La tecnología y la innovación se han puesto a disposición de la salud gracias a numerosas herramientas. Una de ellas es la inteligencia artificial, a través de la cual se están produciendo muchos adelantos en el campo sanitario.

Un ejemplo de ello es que la aplicación basada en la inteligencia artificial podría dar a las mujeres la autonomía suficiente para detectar de manera precoz el riesgo de un cáncer cervical (o de cuello uterino) sin necesidad de un examen citológico, según ha revelado recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta nueva tecnología se está probando en India y países de África subsahariana, que tienen la mayor tasa de casos a nivel mundial.

Otro ejemplo es en el que están trabajando investigadores de la Universidad de Alicante (UA), un proyecto europeo que pretende desarrollar dispositivos bioelectrónicos con materiales basados en proteínas y que se podrían colocar sobre o bajo la piel y en la ropa para aplicaciones médicas. Estos dispositivos, implantables, sostenibles y eficientes, se presentan como una alternativa a las tecnologías tradicionales utilizadas en la industria electrónica que se podrían colocar sobre o bajo la piel y en la ropa para aplicaciones médicas.

“Desde medir parámetros hasta la dispensación controlada de medicamentos; o en textil para medir variables como la temperatura” explica la investigadora Reyes Calvo.

“Esta tecnología presenta un avance para el sector médico con aplicaciones en dispositivos implantables y en dispositivos que se imprimen sobre tejidos o se colocan directamente sobre la piel, conocidos como wearable electronics”, puntualiza.