¿Existe un hogar perfecto? ¿Ese espacio donde nos sentimos en armonía con el entorno, respiramos aire puro y donde el impacto ambiental es mínimo? Son preguntas que inevitablemente, deberíamos plantearnos al proyectar mentalmente el espacio idóneo en el que morar. Y es que, en la búsqueda de la vivienda ideal la comodidad y la belleza no deberían ser la única meta; también debería importar la tranquilidad de saber que estamos cuidando el medio ambiente y, por ende, nuestra propia salud.

Ante estas inquietudes, el movimiento Passivhaus, que trasciende lo puramente arquitectónico, presenta varias respuestas. Originado en Alemania, esta revolución en el diseño de la edificación no solo propone una nueva forma de construir, sino que representa un activismo consciente por el cuidado del planeta y de las personas que lo habitan.

El origen de las Passivhaus: un compromiso con el futuro

El concepto de Passivhaus, o casa pasiva, irrumpió en la década de 1980 en Alemania. Wolfgang Feist y Bo Adamson fueron los pioneros de esta filosofía que buscaba crear edificaciones altamente eficientes que minimizaran el consumo energético y las emisiones de carbono. Esta iniciativa surgió como respuesta a la creciente preocupación por el cambio climático y la necesidad de buscar alternativas sostenibles en el ámbito de la construcción.

Edificio Zero en Madrid,un proyecto innovador y eficiente. Consorcio Passivhaus

El movimiento Passivhaus nació para construir edificaciones altamente eficientes que minimizaran el consumo energético y las emisiones de carbono

Por ello, las Passivhaus no son simplemente construcciones bien aisladas sino una voluntaria manifestación de un cambio de mentalidad y un compromiso con un futuro más sostenible. Detrás de cada casa pasiva hay un equipo de profesionales que comparten una visión: construir de manera responsable, minimizando el impacto ambiental y creando espacios que promuevan la salud y el bienestar de sus habitantes. De hecho, el Consorcio Passivhaus (la Asociación de la Construcción Pasiva en España) ha acuñado el término CONSTRUPÍA, una filosofía que quiere situar a las personas en el centro de la construcción y persigue un mundo donde los espacios sean saludables, un derecho de toda la sociedad. 

CONSTRUPÍA es una filosofía que quiere situar a las personas en el centro de la construcción y persigue un mundo donde los espacios sean saludables, un derecho de toda la sociedad.

Desde el Consorcio buscan dirigir sus esfuerzos a informar y concienciar a la sociedad sobre sus derechos y sobre las soluciones que actualmente tienen a su disposición en términos de construcción pasiva, sin dejar de lado la influencia que pueden ejercer en el sector tradicional y la administración. De hecho, la Feria Edifica, que tuvo lugar del 20 al 22 de septiembre en Baluarte, el Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra, reunió a los máximos actores del movimiento, profesionales del sector y usuarios, con el objetivo de reflexionar sobre este tipo de construcción y dar a conocer un nuevo modelo sostenible y beneficioso para el medio ambiente.

Materiales para un futuro sostenible

Para pasar del concepto a la acción, el movimiento Passivhaus hace una revisión de los materiales utilizados para el sector hasta el momento para centrarse en productos de alta calidad y eficiencia así como en nuevas tecnologías. Cada componente se elige cuidadosamente para cumplir con los estándares de eficiencia energética y sostenibilidad, desde aislantes naturales hasta sistemas de ventilación de última generación.

Sistema de ventilación de doble flujo de una vivienda Passivhaus. Imagen cedida

Las construcciones Passivhaus se basan en cinco principios fundamentales:


-Aislamiento térmico de alta calidad: Aislamiento excepcional en paredes, techos y suelos para evitar pérdidas de calor en invierno y mantener frescura en verano.


-Ventilación controlada con recuperación de calor: Se utiliza un sistema de ventilación mecánica con intercambiador de calor que regula el flujo de aire, garantizando una renovación constante sin pérdida de temperatura.


-Carpinterías de alta eficiencia: Las ventanas y puertas están diseñadas para evitar fugas de calor, incorporando vidrios de triple capa y perfiles aislantes.


-Hermeticidad: Se busca minimizar las infiltraciones de aire no deseado, lo que contribuye a mantener una temperatura constante y reduce la necesidad de calefacción o refrigeración.


-Eliminación de puentes térmicos: Se evitan puntos débiles en el aislamiento que podrían generar condensación o pérdida de calor.


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En resumen, las Passivhaus son un ejemplo concreto de cómo la arquitectura y la construcción pueden ser agentes de cambio en la lucha contra el cambio climático y de un mayor bienestar personal. Es la promesa de un hogar que abraza, donde la armonía entre el ser humano y su entorno es una realidad palpable.