que suelan salir bien parados.

Pilar Rubio ('El hormiguero')

Belleza y marido rico, un dúo que puede molestar

Pilar Rubio en su día cayó bien, parecía astuta, divertida y, nadie lo niega, muy guapa. Ha sabido explotar su físico, aunque eso no ha frenado su caída profesional con sucesivos fracasos. Ser pareja de Sergio Ramos (futbolista que tampoco cae particularmente bien) le ha colocado aún más alto en popularidad, y según dicen sus detractores, también en lugar elevado del pódium de la antipatía.

Carmen Borrego (tertuliana en... Telecinco)

La 'hija de' que se pasó al 'lado oscuro' de los platós

Carmen Borrego era la hija desconocida de María Teresa Campos. Durante años ha estado detrás de las cámaras, pero una vez decidida a explotar la fama materna se está desquitando y con ganas. No muestra ninguna amabilidad cuando habla, ha rentabilizado todos sus retoques estéticos, se ha metido a saco con compañeros tertulianos, y es irascible en ocasiones, lo mismo da que haya una cámara encendida o no. Desde las redes muchos de sus críticos se ponen las botas con ella y no para llamarla bonita. Va de plató en plató vendiendo frustraciones personales y ajenas.

Paulina Rubio ('La voz')

Paulina Rubio ('La voz')

Antipática y follonera

Paulina Rubio colabora con programas musicales como La voz. Es una mujer muy pegada a sí misma que no duda en montar un follón y tener un berrinche si no se le presta atención. Utiliza la extravagancia como bandera para mantener una fama que va decreciendo.

Ana Pastor ('El objetivo')

Ana Pastor ('El objetivo')

Una máscara de dureza sin gracia

Si alguien despierta resquemor, ese alguien se llama Ana Pastor. La presentadora de El objetivo no tiene pelos en la lengua, corta a sus entrevistados con brusquedad, es vehemente forzada y presa del personaje que se ha creado. Su actitud inquisitorial no gusta.

Bertín ('Mi casa es la tuya')

Bertín ('Mi casa es la tuya')

En boca cerrada no entran...

A Bertín le encanta decir lo que piensa, aunque le guste menos escuchar lo que piensan los demás de él. Ha jugado muchas cartas en su vida pública, y su atractivo personal es una de las que más ha lanzado a la mesa de juego. Tiene labia fácil y suele convencer al que tiene enfrente. Sus opiniones políticas, muy conservadoras, no gustan a amplios sectores de espectadores, y menos cuando año tras año se ha ido radicalizando hacia la derecha. Se siente moralmente respaldado para poner en cuestión la vida de los demás, como ha hecho recientemente al criticar la relación entre Enrique Ponce y Ana Soria, dejando muy mal al torero. Las redes le atacan constantemente, mientras él sigue tirando de labia y ve la paja en el ojo ajeno, no la viga en el propio. Un señorito.

Belén Esteban ('Sálvame')

Belén Esteban ('Sálvame')

Todo a la venta y con nulo estilo

La princesa del pueblo (qué horror, que la llamen así conecta con el mito de la secular incultura española) ha ido perdiendo seguidores por el camino. No cae bien por casi todo: grita de forma endemoniada, ha vendido su alma, su vida, y hasta sus adicciones. Soez y sin estilo.

Cristina Pedroche ('Zapeando')

Cristina Pedroche ('Zapeando')

Demasiado 'transparente'

Le da lo mismo lo que digan: sabe que un día caerá de los platós de televisión y está dispuesta a sacar todo el provecho posible. Es tan transparente como lo son los vestidos que luce cuando da las campanadas, y en todos los sentidos. Una exitosa chica de barrio.

María Patiño ('Sálvame')

María Patiño ('Sálvame')

Vehemencia y mucho postureo ante la cámara

Es la reina del drama y su constante postura inquisitorial con sus invitados le llevan a colocarse en posiciones muy radicales que no sientan bien ni digiere la audiencia. En el juego de postureo de todos los que participan en Sálvame unas veces es informadora y en otras se convierte en noticia. Coquetea con la privacidad ajena y también con la propia. Un horror, como todo en su programa.

Risto ('Todo es mentira')

Risto ('Todo es mentira')

El publicista chuleta que va de chico malo en la tele

En ese juego de espejos que es la televisión poco se puede decir del rey de la impostura, Risto Mejide. El publicista chuleta va de cínico de guion para mostrar que es un pitufo gruñón y malhumorado. Le gusta su papel de personaje que despierta antipatía por unas salidas de tono que él denomina "pura sinceridad". No cae nada bien, y lo que es peor, su papel parece gustarle.

Carlota Corredera ('Hormigas blancas')

Carlota Corredera ('Hormigas blancas')

Cuando la verdad no es tan absoluta como parece

Carlota Corredera no cae bien a los espectadores, algunos tuits la califican de usar una falsa simpatía y otros de vender hasta su alma por ser famosa. Dejó la dirección de Sálvame por estar delante de las cámaras y se ganó también los recelos y antipatías de sus compañeros. Otra que no se calla lo que piensa y que cree estar en posesión de la razón absoluta.

Marta López (tertuliana)

Marta López (tertuliana)

Buscando la fama (y la pasta) desesperadamente

A Marta López, la despedida de Telecinco, la conocimos en una edición de Gran hermano. Descarada y deslenguada, se ganó más de un enemigo. Su siguiente paso fue convertirse en tertuliana televisiva. De ella lo sabemos casi todo, porque sus amores y desamores son de dominio público. En el confinamiento fue abandonada por un Alfonso Merlos que es otro circo en sí mismo.

Jorge Javier Vázquez (Telecinco)

Jorge Javier Vázquez (Telecinco)

El hombre con más poder de la llamada telebasura

Jorge Javier levanta pasiones. Puede ser muy borde y también tierno, faceta que no desarrolla mucho en televisión. Le gusta estar en la cresta de la ola, situándose con estrategia en el ojo de huracán, pero una vez ahí puede ser despótico. Ha soportado carros y carretas para llegar a una situación de privilegio económico, pero se presta a todo lo que diga Vasile. Escribe libros, hace teatro y cuando le da el siroco se desnuda, y es literal, en sus redes sociales. En algunas entrevistas llora sus males de amor y busca la comprensión de su audiencia. Un tipo digno de estudio psicológico, con excesivo poder en una parcela desagradable y que malexplota

Rocío Carrasco (tertuliana)

Rocío Carrasco (tertuliana)

Cuando el enemigo más enconado es la propia familia

Es la hijísima. Rocío Carrasco cae bien a poca gente, y quitando a las Campos quedan pocos que miren con cariño a esta mujer hierática que se ha apartado de toda su familia. Sin entrar en muchos detalles, el enemigo siempre lo ha tenido en casa: su padrastro, su madrastra, sus hijos, su ex, sus tíos, sus primos€ Quizá por eso, quienes la ven desde fuera tampoco muestran simpatía por ella.

Pablo Motos ('El hormiguero')

Pablo Motos ('El hormiguero')

Objetivos: hacer caja siendo antipático y graciosillo

Pablo Motos se ha convertido en un gran divo. Es otro que se cree gracioso haciendo preguntas que ponen a los invitados en situaciones comprometidas e incómodas, con muchas que rezuman machismo. Le gusta ir de antipático y sabelotodo. Cada nueva temporada se aleja más del Pablo divertido de sus inicios. Cae mal a mucha gente, pero no le importa: tiene éxito y hace cajita.