Iñaki Ibargutxi: la verdad, con 37 años de retraso; ¿y el perdón?
Los inicios de nuestro segundo ba-tzoki en Ugao-Miravalles -el primero, inaugurado en 1933 con la presencia de un joven mitinero Lauaxeta, fue incautado por los que levantándose en armas usurparon el gobierno a la República- estuvieron marcados por una nueva realidad: el terrorismo indiscriminado de ETA. Si cuarenta años atrás los jeltzales recibíamos amenazas, seguimientos y encarcelamientos por la dictadura franquista, en los años 80 fue ETA quien nos amenazaba, enviaba cartas de extorsión y perseguía. A las mismas personas a las que habían perseguido los franquistas. Una triste realidad que no debemos olvidar.
Pero lo más duro para nosotros, para la gente de EAJ/PNV de Ugao, fue el asesinato de nuestro militante Iñaki Ibargutxi Erostarbe, acaecido el 24 de junio de 1981 en Tolosa. Iñaki contaba 26 años y tres meses después iba a casarse. ETA lo mató, así se filtró, por un error. Hoy, todavía nadie ha pedido perdón a la familia y Txomin y Miren, sus padres, murieron con ese olvido. Iñaki fue asesinado a sangre fría, tras salir de comer, cuando trabajaba vendiendo libros y casetes de temática vasca de la Editorial San Miguel. Él y los hermanos Juan Manuel y Pedro Martínez Castañares, durangotarras y militantes del PCE/EPK, fueron ametrallados dentro del coche, a las 16.30 horas, al grito de “Gora ETA militarra!”.
Iñaki era un político de raza, carismático, sencillo, guapo, altivo, con mesaje claro, contundente en sus ideas, aberkide como pocos he conocido. Era una gran persona. Si los indeseables que apretaron el gatillo no lo hubieran asesinado, hoy sería uno de los grandes del partido y del país.
La primera manifestación que se organizó en contra de ETA fue convocada por nuestro partido. El 28 de octubre de 1978. Dos meses antes había fallecido Juan de Ajuriaguerra y la amnistía había vaciado las cárceles de presos de ETA, entre otros, claro. Da la casualidad de que tras proponer el EBB a las Juntas Municipales la conveniencia de la manifestación, tres de ellas se opusieron y una de las tres fue la de Ugao, que dijo lo que Iñaki Ibargutxi propuso en la asamblea que lo había debatido. Treinta meses después de aquella manifestación, ETA asesinaba a Iñaki y a sus dos compañeros.
El pasado 6 de octubre de 2018, pasados 37 años de aquel triple asesinato, la organización terrorista ETA daba a conocer varias “acciones” que en su día no fueron reivindicadas, entre ellas la de Tolosa. Casi cuatro décadas ha tardado ETA en decir la verdad.
Entonces, tras “meter la pata”, ETA, vía Josu Ternera, natural de Miravalles, se puso en contacto con gente de Herri Batasuna del pueblo y se comenzó a correr la voz de que aquel atentato no había sido cometido por ellos. El bulo se expandió como una mancha de aceite y llegó hasta el batzoki. No contentos con la histórica mentira, nos llegaron a proponer manifestarnos juntos, PNV y HB de Ugao, en contra del atentado. El aita de Iñaki, mi buen amigo Txomin Ibargutxi, de estirpe txistulari de Ubidea, no daba crédito a lo que oía y su furia se desató como un volcán, hasta el punto de tener que ser sujetado entre varios.
Ahora sabemos por ETA lo que ya sabíamos de ETA, que asesinó a sangre fría a tres vendedores de libros y cintas de casete de temática vasca. Pero lo que todavía no ha hecho ETA, tampoco Bildu (sucesores de HB) es pedir perdón. Están a tiempo.
Muchos seguimos llorando a Iñaki y sin poder quitar de nuestra mente la imagen de sus padres, a quienes mataron en vida junto a su hijo. Goian Bego.