Los diamantes son una de las piedras preciosas más caras en el mercado. Es por eso que el fenómeno llamado lluvia de diamantes podría llegar a parecer parte del guion de una película de Star Wars.

Una vez más la realidad supera a la ficción. Un estudio de la Universidad de Wisconsin - Madison asegura que esto se debe a las condiciones de Júpiter y Saturno.

Estos planetas podrían llegar a generar 10 millones de toneladas de diamantes en sus atmósferas. Las lluvias son una forma de precipitación común en el Sistema Solar.

Lo que en realidad ocurre es que las tormentas eléctricas convierten el metano de la atmósfera en carbón. Cuando este último cae, se endurece, luego se transforma en grafito y finalmente toma la forma de diamante.

Por otra parte, Lawrence Livermore National Laboratory en California sostiene que se estudió los efectos que tendría el carbón al ser sometido a presiones gigantescas con la utilización del láser National Ignition Facility. Este experimento fue uno de los últimos en llevarse a cabo dentro del mundo científico.

Las pruebas

Los científicos analizaron la presión y la temperatura de ambos planetas, pero también estudiaron el comportamiento del carbón en distintas condiciones.

Una vez llevado a cabo dichos análisis, llegaron a la conclusión de que estas piedras preciosas en bruto granizan sobre los planetas. Además descubrieron que esto sucede en concreto sobre una gran región de Saturno.

Otro dato importante que encontraron fue que los diamantes no sobreviven por un periodo largo de tiempo. No se mantienen en estado sólido porque caen cerca de 30 kilómetros, por tanto la presión y la temperatura aumentan. Una vez que esto ocurre, se forma una especie de océano de carbón líquido.

No solo en estos dos planetas se puede encontrar esta peculiar lluvia. Se cree que en Urano y Neptuno también experimentan el llamativo fenómeno.

Son ya 30 años desde que se conoce la posible presencia de esta piedra en varios planetas del Sistema Solar, pero es la primera vez que se ha conseguido probar que pueden mantenerse como sólidos a pesar de las altas temperaturas que hay en Júpiter y Saturno.

Con estos nuevos datos a disposición de los expertos, se conoce que los diamantes no solo pueden flotar en las profundidades de Saturno sino que también puede alcanzar un gran tamaño parecido al de un iceberg.

A pesar de todos los estudios realizados, los resultados de la investigación deben ser revisados por la comunidad científica.