Las alfombras y moquetas son elementos que aportan calidez, confort y un toque decorativo especial a cualquier estancia del hogar. Sin embargo, también atrapan polvo, suciedad, bacterias, restos de comida, pelos de mascotas e incluso ácaros. Por ello, mantenerlas limpias no es solo una cuestión estética, sino también de salud e higiene.

A diferencia de los suelos normales, las fibras de las alfombras retienen partículas que no siempre se eliminan con una aspiradora, y menos aún con un aspirador.

Pasar la aspiradora es fundamental, pero no basta por sí solo para garantizar que la alfombra quede libre de alérgenos y suciedad profunda.

Una aspiración regular ayuda a mantener el aspecto de la alfombra y reduce la acumulación de polvo, pero no llega a eliminar bacterias ni manchas incrustadas.

Aspirado frecuente: la base del mantenimiento

Los expertos recomiendan aspirar las alfombras al menos dos veces por semana, y con mayor frecuencia si en casa hay mascotas o personas alérgicas.

De este modo se evita que el polvo y la suciedad se acumulen y se prolonga la vida útil del tejido. Además, es aconsejable utilizar una aspiradora con filtro HEPA, ya que retiene partículas microscópicas que de otro modo volverían al aire.

Alfombra en un salón Pixabay

Limpieza profunda mensual

Aunque el aspirado es indispensable, una vez al mes conviene realizar una limpieza profunda.

Este proceso permite eliminar los restos que se quedan adheridos a las fibras, como manchas difíciles, bacterias o pelos incrustados. Para ello existen dos alternativas: el uso de máquinas específicas para lavado de alfombras -dispositivos que inyectan agua y detergente en la superficie de la alfombra y luego succionan la suciedad junto con el líquido- o contratar un servicio profesional.

Beneficios de la limpieza mensual

Mantener este hábito reduce los alérgenos y las bacterias que pueden afectar a personas con problemas respiratorios o alergias.

Asimismo, al eliminar la suciedad incrustada, se evita el desgaste prematuro de las fibras, y las alfombras conservan sus colores vivos y su textura original durante más tiempo.

En referencia al olor, la limpieza profunda elimina los malos olores provocados por comida, humedad o mascotas.

Consejos adicionales

Es importante tratar las manchas de inmediato para evitar que penetren en las fibras y ventilar la zona después de la limpieza profunda para acelerar el secado. Si la alfombra es muy delicada o de materiales especiales -como lana o seda-, consulta las indicaciones del fabricante o recurre a un servicio especializado.