La elección del ex ministro de Asuntos Exteriores Luigi Di Maio como nuevo enviado especial de la Unión Europea (UE) al Golfo Pérsico no le ha gustado al Gobierno italiano que preside la ultraderechista Giorgia Meloni y uno de sus vicepresidentes, Matteo Salvini, lo ha llegado a calificar de “un insulto a Italia”.

La designación de Di Maio, antiguo líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S) que formó Gobierno con Salvini (2018-2019) antes de que ambos se enemistaran, “es una elección del alto representante de la UE, Josep Borrell”, dijo ayer el otro vicepresidente del Ejecutivo y ministro de Exteriores, Antonio Tajani.

“No nos corresponde a nosotros comentarlo. Lo que es seguro es que no es el candidato del Gobierno italiano”, dijo escuetamente Tajani en una entrevista al diario La Stampa, aunque su Ejecutivo, que recuerda que fue el anterior primer ministro, Mario Draghi, quien propuso a Di Maio, no ha protestado ante Bruselas por la decisión, según medios locales.

Por su parte, fuentes de la Liga, el partido de Salvini, aseguraron que “los italianos han votado: han elegido y siguen eligiendo el centro-derecha, no la izquierda ni el M5S”. “La de Bruselas es una indicación vergonzosa, un insulto a Italia y a miles de buenos diplomáticos”, añadieron las fuentes vinculadas a Salvini, que compartió Gobierno durante dos años con Di Maio, en el que ambos fueron vicepresidentes, con Giuseppe Conte como primer ministro.

La elección de Di Maio, que Borrell justificó como “el mejor perfil político internacional” posible en una misiva enviada a los embajadores del Comité Político y de Seguridad de los Veintisiete, debe ser ahora ratificada por la mayoría cualificada de los Estados miembro.

Sin embargo, el Gobierno italiano liderado por Meloni no tiene ninguna posibilidad de vetar el nombramiento de Di Maio como representante especial de la UE para los socios del Golfo, que incluyen a Omán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Qatar, Bahréin, Kuwait, Irak e Irán.