Desde que en 2014 dijo "no" al músico Barrie-James O'Neill, en puertas de una boda que se preveía perfecta, la maravillosa Lana del Rey no ha tenido suerte en el amor. Ni en los noviazgos. No es fácil ligar siendo la diva del momento, ni desprendiendo más personalidad en un solo cuerpo que todos los concursantes de Mujeres y hombres y viceversa. Basta con ver su interpretación navideña del I'll Be Home For Christmas para cerciorarse de ello. Porque como bien admite Jorge Javier Vázquez, "la fama da dinero, tranquilidad, comodidad vital, pero no la práctica de buenos polvos". ¡Para nada! Algo que la mujer más buscada de Hollywood, la actriz mejor pagada, la que tiene más proyectos encima de la mesa, Jennifer Lawrence, siempre ha confirmado: "Nadie me pide salir. Estoy sola en mi casa todos los sábados", se quejaba en una famosa entrevista a la revista Vogue. Drama que, al verlo venir, la cantante de Nueva York puso rápido remedio tras el duro confinamiento del pasado año.

En tiempos de pandemia, soluciones extremas. ¿Cómo? Descargando Tinder, la app ligona del momento, y activando un buen match ante tanto encierro. Así es como conoció el pasado mes de agosto al guitarrista Clayton Johnson, famoso en YouTube por tener un grupo formado junto a sus seis hermanos (no se lo pierdan). Cinco intensos meses que han bastado a la cantante de Blue Jeans o Brooklyn Baby, atención, para aceptar la propuesta de matrimonio de su trovador. Desde Halloween, de hecho, ambos presumen de anillo, cuando los dos emergieron en redes sociales disfrazados de El mago de oz.

Porque el amor, señoras, señores, se asemeja en estos tiempos a los challenge del TikTok: rápidos, intensos, gozosos, amorosos... Pero para cuando los afianzas y publicas, ya ha aparecido otro. Recuerden que Lana anunció por todo lo alto en Instagram su anterior romance con el policía Sean Larkin. Y solo tres meses después todo había terminado entre ellos. ¡Todo! Pasión fast food le llaman.