Por segunda jornada consecutiva, Gipuzkoa se ha echado a la calle para disfrutar del Tour y animar a los mejores corredores del mundo. Sin llegar a la brutal presencia de aficionados por todo el recorrido del domingo, que llamó incluso la atención del director de la prueba, Christian Prudhomme, durante la jornada de hoy la afición guipuzcoana se ha dejado notar desde unas horas antes de que el pelotón entrara por Mutriku para recorrer toda la costa hasta Irun. Un precioso recorrido de alrededor de 74 kilómetros que mostró por segundo día consecutivo Gipuzkoa al mundo.

Ya antes del mediodía el alto de Itziar y Ventas de Orio, los dos puntos estratégicos del día en terreno guipuzcoano, se han empezado a llenar de gente deseosa de animar a los participantes. El ambiente resultaba espectacular en ambos puntos, con cientos de aficionados que han subido andando o en bicicleta para coger el mejor sitio posible. Los que se mueven en furgoneta y autocaravana tuvieron que llegar ayer, ya que hoy los accesos para vehículos se encontraban cerrados.

Bien aparcados sus vehículos tenían varios aficionados que coparon uno de los aparcamientos de la subida al col de Itziar. Ahí estaban Alberto, natural de Huesca, y sus dos hijos pequeños. Los tres estuvieron “el sábado en Bilbao, ayer en Arrasate y hoy aquí”. Y luego tienen pensado “seguir la carrera unos cuantos días más”.

De los Pirineos al alto de Itziar

Lo más curioso de todo es que Alberto ha coincidido en plena subida a Itziar con Vicente y Loli, un matrimonio cántabro al que conoció “hace seis años en una etapa del Tour en los Pirineos”. “Mira qué hay sitios, kilómetros y curvas, y resulta que nos hemos vuelto a encontrar”, comenta Vicente, un súper fan del Tour. “Vamos a seguir las tres semanas, nos vamos hasta los Alpes. No es la primera vez que lo hacemos. Hemos estado también en el Giro. Es lo que tiene estar jubilados”, se ríe mientras enseña su maillot “vintage”: “Con esto casi llego a profesionales”. ¿Cómo de casi? Prefiere no concretar.

También tenían un buen sitio reservado en la ascensión Cendy y Jimmy, un matrimonio belga que resulta que son los padres de Jordi Meeus, ciclista profesional del Bora. Delante de la autocaravana tienen una enorme foto de su hijo. La primera etapa la siguieron desde Bilbao y la segunda desde Arrasate. “Le dijimos a nuestro hijo que íbamos a verle en el puerto de Aztiria, pero nos cerraron la carretera y no pudimos. Luego nos dijo que nos había buscado. Hoy le hemos avisado que estamos aquí y esperamos que nos vea”. Confían también en que Jordi, esprinter, se deje ver en Baiona y dejan Euskadi encantados: “Estamos disfrutando mucho, es un sitio fantástico”.

Miren y Oihana, como tantos otros debarras, han subido “andando” a disfrutar del ambiente ataviadas con camisetas y gorras blancas con lunares rojos simulando el preciado maillot de la montaña del Tour que en carrera luce Powless, uno de los más aclamados estos tres días en Euskadi. Se ve que Leclerc, el patrocinador de este maillot, ha repartido por Gipuzkoa cientos, por no decir miles, de productos con estos colores.

Gentío en Ventas de Orio

Tras el alto de Itziar, el pelotón ha atravesado Zumaia, Getaria, Zarautz y Orio -también poblados de aficionados- antes de afrontar el segundo momento álgido de la jornada, en Ventas de Orio, donde se ha han congregado cientos de personas. Pocos huecos había en los cerca de cinco kilómetros de ascensión. Lo del ambiente a lo largo de estos dos días en Gipuzkoa quedará para el recuerdo.

Cerca de la cima de Ventas de Orio descansaban tranquilamente Javier y Carlos, dos hermanos navarros que leían el Diario de Noticias mientras esperaban la llegada de los corredores. A su alrededor, un montón de familias, llegadas desde cualquier punto de Gipuzkoa, y grupos de chavales y chavalas aguardaban, bien provistos de comida y bebida, la aparición del pelotón.

Donostia, la meta de ayer, ha sido la siguiente localidad de paso. Puede que los ciclistas hayan echado un vistazo a las playas de Ondarreta, La Concha y La Zurriola con ganas de darse un baño. Cosa que no pudieron hacer porque el recorrido les llevó a Pasaia, Errenteria, Lezo, Oiartzun e Irun antes de dejar definitivamente Gipuzkoa a las 16.44 horas, momento en el que entraron en Hendaia para dirigirse a Baiona, fin de etapa. Hasta pronto, Le Tour! Que no tengan que pasar otros 31 años.