Tras mucho esperar, al fin y están aquí. Al menos para muchos. Las vacaciones son el momento más esperado del año, y sin embargo no siempre se consiguen disfrutar al máximo y hay quien regresa de esta época con la sensación de no haber descansado, de no haber desconectado, de necesitar vacaciones de las propias vacaciones. Pero, ¿a qué se debe esto? ¿Existe algún secreto o clave para que las vacaciones no se conviertan en una carrera contra el reloj en la que hacer la mayor cantidad de planes en el menor tiempo posible y acabar ahogados?

La empresa de recursos humanos Michael Page aporta en su web algunas claves para volver de las vacaciones “con las pilas cargadas”. Entre su decálogo de consejos podemos encontrar, sin ir más lejos, cerrar los asuntos pendientes antes de las vacaciones, algo que, si bien no es una tarea sencilla, “ayudará a retomarlos a la vuelta”. Asimismo, invitan a dejar una persona que actúe de backup por si surge alguna incidencia laboral durante las vacaciones, desconectar las aplicaciones y los dispositivos del trabajo durante el periodo vacacional, evitar los espacios habituales de trabajo especialmente desde la llegada del teletrabajo a nuestras vidas... Y también aconsejan organizarse las vacaciones antes de marcharse -sin necesidad de estructurar cada día al milímetro-, realizar actividades diferentes, controlar los horarios manteniendo cierta rutina si bien más flexible, cuidar la alimentación, disfrutar de las personas que nos rodean, y descansar en definitiva antes de volver a empezar.

Si se viaja con hijos la comunicación es una de las principales claves. Freepik

La psicóloga general sanitaria Alejandra Barreda nos explica por su parte que las vacaciones pueden ayudarnos a descansar, aunque “es verdad que a veces se termina generando lo que se conoce como estrés vacacional. Hay que hacerlo todo, hay que aprovechar el tiempo al máximo... Todo eso genera malestar”, recuerda. 

Aunque estos periodos también nos ayudan a poner distancia con el día a día, a conocer cosas nuevas. “Nos deja un espacio para pensar”, recuerda. Por eso, cuando estamos planificando unas vacaciones o simplemente vamos a quedarnos en casa pero descansando, Barreda explica que tener que hacer no tenemos que hacer nada. “No hay obligación”. Lo que sí aporta son consejos o sugerencias, que difieren si se trata de cogerse vacaciones o si se va a dejar atrás este periodo. “Porque pasas de cien a cero y después de cero a cien”, recuerda. Por eso, resalta que lo más importante es “que haya un poquito de progresión. Hay que tratar de que no pases de cero a cien. Si puedes dejar un día sin trabajar antes de finalizar maletas y coger un avión, aunque pierdas un día de vacaciones en el destino que quieras, también vas más tranquilo”.

Lo más importante es “que haya un poquito de progresión, que no pases de cero a cien”.

Pero, ¿a qué se debe que haya personas que vuelven más cansadas de las vacaciones que antes de irse? Según esta psicóloga se debe, precisamente, a que se intenta hacer todo. “Es lo mismo. Llega de viaje y déjate un día para organizar la casa, deshacer maletas, ordenar la cabeza...”, reflexiona. 

Y si viajamos en familia o en pareja, recuerda además que podemos tener tiempo para nosotros, para hacer planes individuales, pero para ello hay que organizarse y debe prevalecer la comunicación. “No está mal hablarlo ni pedirlo”, reitera. 

Ojo al móvil

Además, ¿por qué no? Las vacaciones también pueden ser el momento ideal para desconectar de las tecnologías, esas que durante el resto del año nos atrapan tanto en el trabajo como en los momentos de ocio.

Porque no hace falta ir a un lugar sin cobertura para hacer efectiva esa desconexión -algo que por cierto es cada vez más complicado porque cada vez son más los lugares que alcanzan hasta el 4G-. En ese sentido, Barreda diferencia entre las cuestiones de ocio y las laborales. Si es de uso exclusivo para el trabajo, aconseja apagarlo y guardarlo. “Hay tiempo de sobra para encenderlo. Pero lo apagas y lo guardas en un cajón, que no lo veas. Todo lo que se guarda en el cajón se olvida”.

No hace falta irse a un lugar sin cobertura para tratar de desconectar de las tecnologías en vacaciones.

