El hombre acusado del asesinato de la joven Aintzane Pujana en enero de 2021 ha dicho que era "el chico de los recados" de las dos "amigas" y un "pringado", que accedía a lo que la también acusada, entonces su pareja, le decía para evitar que rompiera cosas o llamara a la Policía con denuncias falsas, mientras que ella ha reconocido haber acuchillado y golpeado a la víctima, pero "no queriendo", sino por "miedo" al que era su novio.
En la decimoquinta sesión del juicio con jurado popular que se desarrolla en la Audiencia de Gipuzkoa por el asesinato, retención ilegal y explotación sexual a Pujana, cuyo cadáver fue encontrado con heridas de arma blanca y golpes en una ladera de un camino de Aizarnazabal el 4 de enero de 2021 y de cuya muerte, en la madrugada del 2 de enero, se acusa a esta pareja, ambos han respondido únicamente a las preguntas de sus defensas.
El acusado, que ha negado su participación en los hechos, ha relatado que conoció a la acusada, que le contó que era prostituta durante la pandemia de Covid e iniciaron una relación sentimental y convivencia hacia el verano de 2020, "corta, pero muy intensa". También ha señalado que ella le propuso hacer vídeos y videollamadas pornográficas juntos y él accedió porque estaba sin trabajo.
"Hacía lo que quería con todo"
Según ha indicado, ambos hacían "vida normal, quitando los 'tarantantanes' que le daban a ella cuando se quedaba sin dinero". Al respecto, ha asegurado que "la liaba en casa, rompía cosas", incluso "destrozó" un piso de su madre en el que estuvieron viviendo un tiempo, y "se inventaba que le pegaba y extorsionaba con llamar a la Ertzaintza", que le conocía porque él había tenido "un mal pasado". "Ese era su rollo y yo sólo quería irme", ha aseverado, pero "luego ella decía que iba a cambiar" y él "le creía".
Según ha señalado, no podía mantener el ritmo de vida de su pareja, consumidora de "cocaína, ropa, peluquería y porros" y que, además, iba "de aquí para allá". "Hacía lo que quería con todo, porque ese era su juego y manipulación", ha insistido.
Respecto a los hechos, ha relatado que la acusada le dijo que Pujana, una "amiga" a la que conocía "desde hace tiempo" por la prostitución, "estaba mal" con su novio en Lasarte-Oria y le pidió que fueran a buscarla para que se instalara con ellos "unos días" en el agroturismo de Aizarnazabal donde estaban residiendo en diciembre de 2020.
"Era el pringado"
El acusado ha afirmado que durante el tiempo que estuvieron conviviendo los tres él era "chico de los recados". "Les llevaba, les esperaba, era el pringado", ha afirmado, al tiempo que ha asegurado que "cuando ellas estaban colocadas, discutían y chillaban, echándose en cara cosas del pasado" y les daba "igual la hora que fuera".
Precisamente, según ha relatado, la madrugada del 2 de enero de 2021 tuvo lugar una de esas discusiones, después de que los tres hubieran pasado el día en Hondarribia, donde vivía su madre a la que había ido a ver porque era su cumpleaños. "A Aintzane no le apetecía quedarse sola y nos la tuvimos que llevar a la fuerza, pero le dije que no iba a subir a casa de mi madre", ha recordado.
Al parecer, entonces, Pujana se quedó dando una vuelta por Hondarribia con su perro, que mordió a un hombre y tuvo que ir la Policía. El acusado ha explicado que él ya le había dicho a la que entonces era su pareja que "no tenía por qué vivir así", porque "una cosa es hacer favores, pero no soy millonario, ni Cáritas, ni un cura".
Una vez de vuelta en el agroturismo de Aizarnazabal, ha indicado que estaba "agotado". "Quería estar a mi bola y solo, pero tenía que estar viviendo allí", ha recordado, para añadir que por entonces pensaba que "encontraría un trabajo y que la cosa mejoraría".
