La estación barcelonesa de Sants ha sido el escenario de la simulación de un atentado terrorista en el que han participado unas 500 personas. El objetivo era escenificar la respuesta policial y de los servicios de emergencia ante un ataque de estas características.

En la simulación, media docenas de presuntos terroristas irrumpen en distintos puntos de la estación. Algunos portan armas de fuego y otros cuchillos.

Para dar mayor realismo a la escena, se ha contado con un equipo de maquilladoras profesionales que se han encargado de caracterizar a los usuarios de la estación que resultaron heridos.