Aunque como norma general es aconsejable conservar los alimentos a baja temperatura para evitar su degradación, hay casos en los que las bajas temperaturas pueden tener un efecto negativo.

Las condiciones de baja temperatura, la condensación y la humedad, o la presencia cercana de otras comidas, pueden hacer que algunos alimentos vean perjudicadas algunas de sus propiedades organolépticas: sabor, olor, textura, color€ También pueden hacer que pierdan parte de su valor nutricional o que se deterioren con mayor rapidez de lo que lo harían en condiciones ambientales normales.

Estos son algunos de los alimentos que habitualmente más consumimos y que no necesitan guardarse en la nevera.

Tomates y pepinos

Al igual que otras frutas y verduras, los tomates y pepinos suelen necesitar un tiempo de maduración a temperatura ambiente para poder mostrar todas su potencia aromática y de sabor. El frío, además de dejarlos insípidos, contribuye a destruir las estructuras internas del tomate, por lo que su textura será más aguada y harinosa. Para almacenarlos, solo hay que dejarlos en un lugar fresco y seco, que no tenga exposición directa a la luz.

Berenjenas y pimientos

Basta con dejarlas en algún lugar fresco, seco y oscuro para preservar sus cualidades durante unos días. Guardándolos en la nevera solo empeoraremos su textura, color y parte de su sabor.

Hierbas aromáticas frescas

El perejil, la albahaca, el cilantro, o la menta, no necesitan frío para conservarse. Basta con dejarlas en un vaso con agua para que nos aguanten varios días en perfectas condiciones.

Calabazas

Tanto las calabazas normales como las calabazas de invierno o calabazas moscadas se conservan mejor fuera del frigorífico. Manteniéndolas por encima de 10 ºC y bien curadas, pueden durar medio año sin necesidad de frío.

Melón y sandía

El frío hace que pierdan parte de sus propiedades antioxidantes. Mejor dejarlos fuera de la nevera, en lugares frescos y secos donde puedan terminar de madurar.

Plátanos

Como otras frutas tropicales, suelen recolectarse bastante verdes para que sean más resistentes durante el transporte hasta los puntos de venta. Para permitir que maduren correctamente estos deben mantenerse a temperatura ambiente. En la nevera solo perderán sabor y el frío acelerará su proceso de descomposición.

Aguacate y mango

Los aguacates y el mango también suelen comercializarse en estadios tempranos de su proceso de maduración, por lo que nos aguantarán varios días fuera de la nevera sin ningún problema. Maduran mejor fuera de la nevera envueltos en papel de periódico. Una vez maduros, cuando estén más blandos, podemos mantenerlos hasta una semana refrigerados.

Piña

La piña también tiene que madurar durante un tiempo a temperatura ambiente para poder manifestar todo su aroma y su sabor. En el frigorífico solo conseguiremos una textura más acuosa y terrosa, y que pierda parte de su refrescante aroma.

Melocotones

Esta fruta también se beneficia de pasar unos días a temperatura ambiente. Dentro del frigorífico, los melocotones pierden aroma y se vuelven acuosos e insípidos.

Naranjas, limones y mandarinas

A temperatura ambiente mantendrán todo su sabor y aroma y se mostrarán más jugosas.

Jamón

El jamón curado nunca debe guardarse en el frigorífico. Su alto contenido en sal absorberá parte de la humedad ambiental dentro de la nevera y las grasas que contiene se verán modificadas por efecto del frío. En el frigo pierde sabor, aroma, y coge una textura desagradable.

Patatas, ajos y cebollas

Los ajos pierden parte de su potencia aromática y de sabor, y se endurecen. Para conservarlos adecuadamente, solo tenemos que mantenerlos en un lugar fresco, seco, oscuro y bien ventilado. Al igual que los ajos, las cebollas empeoran en el refrigerador. Además de perder aroma y sabor, se vuelven acuosas y de textura harinosa. La humedad del frigorífico puede hacer incluso que las cebollas desarrollen moho. Las patatas es mejor dejarlas en bolsas de tela y papel en lugares oscuros, secos y frescos. Eso sí, hay que intentar mantenerlas alejadas de las cebollas.

Chocolate

En el interior de la nevera, el chocolate no solo pierde aroma y sabor, sino que también su textura se ve perjudicada y hasta puede desarrollar una capa blanquecina en su superficie. Además, la manteca de cacao absorbe los olores del resto de alimentos.

Miel

Es uno de los alimentos más naturales que existen y no necesita de condiciones especiales para conservarse correctamente durante mucho tiempo.

Café

Tanto si es molido como si es en grano, tiene la propiedad de absorber los aromas de los alimentos colindantes dentro de la nevera, al igual que el chocolate.

Nueces y frutos secos

Lo ideal es guardarlos a temperatura ambiente en un recipiente hermético y alejarlas de la luz solar o de fuentes de calor.

Aceite de oliva

El frío solo hará que el aceite se enturbie y pueda incluso a solidificarse, perdiendo, entre otras, sus propiedades antioxidantes.

Salsa picante, ketchup y salsa de soja

Las salsas picantes a base de chiles y el ketchup a menudo contienen grandes cantidades de vinagre, que previene el desarrollo de bacterias y ayuda a preservar estos productos. También llevan sal y azúcar, que actúan como agentes conservantes.

Mermeladas

No necesitan refrigeración. Una vez abierto un tarro de mermelada, sí que sería conveniente guardarlo refrigerado para prevenir la aparición de mohos.Pan

La humedad del refrigerador hará que el pan se eche a perder más rápido y el frío contribuye a endurecerlo y a darle una textura chiclosa. Para conservarlo mejor, lo ideal es mantenerlo en una bolsa de papel o de tela a temperatura ambiente.

Quesos curados

La mayoría de los quesos necesitan frío para conservarse, pero en general se puede decir que no es necesario en el caso de los curados y menos si están enteros. El frío los reseca, agrieta y hace que pierdan propiedades y sabor.Huevos

No necesitan frío para conservarse, pero los cambios de temperatura no les sientan nada bien. Por eso la nevera es un lugar más seguro que un armario de la cocina, donde posiblemente la temperatura fluctúe mucho más. Pero si dispones fresco a temperatura constante los puedes guardar perfectamente. De hecho, en los supermercados no están en cámaras.