Barcelona es una ciudad que combina historia, arte y modernidad en cada rincón. Su ubicación privilegiada a orillas del Mediterráneo ha impregnado su pasado y su presente, comprendiendo una mezcla única de tradiciones antiguas y corrientes contemporáneas. Un paseo por sus calles revela la esencia de una metrópoli dinámica que encandila a miles de visitantes de todo el mundo. Sin duda, un buen plan para este verano es escaparse desde el aeropuerto de San Sebastián a la ciudad condal con alguno de sus vuelos diarios de la mano de Iberia y Vueling.

El viaje por Barcelona comienza en Las Ramblas, una de las arterias más simbólicas de la ciudad que va desde la Plaça de Catalunya hasta el puerto antiguo. Este concurrido paseo está lleno de vida, con kioscos de flores, artistas callejeros y terrazas animadas. Al final, se erige la estatua de Cristóbal Colón señalando América, un lugar emblemático que invita a reflexionar sobre la historia de la ciudad como punto de encuentro de culturas.

La imponente Sagrada Familia. Pixabay

Otro de los obligatorios de Barcelona es la famosa Sagrada Familia, la obra maestra de Antoni Gaudí. Esta basílica es una joya del modernismo catalán y atrae a millones de turistas anualmente. Su fachada y su interior, llenos de detalles simbólicos y mosaicos hechos de vidrios de diferentes colores, son un espectáculo que deja sin palabras a sus visitantes. Sin duda, Gaudí supo dejar su huella por toda la ciudad con obras arquitectónicas y urbanísticas como el Parque Güell, un espacio público, único y repleto de belleza que combina arquitectura y naturaleza en una simbiosis perfecta.

Las estrechas calles y plazas ocultas del Barrio Gótico transportan a los visitantes a épocas medievales

El Barrio Gótico es otro de los tesoros de Barcelona. Sus estrechas calles y plazas ocultas transportan a los visitantes a épocas medievales, y la Catedral de Barcelona, con su impresionante fachada gótica, es el corazón del barrio. En sus alrededores, se pueden encontrar tiendas de artesanía, cafeterías y bares de tapas en los que parar y tomar algo mientras se disfruta del ambiente, siempre animado y bohemio del barrio.

Rica en arte y gastronomía

Para los amantes del arte, el Museo Picasso y la Fundación Joan Miró son paradas necesarias. El Museo Picasso alberga una extensa colección de obras del famoso pintor malagueño, mostrando su evolución artística desde sus primeros trabajos hasta sus últimos años. La Fundación Joan Miró, por su parte, ubicada en la mágica montaña de Montjuïc, ofrece una vista panorámica de la ciudad y una colección significativa de obras del renombrado artista surrealista.

La Casa Batlló, una parada necesaria en el Paseo de Gracia.

La Casa Batlló, una parada necesaria en el Paseo de Gracia. Pixabay

El Paseo de Gracia es la avenida de lujo de Barcelona. Aquí se encuentran algunas de las obras arquitectónicas más emblemáticas de Gaudí, como la Casa Batlló y La Pedrera, que se pueden admirar tanto por fuera como por dentro. Además, esta avenida es ideal para los amantes de las compras, quienes podrán disfrutar de las boutiques de las mejores marcas internacionales y también locales de diseño autóctono.

Platos típicos como el pan con tomate, la escalivada y la crema catalana son imprescindibles para cualquier visitante.

El mercado de La Boquería, situado en Las Ramblas, es un lugar lleno de vida, ideal para descubrir productos locales y probar delicias como el jamón ibérico, los mariscos frescos y una gran variedad de frutas y verduras. Platos típicos como el pan con tomate, la escalivada y la crema catalana son imprescindibles para cualquier visitante.

El mar ha tenido siempre un papel fundamental en la vida de la ciudad. La Barceloneta, el antiguo barrio de pescadores, se ha transformado en una zona de playas populares y restaurantes de mariscos. Deambular por su paseo marítimo, disfrutando del clima, las vistas y el ambiente más relajado es una gran alternativa para acabar el día después de  explorar los lugares más turísticos.

Un paseo por la Barceloneta para saborear el aroma del mar. Unsplash

Montjuïc es otro lugar con esencia propia. En él se albergan numerosos atractivos, como el Castillo de Montjuïc, el Poble Espanyol y el Anillo Olímpico. El espectáculo de la Fuente Mágica, con sus luces y música, es otra idea de cierre perfecto. También lo es la oferta nocturna de Barcelona, que va desde los clubs más exclusivos como Opium, Pacha, Skyfall o Luz de Gas a otros más alternativos como Apolo, Razzmatazz o Upload. No vale aburrirse.

Conectividad futura

Este verano volando desde el aeropuerto guipuzcoano, los viajeros podrán visitar cómodamente Barcelona y Madrid que, más allá de sus riquezas autóctonas, constituyen dos puntos aéreos clave en el Estado, gracias a su amplia gama de vuelos directos y conexiones con los principales destinos internacionales. Una conectividad fluida y eficiente con el resto del mundo para explorar estas vacaciones. 

Este verano disfruta, además, de otros destinos: