Es uno de los protagonistas destacados de Antidisturbios, una de las series de Movistar+ que no ha dejado indiferentes ni a los espectadores ni a la crítica, y a la vista tiene el estreno de una película, Solo una vez, y el comienzo de una serie de Amazon, Un asunto privado. Trabajo, a la vista está, no le falta.

Después de lo mucho que se ha hablado del asunto, ¿qué le ha parecido su personaje en Antidisturbios?

-Un reto. El mío es un antidisturbios muy vocacional. Tiene la virtud y el defecto de ser muy leal a su familia y a su gente y es muy visceral, quizá uno de los que más del grupo.

Después de ver la serie, ¿podríamos decir que Alexander Parra es un hombre duro?

-Creo que no responde a un personaje duro; más bien a un hombre emocional, pero que se tiene que enfrentar a momentos duros como miembro de una unidad de antidisturbios. Vive situaciones extremas y ve cómo un error o una decisión concreta pueden tener consecuencias terribles.

2020 fue un año muy completo también para usted en cine.

-Cierto, y me queda aún una película por estrenar. Se titula Solo una vez y la rodé junto a Ariadna Gil y Silvia Alonso. También he presentado un corto en el que he sido el director: Incendios, más allá del teatro.

¿Tiene que ver con la obra Incendios?

-Sí. Es como un documental que trata de las consecuencias que produce una obra de este tipo. Recoge desde las opiniones de un espectador a la de los equipos técnicos que han montado una función tan especial como Incendios.

Han pasado veinte años desde que los espectadores vieron a un jovencísimo Álex García en la serie Compañeros.

-Pues ahora no soy jovencísimo, ¿no? ¿He envejecido?

Lo dejaremos en que ahora es un joven Álex García.

-Entonces apenas tenía veinte años y fue lo primero que hice recién llegado a Madrid. Había hecho alguna cosa en mi tierra, en Canarias, pero esta serie fue la que me abrió muchas puertas. Antes había hecho trabajos de presentador en la televisión canaria, pero desde que me fui de allí solo he hecho trabajos como actor.

Se habla mucho de que estos son momentos muy difíciles para una profesión como la suya...

-Es que cada uno miramos por lo nuestro, pero la verdad es que son momentos muy difíciles para todo el mundo. No creo que haya muchas profesiones que se salven del caos que ha creado esta pandemia. Yo no me quejo, pero supongo que hay muchos compañeros que lo están pasando fatal, peor que yo. El virus ha dejado el mundo congelado y ha paralizado muchos proyectos. El parón de 2020 también nos ha puesto los pies en la tierra.

¿Por ejemplo?

-No ha sido un año bueno para nadie, se han perdido vidas, la gente ha enfermado y se ha perdido trabajo, pero al menos 2020 sí fue un buen año para revisar si cada uno estamos en el lugar donde queremos estar. Nos obliga a reflexionar, a preguntarnos qué estamos haciendo. Nos ha dado la oportunidad de crecer, como grupo y también de forma individual.

¿Y ha obtenido alguna respuesta personal?

-Sí. Me ha dado muchas respuestas, pero hay una que para mí es la principal: querer vivir.

Vivir siendo actor, supongo.

-Me gusta mi profesión, aunque pienso que hay otras formas de vivir. En mi caso, podría cocinar, dedicarme al catering€

Ese sí que sería un cambio.

-Me he dado cuenta de que hay muchas cosas que me interesan. Ya he dicho lo de cocinar, pero también podría dedicarme a la agricultura, porque me gusta mucho el mundo agrícola.

¿Y ha descubierto todo eso durante el confinamiento?

-No, pero antes íbamos muy deprisa a todos los sitios y nos faltaba tiempo para pensar. El confinamiento nos dejó parados y nos obligó a mirarnos en el espejo. Supongo que no todos los han hecho, pero sí bastante gente. Hay que replantearse el mundo y ver cómo lo estamos dejando.

La gente que ha crecido en islas quiere salir, pero luego no ve el momento de regresar. ¿Le pasa lo mismo a usted con Tenerife?

-Hace poco me enseñaron una palabra brasileña, saudade. Significa la añoranza de un lugar, pero sin que esa añoranza te ponga triste. Me gusta el lugar donde vivo, Madrid. Es en esta ciudad donde está mi residencia, pero no considero que esté afincado en ningún lugar. Me gusta sentir la posibilidad de que todo pueda cambiar en dos semanas. Me gusta mucho el ir y venir de mi profesión.

¿De veras le gusta hacer y deshacer maletas constantemente?

-Lo disfrutas, sobre todo al principio. Cuando llevas muchos años haciéndolo quizá lo sensato sea pararte a pensar si quieres vivir toda tu vida así o lo mejor es asentarte, cambiar de aires e incluso de profesión.

¿Es su caso?

-No lo sé. Siento que lo de ser actor ha sido muy vocacional en mi caso, sobre todo si tengo en cuenta que con dieciséis ya estaba ahorrando para venirme a Madrid y meterme en una escuela de teatro. Me alegro de lo que he conseguido en esta profesión, tan atractiva como inestable. De momento, este es mi futuro.