n Gran Hermano para jubilados (viudos o divorciados) en busca del amor. Fue la curiosa propuesta de TVE para el verano de 2017 de la mano del hoy presentador de Pasapalabra en Antena 3, Roberto Leal, que ya venía de triunfar en OT. El programa se llamó Hotel Romántico, se grabó, efectivamente, en un hotel de ensueño en los Alpes Suizos y en él se alojaron 24 participantes (doce hombres y doce mujeres) de entre 55 y 73 años para dar rienda suelta a su pasión o, cuanto menos, acabar con su soledad. El problema es que se vio demasiado la mano de los guionistas sometiéndoles a una sucesión de disparates en la que los abuelos interpretaban rocambolescas situaciones y tremendas confesiones sin que el montaje atinara muy bien con estos cambios de humor.

Ya en el primer minuto, los abuelos, sin conocerse, se besaban, se piropeaban y bailaban en peregrinación convirtiendo el programa en un sucedáneo innecesario de Granjero busca esposa. Pero al rato, todo era tristeza y relataban historias tremendas, como la de una mujer que fue obligada a casarse por quedarse embarazada de cría o aquella que le pedía a Dios cada noche no volver a despertar.

El reality veraniego, que acabó dándose un buen batacazo en las audiencias, gustó y desconcertó casi a partes iguales, aunque el siempre cercano y eficaz Roberto Leal pudo salir indemne del experimento.