Y aconseja en ese sentido trabajar la parte emocional, porque “no tienes obligación en vacaciones de responder a todo”. Si se tiene un trabajo en el que puede haber alguna emergencia o suceder algo, aconseja hablar con los compañeros y establecer una serie de límites, así como con los clientes. “De esta hora a esta hora estaré disponible. Te aseguras de que esa hora la cumples y estás disponible, pero límites”, resalta. 

Planificaciones

Pero, ¿qué ocurre con los plannings durante las vacaciones? ¿Tenemos que planificar todo hora a hora? Barreda recuerda que cuando se planifica todo al detalle, “si eres capaz de cumplirlo te va bien”. Pero cuando se va acompañado, o con niños, o suceden imprevistos, la cosa cambia. Es por eso que esta psicóloga recuerda que hay que trabajar “la capacidad de adaptación y de flexibilidad. Nunca puedes bloquear todos y cada uno de los momentos para un uso concreto. Que sean rangos de tiempo, pero nada fijo”, recuerda, al tiempo que pone de ejemplo desayunar entre una y otra hora -porque el bufé suele abrir a horas determinadas-, o si se va a hacer excursiones y el autobús sale a una hora concreta determinar a qué hora se va a desayunar. “Pero ahí ya te estás adaptando alrededor del punto importante. En la vida real es muy complicado planificarlo todo”. 

¿Es bueno planificarlo todo al detalle? Freepik

Y lo mismo con el reloj. Barreda recuerda que saber la hora nos da estructura y un contexto. “Tienes que saber a qué hora tienes que comer -obviamente cuando tengas hambre-. Saber la hora no es malo. Otra cosa es que te encuentres mal sabiendo todo el rato la hora o no sabiéndola”, reflexiona. Por supuesto, si se está en un hotel hay que saber la hora porque los restaurantes tienen un horario de apertura y cierre, el transporte también pasa a unas horas determinadas, y en otros países se come a horas diferentes, por lo que es importante saber qué hora es. 

En definitiva, las vacaciones son un periodo en el que podemos aprovechar para descansar y hacer planes que no llevamos a cabo en el día a día, absorbidos por la rutina, pero no es obligatorio hacerlo todo, ni llevar un horario para todo, ni estar en todas partes al mismo tiempo. El verano, el calor y el buen tiempo son para disfrutarlos y, tal y como recuerda Barreda, no es bueno pasar de cien a cero y de cero a cien en cuestión de minutos. Por eso, adaptación, comunicación y flexibilidad son las principales claves para todo.

¿Qué sucede cuando viajamos en familia?

Las vacaciones también son un buen momento para compartir experiencias nuevas en familia o en pareja, conocer sitios nuevos y descansar. Pero, ¿existe alguna clave para que todos podamos hacer cosas que nos gusten y disfrutar del tiempo compartido al máximo? La psicóloga Alejandra Barreda nos recomienda flexibilidad y comunicación. “Si es en caso de parejas, comunicación. ¿Qué quieres hacer tú? ¿Qué quiero hacer yo? ¿Cómo vamos a organizarnos?”, explica. Porque además cada vez más hoteles integran en su programa actividades para los pequeños de la casa, para que puedan divertirse y además conocer a otros chicos y chicas de su edad con los que compartir el tiempo. Y si no, la opción principal es la organización. Pero, sea como sea, ante todo deben prevalecer la comunicación y los acuerdos, “eso para todo en la vida”, añade esta psicóloga. Además, ella misma resalta que también debe existir un espacio individual, “y no está mal ni hablarlo ni pedirlo”. Por eso, hay que crear puntos en común, y si uno quiere hacer algún plan el otro deberá quedarse con los pequeños de la casa y viceversa, siempre hablándolo.

El móvil

Cada vez más personas utilizan a diario el móvil, tanto para cuestiones laborales como de ocio. Por eso, las vacaciones son un buen momento para practicar lo que se conoce como desconexión, que pueden practicarla los jóvenes y también sus padres. Algunos consejos que aportan desde Phone House son silenciar los grupos de WhatsApp -otra opción puede ser archivarlos para que no nos lleguen sus notificaciones-, silenciar en general las notificaciones de las aplicaciones y desinstalar algunas. También podemos probar a desactivar durante este periodo las redes sociales, usar el modo silencio y utilizar herramientas que ahora nos pueden ser de gr an utilidad. Y es que los móviles incorporan ahora modos de no molestar, esos que podemos activar durante periodos de tiempo para filtrar las notificaciones que queremos que nos lleguen y que no nos aparezcan las que no.