"Vomitando y manchando todo el coche"
El acusado ha reiterado que "iba de machote, pero luego era un pringado, el chico de los recados" y, por ello, aquella noche volvió a acceder a las petición de su pareja de llevarle con Pujana a Azpeitia para un servicio de prostitución. "Allí a Aintzane le apetecía volver porque no se encontraba bien", ha relatado, y ha indicado que en el camino de vuelta pararon el coche porque "estaba vomitando y manchando todo el coche".
Además, ha señalado que la acusada y Pujana "iban discutiendo" y pese a que intentó "mediar", su pareja le dijo que no se "metiera, que eran cosas de mujeres". También ha contado que, al llegar al agroturismo, la acusada "le pidió que dejara las llaves del coche y se fuera". "Volví en un par de horas", ha aseverado, para añadir que una vez allí Pujana "ya no estaba".
Según ha señalado, al día siguiente él y la acusada fueron a dar una vuelta en coche, con el perro de Pujana en el maletero, pese a las medidas de confinamiento y la Ertzaintza les paró e inmovilizó el vehículo porque carecía de seguro y tenía las ruedas gastadas. Entonces la acusada fue en taxi a Lasarte a buscar al que era el novio de Pujana para que recogiera al perro del maletero, que "tardó mogollón", y a la vuelta "pagó la grúa" porque él "no tenía dinero".
Más tarde, según ha recordado, fueron a "limpiar el coche porque había vómitos, colillas, estaba hecho un asco". Respecto al día de su detención, ha dicho que no sabía "de qué iba el tema" y se negó a declarar por "las formas" en las que le trataron los agentes.
"Era un maltratador"
Por su parte, la acusada ha confesado que cuando empezó a vivir con el acusado se ilusionó porque quería quitarla de "la prostitución y tener un marido, hijos, un perro y una familia". Sin embargo, él "era un maltratador". De este modo, ha relatado que llegó a pegarle "puñetazos" e intentar ahogar con una "toalla en la cara y el chorro de agua de la ducha".
Respecto a su relación con Pujana, ha señalado que era "muy buena" y le da "mucha pena", porque "era muy buena chica". La joven, que ha señalado que llegó a proponer a la víctima "escapar las dos de esa casa y de ese terror", ha reconocido, no obstante, que fue ella la que acuchilló a Pujana.
Según ha relatado, el día de los hechos el acusado, que estaba "un poco agresivo" y había metido al perro de Pujana "en el maletero", les llevó para hacer un servicio a Azpeitia, pero la víctima "no quería hacerlo porque quería a su perro". "Estaba nerviosa, empezó a mandar mensajes y él le quitó el teléfono", ha asegurado, al tiempo que ha afirmado que ella "tenía miedo".
También ha apuntado que el acusado les llevó en coche "a una cuesta" y "sacó de los pelos a Aintzane", tras lo cual le mandó que "le diera patadas fuerte en la cabeza". "Estaba asustada y lo hice, pero no quería", ha aseverado.
"Ella sangraba, pero no quería mirar mucho", ha relatado. Además, ha indicado que cuando llegaron a Aizarnazabal, el acusado sacó a la víctima "de los hombros y la arrastró" hasta la cocina. "Le dije que no le hiciera más daño", ha apuntado, pero, según ella, el acusado intentó ahogar a Pujana y le pidió que le siguiera dándole golpes.
Retirada la petición de prisión permanente
"Le apuñalé en el estómago, pero no queriendo, lo hice por mi vida", ha insistido. Respecto a los días de después, ha reconocido que tiraron la funda del cuchillo al mar, se deshicieron de algunas de las cosas de la víctima y también limpiaron la casa y el coche.
Sobre por qué en su primera declaración ante la Ertzaintza mintió, ha incidido en que tenía "miedo" al acusado, pero "quería decir toda la verdad".
El fiscal ha retirado la petición de prisión permanente para la acusada por el "trastorno mental" que padece, y solicita para ella una pena de diez años de prisión por un delito de asesinato, no así para el acusado, para el que mantiene su petición de prisión permanente revisable.
Por su parte, la defensa de la acusada solicita la eximente total por el "grave trastorno" que padece "acrecentado" por el consumo de estupefacientes, mientras que la del acusado sigue solicitando su libre absolución.