Las plagas forestales se están volviendo cada vez más agresivas a causa del calentamiento global, según un estudio liderado por el CREAF y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) que revela que la exposición a las sequías determina si un árbol resistirá al ataque de las plagas.

La investigación, que ha estudiado los bosques de coníferas de toda Europa durante los últimos diez años, ha encontrado que el 30 % de los árboles está afectado por alguna plaga forestal y al 6 % le ha causado la muerte, informa Efe.

El trabajo, que publica la revista Global Change Biology, también ha descubierto que cuantas más sequías haya sufrido un árbol, más probabilidad tiene de morir si es atacado por determinados insectos.

Según el estudio, los bosques de coníferas que se están viendo más afectados y que pueden correr más riesgo de desaparecer en el futuro son los que se sitúan en el centro, norte y este de Europa.

Los biólogos ya sabían que los bosques que crecen en un clima poco adecuado para ellos, como un abetal en un clima seco, fácilmente se ven más afectados por enfermedades forestales o el ataque de plagas, pero este estudio ha revelado que el cambio climático está potenciando que incluso a los bosques que viven en su ambiente más óptimo les perjudica la infestación de escarabajos perforadores por efecto de la sequía.

La investigación concluye que las grandes olas de calor y las sequías, como las de 2015 y 2018, ponen los bosques al límite de su resistencia y los exponen al ataque de insectos, una mezcla detonante que luego provoca mortalidades por plagas en grandes masas forestales.

"Según los resultados, la resistencia que tiene un bosque ante el ataque de estos insectos depende casi exclusivamente de la sequía y cómo de intensa y duradera ha sido esta. Además, los efectos son acumulativos: los bosques tienen memoria y cuantas más sequías reúnan en su historial, más probabilidad tendrán de sucumbir", resume la investigadora del CREAF-UAB Luciana Jaime González.

El calentamiento global propicia que se desarrollen más y mejor algunas plagas forestales, como por ejemplo los escarabajos perforadores de pinos de los géneros Tomicus e Ips y, al mismo tiempo, potencia que haya sequías más intensas.

Hongos insecticidas

Por otra parte, investigadores de la Universidad de Valladolid en el campus de Palencia han detectado varios hongos con capacidad insecticida que podrían utilizarse en el control de plagas y enfermedades forestales que afectan a robles, encinas y alcornoques.

El Grupo de Patología Forestal del Instituto de Gestión Forestal Sostenible (IuFOR) ha desarrollado esta investigación en el Laboratorio de Plagas y Enfermedades Forestales de Palencia, dentro del proyecto europeo Life Miycorestone que busca hongos entomopatógenos (capaces de matar insectos), según la Universidad de Valladolid.

El interés del proyecto radica en la selección de hongos nativos originales de las zonas de aplicación, que sean capaces de infectar y acabar con estos insectos perjudiciales, controlando las plagas y llevando a cabo un control respetuoso con el medio ambiente.