antonio Basagoiti se fue a México dejando paso a Arantza Quiroga como líder de los populares vascos. Laura Mintegi volverá a la Universidad e Idoia Mendia tiene todas las papeletas para recoger el testigo de Patxi López después de que este anunciara el pasado mes de mayo su decisión de no seguir al frente de los socialistas vascos. El ring de boxeo se ha quedado con un solo actor...Y, por lo tanto, a la espera; en stand by hasta que lleguen sus contrincantes.
Algo parecido ocurre con la política vasca entendida esta como actriz de la agenda mediática. Si bien antes era fuente de portadas, tertulias y debates, los protagonistas de hoy, Cataluña (con Pujol y el referéndum como actores principales), Podemos y Andalucía (con los ERE como reclamo de la trama), han arrebatado el protagonismo a la política vasca.
El aparente estancamiento del proceso de paz, la nula capacidad de las instituciones autonómicas (ni las españolas) para influir activamente en la recuperación económica plenamente controlada por entes supranacionales, incluso mundiales, han relegado a la política vasca a pasar a ser espectadora del teatro político.
El PP, con ayuda de EH Bildu y Gorka Maneiro, ha intentado subir al escenario político lanzando rumores que vinculaban el caso Pujol con algo similar para con el PNV. Pero ha sido el propio PSE-EE quien ha desactivado este argumento con las declaraciones en las que afirmaba que las instituciones vascas estaban “limpias” y que no había casos de “corrupción”. El nudo, la trama, ha sido flor de un día. También lo ha intentado el alcalde Maroto, pero tampoco ha dado para más que una miniserie.
El PNV, con Iñigo Urkullu a la cabeza, también ha intentado colarse en el primer plano de la película solicitando a Rajoy una reunión a la que el mandatario gallego ha hecho caso omiso. El dirigente jeltzale lo ha intentado definiendo incluso, el caso de Euskadi, como “problema”. Pero ni por esas.
La película Euskadi está en stand by; en el bloque publicitario. La ciudadanía ha cambiado de canal; Pablo Iglesias, los ERE, la corrupción y el referéndum tienen cautivos a la audiencia. Y parece que va para largo. El primero, como actor principal de la política española que ha conseguido hacer tambalear el sistema; los EREs de Andalucía, como casos que pueden condicionar, y de qué manera, el recién estrenado liderazgo de Pedro Sánchez; y Cataluña con su referéndum, como punto de inflexión que puede dar lugar a una crisis institucional sin precedentes a nivel estatal. Es en este último punto donde Euskadi-espectadora, podría recuperar cierto papel y pasar a ser Euskadi-actriz. Veremos.
Mientras dure la pausa publicitaria, vayamos a la cocina, pero no a preparar palomitas, sino a resolver problemas que quizá no necesiten estar en cartelera, sino que son dignas de ser resueltas tras las cámaras; modo making of.
Euskadi-actriz tendrá su protagonismo. Y seguro que será más pronto que tarde; no olvidemos que las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina; ¿Conocemos el elenco de actores? ¿Quién tratará de sustituir a Azkuna? ¿Seguirá EH Bildu en Donostia? ¿Qué fuerza tendrá Podemos en una comunidad en la que no impera el bipartidismo? ¿Cómo afectará el proceso catalán?
Tal y como dice Evan Cornog, vivimos en una era marcada por “la batalla de las historias”; aparentemente, y según tratan de trasladar algunos medios, la de Euskadi ha terminado con el cese de ETA, pero no creo que sea así. El guión está aún sin escribir; los actores, sin definir y la trama, sin desarrollar.
En resumen, política y storytelling, dos realidades indisociables. Y como he leído esta mañana?
“Impossible to tell a story without characters”.
“If you don’t have conflict, you don’t have a story”. Consultora de comunicación política y corporativa